Paco Nadal >> El Viajero

06 jun 2011

Mazonovo: ¿no será que tenemos demasiados eco-museos?

Por: Paco Nadal

Mazo baja 1
Durante mi última estancia en Asturias visite un lugar alucinante. Uno de los últimos mazos que quedan en la comarca de los Oscos-Eo, muy cerca de Taramundi. Un mazo era la fragua en la que mediante un gigantesco martillo (mazo) se preparaban las barras y planchas de metal que luego usaban los ferreiros para convertirlas en los utensilios y piezas de consumo. 

Está en la aldea de Mazonovo, es original del siglo XVIII, funcionó hasta 1970 y lo más increíble de todo es que aún se acciona con agua del arroyo, almacenada previamente en un depósito de madera instalado en el tejado. Luego por decantación el agua mueve el gigantesco mazo e incluso produce aire a presión para avivar el fuego de la fragua mediante un complejo sistema de tubos de madera que generan el efecto Venturi. Una maravilla de la tecnología...¡de hace 200 años!... que funciona además con energía limpia y renovable.

Lo maneja Fritz, un austriaco enamorado de las fraguas, octava generación de una familia de herreros en las montañas del Tirol, que recaló en Mazonovo en busca de fraguas necesitadas de manos amorosas que las hicieran funcionar. Me pareció un sitio increíble, un viaje al pasado, y le comenté a Fritz que estaba seguro de que vendría mucha gente a verlo. Respondió lacónico:

"Viene muy poca. Demasiada muy poca".

¿Demasiada poca? No me lo puedo creer, si es una maravilla. Aunque bien pensado..., sí me lo creo. Y en el fondo no me sorprende. Este mazo de Taramundi tuvo la suerte de que la Mancomunidad lo rescatara y reparara. Pero sitios como éste los he visto a docenas por la España profunda que se han dejado perder por la desidia o la falta de ayudas públicas.

Luego se abren eco-museos y centros de interpretación nuevos, con muchos paneles luminosos y muchos audiovisuales, pero sin nada que enseñar, con cuatro piezas desubicadas en vitrinas y sin arraigo alguno. Todo inventado Sólo porque había que gastar una subvención del programa Leader de turno. Y los de verdad, como este de Mazonovo, se dejan morir.

Museos y centros de interpretación que además hay que mantener abiertos todo el año, pero como los Ayuntamientos de zonas rurales no tienen un euro, no pueden pagar al personal y al final los cierran por falta de mantenimiento.

Reconozcámoslo: España está llena de museos etnográficos y centros de interpretación de la naturaleza a los que no va nadie y en los que además no hay nada interesante que enseñar.

Había que hacerlos, desde luego. Pero creo que se han hecho demasiados y sin criterio. Cada diputación, cada Ayuntamiento, cada pueblo quiere atraer el turismo rural (muy loable), pero no en todos los entornos rurales hay "chicha" que enseñar.

Y luego está el público. Reconozcámoslo también: la mayoría de la peña entiende el turismo rural como ir a una casa de campo muy barata a ponerse ciegos a comer y beber todo el fin de semana. Y le trae al pairo un mazo del siglo XVIII o un eco-museo sobre el botijo.

Si encima le pides tres euros por la entrada, olvídate. Prefieren gastárselo en cerveza.

Lamentable, pero es así (aunque nos duela). 

Mazo baja 3

Mazo baja 2 PD: las tres fotos son del mazo de Mazonovo. El del retrato es Fritz, un personaje de otro mundo, con unas facciones clásicas que parecen modeladas por una de esas fraguas que él y su familia cuidaron durante generaciones. Fotos © paco nadal

 

Hay 19 Comentarios

Merece la pena conocer el Mazonovo, visitar a Fritz, verle trabar y escuhar su explicaciones, no os decepcionará, pero recordaros que Mazonovo está en Santa Eulalia de Oscos, en Taramundi hay otro pero este que citas y donde veréis a Fritz está en Santa Eulalia de Oscos.

Pues a mí me pareció fantástico y estouy segura de que les interesaría más a mis alumnos que los intentos de transmitirles esa realidad entre las cuatro paredes del aula.

Hace poco estuve en L'Espluga de Francolí, en Tarragona, (junto al monasterio de Poblet) y habían montado un museo sobre la vida rural magnífico, que recomiendo a todo el mundo. Es cierto que ese día no había casi nadie, pero me pareció una iniciativa muy positiva y una manera de aprovechar el patrimonio de cada zona. el problema, quizá, es que en españa lka gente está a otra cosa, más que a conocer su naturaleza, su cultura o las costumbres de sus ancestros.... donde esté un buen partido de fútbol, una partida con la Play o una tarde en el centro comercial, que se quite tó, ¿verdad?

Pues es una pena que se nos vayan cayendo esos lugares encantadores que había en los pueblos!!!
Saludos

es curioso ver los trabajos que van quedando en desuso por el mismo paso del tiempo y de las costumbres. te mando un gran saludo.

buenisimo articulo ....

Leído: "Calle Amazonas", de Bernardo Gutiérrez [recomendado por vuestra insigne persona]. Tengo que decir que, si bien comenté en este tu blog/ventana que era 'regulín/regulín', una vez finalizado creo merece la pena.
'Sabe captar el alma de la amazonía', diría yo.
Por tanto, aquí me tienes arrodillado a tus pies (y a los de Bernardo) y pidiendo mis excusas por aquel 'ligero comentario mío'.
Un abrazo, canalla.

Todavia existen lugares arraigados a buenas partes del pasado que deberiamos tener mas en cuenta ya que como en muchas ocasiones son mejores que los que intentan ser de antaño pero son totalmente actuales.

entrar en los Mazos y fraguas de los Oscos y Taramundi provoca una sensación muy especial.. tanto que resulta imposible contarlo con palabras..

Me has traído a la memoria los mejores recuerdos de mi infancia. En un lugar así solía pasar los veranos, la fragua de mi bisabuelo (Anxelón el Ferreru, de Collanzo). A principios de los setenta, al morir el tío-abuelo que continuó con el oficio, un pariente listillo, de la capital, con visión de los museos que vendrían, la desmontó y se la llevó.
No sé si hay muchos, pocos o demasiados museos, Paco, no los tengo contados pero que tenga que venir a los Oscos un austriaco para darle aire a la fragua, por lo menos parece indicar que sigue habiendo poca gente en ese occidente asturiano. Todos estarán en Luarca.
Besines.

El Mazo de Mazonovo se encuentra en Los Oscos, en Santa Eulalia de Oscos y no en Taramundi, os recomiendo que vengáis a ver a Fritz trabajando,no os decepcionará.

Habrá que pasar por ahi, desde que lo ví en Destino España me llamó mucho la atención que tuviera que ser alguien de otro país el que valorase las técnicas usadas aquí.
Después hay museos como el Etnográfico de Grandas de Salime, que dicen que está muy bien, y entonces empiezan los problemas políticos para ver quien saca más tajada.

Demasiados museos, sí... pero y la pena que da ver tantas cosas perdiéndose, oficios tradicionales, gente como Fritz...

Muy atinado Paco. Aquí, en Asturias, hace como unos cuatro años se publicó un chiste de una única viñeta que era: El Centro de Interpretación de los Centros de Interpretación y el Museo de los Museos de Asturias. ¡¡¡Imagínate!!!. Era política cultural?, turística? que cada concejo asturiano tuviese su museo, su centro o su aula de interpretación

Me hubiera gustado verlo cuando estuvimos por ahí... Buen retrato, Paco.

Totalmente de acuerdo con la crítica a los nuevos ecomuseos. Hay algunos que son una auténtica tomadura de pelo y de los que sales con cara de idiota. A este austriaco lo había visto una vez en 'Destino España' pero no sé por qué creí que vivía en los Oscos. En cualquier caso, gracias por recordármelo. ¡Qué buen plan para hoy que estoy de descanso!
Saludos,

¡Oye, vamos a ver!. El que te conviertas, en este 'post', en defensor de tradiciones rurales y ancestrales, no quiere decir que tires por la borda, en concreto, todos mis años cerveceros.
¡Faltaría más!.
¡Con lo que me han costado!.
[Por cierto, en mi terruño había una fragua que murió hace ya varios años].
Un abrazo, joven.

Alucinante....lo que puede llegar a descubrir uno viajando.

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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