Paco Nadal >> El Viajero

El Hierro 5
Es la más pequeña, la más desconocida. Y quizá por eso, mi favorita en el archipiélago de las Canarias.

En El Hierro —10.500 habitantes, 33 kilómetros en línea recta de un extremo a otro— todo es abrupto. Y distinto. El viajero llega al puerto de la Estaca a bordo del ferry que viene de Tenerife y ya barrunta lo escarpado del islote al ver las dificultades del barco para atracar en el exiguo pantalán, calzado con fórceps entre las rocas puntiagudas. 

El Hierro-2
 
 La costa herreña es un puro acantilado en el que apenas queda resquicio para alguna playa. La negra tierra volcánica que la cubre acrecienta esa sensación de misteriosa lejanía, de extremo, que la isla ostentó hasta el descubrimiento de América. Desde que Ptolomeo hiciera sus primeros pinitos cartográficos, y hasta el siglo XIX, cuando los ingleses se lo llevaron a Greenwich, el meridiano cero, “la raya” que partía el mundo, pasaba por este pequeño islote español.

La cima de la isla se llama Malpaso y no es un nombre baladí. Malpaso es la línea imaginaria que separa dos mundos distantes, los municipios de Valverde y Frontera, los principales de la isla, tan lejos uno de otro como la luna y el sol, no solo por las curvas y lo angosto de la pista, sino porque en estos pequeños mundos insulares la vida se reduce al entorno más próximo, a una realidad inmediata difícil de entender por alguien que no haya nacido en un territorio de apenas 270 kilómetros cuadrados rodeado de agua.

 
  El Hierro 7
En El Hierro es ilusorio hablar de núcleos urbanos más allá de Valverde y en cierta medida Frontera y El Pinar. El resto son caseríos diseminados, sin principio ni fin, que fomentan aún más una vida enraizada en la cercanía de la familia y no en complejas redes sociales. Desde la apertura del túnel bajo los riscos de Tibataje el aislacionismo herreño se fracturó e hizo la isla más pequeña en dimensiones pero más grande en relaciones.

Otro de mis lugares favoritos es el Mirador de la Peña, en el que César Manrique levantó, o más bien enmascaró, una construcción de piedra volcánica que ha servido de restaurante-escuela durante mucho tiempo. Quienes se aboquen a su pretil tendrán a sus pies más de mil metros de caída libre por los riscos de la Fuga de Goreta, unos cantiles afilados que parecen rasgar el cielo.

El Hierro
 
Otro es el lajial de La Restinga, una de las zonas de morfología más espectacular de una isla donde las evidencias del magma son omnipresentes y  las entrañas de la tierra muestran su más absoluta desnudez. Un paseo por el Pleistoceno a través de este escabroso mar de coladas negras y ocres, que se trenzan como lianas de piedra.

Existen muchisimos más lugares encantadores en mi isla favorita: el bosque de laurisilva del Malpaso, los acantilados negros de Punta Grande, el árbol sagrado de Garoé, la bajada de la Virgen de los Reyes

Pero mejor que contarlo es ir… y verlo.

Mapa-de-Las-Islas-Canarias Datos prácticos

Capital: ValverdeIdioma: EspañolSuperficie: 268,71 km2Cómo llegar: vuelos de Binter Canarias desde varias islas y ferries desde Tenerife. Más información: web oficial de turismo del Cabildo de El Hierro


22 jul 2011

¡Islas! (para perderse y no volver): Culebra

Por: Paco Nadal

Culebra
Culebra es una de las islas menores de Puerto Rico. Ella y la cercana Vieques son las dos porciones de tierra más grandes de los muchos cayos e islotes que rodean la isla principal.

Ambas fueron utilizadas desde 1940 como campo de tiro por la Marina estadounidense lo que provocó la expropiación de buena parte de su superficie, el éxodo de mucho vecinos y una cadena de manifestaciones y protestas de los portorriqueños que duró casi 60 años. De hecho todavía quedan restos de carros de combate que se usaron como blanco en la playa de Culebra.

Mapa culebra Hoy ambas han recuperado su condición civil e, ironías del destino, aquellos terrenos militares que tanto dolor de cabeza causaron han sido reconvertidos ahora en Refugio de la Vida Silvestre, ya que el uso restringido como área castrense evitó la urbanización excesiva y permitió la conservación de manglares, palmerales, formaciones coralinas, bahías deslumbrantes y playas en estado casi virginal que ya no se encuentran en otras zonas del país. 

Lo que ha hecho famosa a Culebra y por lo que la mayoría de visitantes llega en barco o avioneta es para bañarse y pasear por Playa Flamenco, el arenal más bello de la isla y una de las mejores playas del mundo (según dicen los amantes de hacer listas para todo).

Playa Flamenco es la quintaesencia de las beldades caribeñas donde cada cosa está en su sitio y tiene el color imaginado: la arena, blanca; las aguas, azulverdosas; el cielo, azul impoluto, y las palmeras, verde intenso. Se puede llegar en autobús desde el aeropuerto de la isla. El mejor sitio para alojarse es el camping que hay junto a la playa.

Culebra 2

Culebra 3

Datos prácticos

Capital: DeweyIdioma: EspañolSuperficie: 30 km2Cómo llegar: desde Fajardo, en la isla principal, salen ferries (tardan una hora y media) y avionetas (12 minutos); también vuelos desde San Juan (35 minutos). Más información: www.gotopuertorico.com

Galápagos 3
Cuando uno llega por primera vez a las islas Galápagos, entiende a Darwin. Porque no hay que ser un lince ni un naturalista inglés para deducir: “Aquí ha pasado algo”.

El algo es que este archipiélago de 19 islas e islotes volcánicos en el Pacífico, a unos 1.000 kilómetros de las costas de Ecuador, quedaron aisladas del resto del mundo por cuestiones geográficas y de corrientes oceánicas y sus habitantes tuvieron que apañárselas para evolucionar por su cuenta, adaptándose al nuevo vecindario.

Las islas Galápagos es uno de los sitios más fascinantes que he conocido en mi vida. Es como hacer turismo en el Jurásico. Pero sin dinosuarios. No recuerdo ningún otro lugar del mundo donde ver animales en libertad me haya producido tal impacto (quizá porque cada uno que ves es un poco menos raro que el siguiente que verás, desde piqueros de patas azules a grandes tortugas o a fragatas de abultado buche de color rojo) ni tampoco recuerdo que en ninguna otra isla, asomado a sus acantilados, haya tenido mayor sensación de lejanía.

Galápagos 1
¡Y qué decir de los paisajes! Casi la totalidad de su superficie del archipiélago está tal cual la dejaron las erupciones volcánicas hace millones de años. El hombre no ha tocado ni alterado nada.

En general los viajeros imaginan las islas Galápagos como ese enorme zoo natural a cielo abierto que vio Darwin en 1835 en su viaje a bordo del Beagle, lleno de iguanas, tortugas gigantes, lobos de mar y todo tipo de animales endémicos que sestean al calor de los paisajes volcánicos. Lo que pocos saben es que bajo superficie del agua, la vida salvaje es aún más rica y variada si cabe. No hay mejor lugar para bucear en el mundo con grandes animales que las Galápagos. Una riqueza biológica que aumenta durante la temporada seca, desde finales de agosto hasta mediados de noviembre, cuando gracias al aporte de las tres grandes corrientes que aquí confluyen (Humboldt, Panamá y Cromwell), las islas Galápagos se convierte en una gigantesca sopa de plancton que atrae a los grandes viajeros del océano: mamíferos marinos y peces pelágicos que llegan en busca de un festín. Sobre todo uno muy especial (y muy buscado por los submarinistas): el tiburón ballena.

Galápagos 4

Recordaré toda mi vida las inmersiones que hice en la isla de Darwin, la más alejada del archipiélago, con varios enormes tiburones ballena alrededor, en unas aguas frías y oscuras, con 2.000 metros de profundidad por abajo y esos enormes y apacibles monstruos nadando muy cerca de mi, días y días enteros, con sus gigantescas bocas abiertas para atiborarrse de plancton.

Pero el zoo de Darwin también corre peligro. El crecimiento demográgfico de las islas, sobre todo en la isla de Santa Cruz, está menguando los habitats naturales (el gobierno ecuatoriano puso en 1998 límites a la llegada de nuevos colonos); los animales importandos por el hombre (desde las ratas que llegaban en los bacos piratas que cargaban galápagos como carne fresca a los animales de granja traídos por los nuevos residentes) son mucho más agresivos que los autóctonos, que nunca tuvieron que defenderse de depredadores y compiten con ellos: las cabras se comen la vegetación de los tortugas; algunos gatos se han hecho salvajes y se comen a los lagartos y las iguanas; las ratas acaban con los huevos de los pájaros.

Aún así, Galápagos sigue siendo el destino soñado (y recomendado) para cualquier amante de la naturaleza  

Fotos © Nicolás Vera

Mapa galápagos 2 Datos prácticos

Capital: Puerto Ayora (islas de Santa Cruz)

Idioma: españolSuperficie: 7.880 km2

Cómo llegar: Las islas Galápagos fueron declaradas Parque Nacional en 1961 y desde entonces las visitas están reguladas por normas muy restrictivas. Hay que volar hasta Quito o Guayaquil, en Ecuador. Desde allí la compañía Tame (www.tame.com.ec) vuelas hasta las Galápagos. En Puerto Ayora abundan las agencias de turismo de naturaleza y buceo que organizan salidas diarias a diferentes puntos de inmersión. Más información: Ecuador Travel

 

Galápagos 6

Cabo Verde 4

Cabo Verde no es un cabo ni es verde. Es un archipiélago de 10 islas de color marrón que parecen un trozo del Sahara varado en medio del océano, frente a las costas de Senegal. Cabo Verde es la sonrisa de África. Un país acogedor, de buena gente y seguro para quienes busquen una primera inmersión viajera en esa dura y atrayente realidad que es África.

Cabo Verde es un país pobre. Hay más caboverdianos fuera (500.000) que dentro (400.000). Y los de dentro tratan de vivir con la misma ostentación que los de fuera: camisetas de futbol de equipos europeos, teléfonos móviles, Mercedes de segunda mano por doquier…. Todo está cambiando a marchas forzadas en Cabo Verde.

Trataron de venderlo como un destino exótico de playas y lujosos resort, más barato que el Caribe. Pero se equivocaron. En Cabo Verde hay bonitos arenales pero no es un lugar de playas paradisíacas ni resort de lujo. Si vas buscando eso, este no es tu sitio.

Cabo Verde 2
Sin embargo, es un gran destino humano, para quienes quieran conocer una parte del África insular que suena a morna (la de Cesária Évora), que habla en criollo y donde todo está hecho a base de mestizaje.

Cabo Verde son los cuerpos esculturales de los mulatos y las mulatas. Y los bailes tradicionales: la morna es pura melancolía, no es para bailar, es para deleitarse. Más marchosos están el funaná y la coladeira; esa si es para bailar muy apertadinhos.

Mapa cabo_verde Cuando vas a Cabo Verde la primera parada suele ser la isla de Sal, porque allí están la mayoría de resort y hay aeropuerto internacional. Sal tiene poco de isla verde y exuberante: es un trozo de desierto. A algunos le defraudará, pero a mi me pareció un lugar encantador, con unos pocos hotelitos sencillos y confortables (al menos cuando yo estuve; sé que Riu y otras cadenas han ido abriendo nuevos y grandes establecimientos) y una ciudad, Santa María, de casas de una sola planta pintadas de colores chillones (rosas, rojos, verdes, amarillos) quizá para compensar el monocromo color a tierra de la isla. En Sal hace un viento del carajo: por eso está lleno de surferos.

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Luego puedes ir a Sao Vicente, cuya capital es Mindelo. Mindelo es la ciudad de la marcha, el ambiente y las discotecas. Allí conocí a Cesária Évora, estuve tomando copas con ella en su casa. Una mujer muy sencilla y llena de humanidad.

O a las islas volcánicas de Santo Antao y Isla do Fogo: dos conos negros con muestras de vulcanismo reciente. Ideales para hacer senderismo y con más zonas verdes que las otras.

Vayas a la isla que vayas, habrá una palabra que aprendas nada más llegar: "morabeza". La belleza interior, la paz espiritual, la alegría de vivir.

Pues Cabo Verde es eso. Pura morabeza

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fotos © paco nadal

 

Datos prácticos

Capital: PraiaIdioma: El oficial es el portugués. El kriolu es hablado por la mayoría de los habitantesSuperficie: 4.000 km2Cómo llegar: en verano, las líneas aéreas caboverdianas, TACV, tiene vuelos directos de Madrid y Barcelona a Sal; TAP (líneas aéreas portuguesas) tiene vuelos muy baratos, vía Lisboa, durante todo el año. De todas forma, lo más económico es coger un paquete de touroperador con avión + hotel

El País empieza hoy su revista "Tentaciones de verano", el suplemento veraniego online con temas, propuestas y reportajes muy pensados para esta temporada. Y este blog se suma a las tentaciones estivales con una nueva serie: ¡Islas! Desde hoy os iré contando mis islas favoritas, islas para perderse, para enamorarse, para soñar, para leer un libro, para holgazanear, para sentirse Robison Crusoe... ¡islas para no dejar de viajar! Empezamos con las islas Maldivas  

Maldivas 1

Más que es un territorio, Maldivas es un mundo onírico hecho de agua, donde todo es distinto. Aquí se vive en el mar y se vive del mar. Si hubiera que buscar una imagen real a ese tópico de las postales o de los cómic de una isla minúscula y redonda rodeada de arena blanquísima, agua azul-turquesa y coronada por un penacho de altivas palmeras, sería sin duda cualquiera de las 1.196 islas (solo 203 están habitadas) de este archipiélago del océano Índico, situado a unos 450 kilómetros al sur de la India y de Sri Lanka.

Su nombre deriva de dos palabras del sánscrito: “mal” que significa miles y “diva”, que significa isla. Es decir, “miles de islas”.

Mapa-maldivas El archipiélago de las Maldivas esta formado por atolones coralinos. Anillos perfectos de coral con una laguna en medio que apenas afloran dos metros por encima de la superficie del océano Índico. Las islas han estado habitadas desde hace más de 2.500 años porque fueron siempre un cruce de caminos en las rutas marítimas del Índico.

Pero no han sido un territorio fácil para vivir. Hay agua potable gracias a pozos que brotan en el centro de los atolones, hay cocos, hay pescado y… poco más. Maldivas no produce prácticamente nada de lo que consume (se exporta todo desde India y otros países asiáticos).

Sin embargo la boyante actividad turística (sus resort en palafitos sobre las lagunas de los atolones se cuentan entre los más lujosos del mundo) ha elevado el nivel de vida de los maldivos hasta uno de los más altos de la zona.

Maldivas son las islas del paraíso para parejas en luna de miel, urbanitas estresados en busca de tranquilidad y silencio y, sobre todo, para amantes del submarinismo. Son famosos sus buceos en canales oceánicos, las aberturas por donde las lagunas interiores de los atolones se comunican con el océano Índico; zonas de grandes corrientes donde se apostan los depredadores (tiburones grises, puntas blancas, grandes atunes y carángidos) en busca de presas. Es fácil ver grandes mantas. Y la inmersión nocturna de Maaya Tila, en el atolón de Ari Norte, un bajo donde se concentran al anochecer tiburones y grandes barracudas para cazar, es una experiencia imposible de olvidar.

Un aviso para navegantes: el paraíso mola en las postales. Pero aguantar una semana metido en un atolón de dos  x dos sin nada más que hacer no es tarea fácil: o estás muy concienciado o al tercer día te subes por los cococteros.

Maldivas 2

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Datos prácticos

Capital: Malé. Idioma: Maldivo. Superficie: 300 km2. Cómo llegar: no hay vuelos directos. La mejor opción es volar con Qatar o Emirates, haciendo escala en el Golfo. British Airways vuela desde Londres. Más información: www.visitmaldivas.com (en español)

Para quienes leéis el blog desde muy lejos (que sois muchos) aclaro que Murcia es una región autónoma en el sureste de España, junto al mar Mediterráneo, en la que tuve la suerte de nacer. Tiene dos ciudades importantes: Murcia, la capital, y Cartagena, una de las grandes localidades históricas de la península. Ando estos días por aquí y como mis paisanos se quejan de ser los grandes desconocidos, de que nadie les presta atención, aquí van algunas cosas que no deberíais perdeos si un día visitáis Murcia:    

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Teatro romano de Cartagena

2.000 años bajo la ciudad y nadie sabía que estaba allí. El teatro romano de Cartagena es equiparable en tamaño e importancia al de Mérida, pero estuvo siglos perdido, si que nadie supiera que reposaba bajo el suelo del casco viejo. En 1988 durante unas obras de cimentación en un solar aparecieron unos restos sospechosos… y tirando del hilo apareció un teatro entero con capacidad para 6.000 espectadores. Para devolverle su esplendor hubo que demoler un barrio entero, pero al final el Teatro Romano se convirtió en el revulsivo necesario para dinamizar toda Cartagena y sacar a relucir su gigantesco patrimonio arqueológico. El museo anexo es obra de Rafael Moneo.

De tapas por Murcia.

Pepico tio gines Las barras de pintxos de los bares de San Sebastian podrán ser espectaculares, pero no tienen nada que envidiarles las barras de tapas de los bares de Murcia, ciudad donde el tapeo es una religión. Una ruta de tapas por Murcia debe de incluir la plaza de San Juan (con tabernas míticas como La Pequeña, La Parranda, El Torrao…) . Desde San Juan hay que volver a la Glorieta y dejarse caer por Los Zagales, una de las tabernas más antiguas y con solera de la capital. Y de allí hasta el conjunto de la plaza de las Flores y las contiguas de Santa Catalina y San Pedro; el mejor sitio de la ciudad para el aperitivo de mediodía y al aire libre. Lugares también míticos en estas plazas: Pepico del tío Ginés (excelentes embutidos huertanos), Taberna de las Mulas (migas y arroces de escándalo); el Rhin (la mejor ensaladilla rusa del mundo, incluida Rusia); el Fénix (un pulpo asado que resucita a un muerto), y La Tapa (clásico entre los clásicos)

Agrupa vicenta
Mina Agrupa Vicenta, en La Unión

La Unión, como en tiempos del boom minero, sigue oliendo a carburo y salitre. Pero ahora gracias a la recuperación de la “Agrupa Vicenta”, una antigua mina reabierta para las visitas turísticas, se puede también ver y sentir cómo era aquella dura vida en la mina. Se baja a ochenta metros de profundidad por unas impresionantes bóvedas de ocho metros de altura, gigantescas galerías y pilares, y un lago subterráneo de aguas rojas por efecto de la pirita. Una excursión de lo más recomendable al interior de la Sierra Minera. La entrada incluye también un recorrido en tren por el Parque Minero, con sus paisajes marcianos.


La catedral El restaurante La Catedral y el Museo de la Catedral.

El bar-restaurante está en Cartagena, a un paso del Teatro Romano y de la catedral vieja, y es un ejemplo del nuevo interiorismo en la Región y de cómo la conservación del patrimonio no debe ser solo tarea pública. En la rehabilitación de este local , en pleno centro histórico, aparecieron restos del pavimento romano, una aljibe, columnas y otras estructuras. En vez de taparlas se pusieron en valor como parte de la decoración del local mediante un suelo acristalado.

La misma solución que se empleo en el nuevo y sorprendente Museo de la Catedral de Murcia, donde los cimientos del primitivo templo y de la mezquita que antes hubo en este lugar son visibles ahora gracias al suelo de cristal reforzado, que permite literalmente "volar" sobre la historia del templo. 

Calblanque 1
A veces uno gasta la vida en busca de paraisos. Y el paraíso está en casa, a la vuelta de la esquina.

Estoy pasando unos días en mi tierra, en Murcia, y aunque por desgracia esta región está gobernada por el lobby del ladrillo, aunque no hay más industria que la de llenarlo todo de chalés y campos de golf y pese a aberraciones medioambientales en curso como Puerto Mayor, Marina de Cope o Lo Poyo (detenidas, de momento, solo por la crisis no por voluntad y clarividencia política)... pese a todo ello, digo, aquí tenemos un trocito de paraíso costero que muy pocos conocen.

Se llama Calblanque.

Un entorno costero de calas, dunas fósiles, acantilados, largas playas doradas.... y ni un solo campo de golf ni torre de apartamentos. De momento. Un paraíso marítimo-terrestre que ofrece la cara más salvaje y natural de la costa murciana.

Calblanque es una palmera y un palmito, una azufaifa y un cornical. Es la luz mediterránea, el viento cálido y el cielo infinito. Un largo arenal expuesto al jaloque y segmentado por varias calas que encajan como elipses doradas entre los negros roquedos volcánicos de la sierra costera murciana.

Calblanque 9 Todo un modelo de ecosistema mediterráneo sin contaminar. Arenas brillantes, acantilados oscuros y dunas fósiles de gran interés geológico a un paso del Cabo de Palos. También podría ser un espejo en el que se refleja el paisaje africano de la otra orilla del Mare Nostrum, colonizado por plantas de nombre enamoradizo: artos, orovales, cornicales, bayones, albaidas... Los expertos les llaman iberoafricanismos, especies presentes en ambas orillas del Mediterráneo. Arbustos inteligentes y de nombre poético (habría que agradecerle a nuestros antepasados hispanomusulmanes que nos dejaran raíces fonéticas tan hermosas para definir a las plantas), bien adaptados a la extrema sequía habitual del sureste español, que pierden la hoja cuando llegan los estíos veraniegos y florecen como un arrebato de vida en cuanto aparecen las primeras lluvias primaverales.

Solo los restos de algunas explotaciones mineras y dos núcleos de pequeñas casas cúbicas y encaladas —Covaticas y La Jordana— nos recuerdan el paso del hombre por Calblanque. Las antiguas lagunas naturales del Rasall, reconvertidas a principio de siglo en salinas y posteriormente abandonadas, han vuelto a su antigua ocupación como cobijo de aves acuáticas y limícolas.

Un paraiso... cercano

Calblanque 2
PD: al parque natural de Calblanque se accede por la autovía de Cartagena a La Manga; salida señalizada poco después de pasar Los Belones. Hay aparcamientos y pasarelas de madera que llevan a las playas.

11 jul 2011

El vídeo de Jordania

Por: Paco Nadal

Os dejo un montaje sobre el último viaje a Jordania:

 

08 jul 2011

Desfile de "burkinis" en el Mar Muerto

Por: Paco Nadal

Mar Muerto 1

Como todo turista que visita Jordania yo también me acerqué a ver el Mar Muerto.

Sus peculiaridades incitan a ir: es el punto más bajo de la tierra (406 metros por debajo del nivel del mar), su salinidad de casi el 35% impide cualquier atisbo de vida y si te bañas en él, flotas. Y si tienes una herida en la piel por pequeña que sea, ves las estrellas.

Pero la realidad es que cuando llegas al Mar Muerto, decepciona. O por lo menos no te impresiona tanto como imaginabas.

Visto de lejos, es un lago más; con aguas azules y rodeado por montañas desnudas. Luego cuando te acercas descubres que las grandes piedras que rodean la ribera están enfundadas en una costra de sal cristalizada que llama poderosamente la atención. Y que si las aguas están calmas, espejean brillantes colores rosáceos al amanecer y al atardecer.

A mi sin embargo, más que la típica foto del bañista flotando mientras lee el periódico me impresionó otra cosa: no se ven velas, ni barcas, ni puertos, ni redes ni pescadores en sus orillas. Esa si es una sensación extraña. Un mar al que le han quitado parte de su iconografía. Es entonces cuando te percatas que de verdad estás delante de un muerto muy muerto.

Mar Muerto 3
Para los jordanos el Mar Muerto es el gran balneario a cielo abierto del país. En la ribera sur han crecido en los últimos años varios megahoteles de lujo cada uno con cientos de habitaciones, jardines llenos de palmeras y flores, piscinas de todos los tamaños y oferta variada de restaurantes. Es el sitio favorito de descanso para las clases medias y altas y también para gente de países vecinos, como los saudíes.

Piscinas en las que causa furor el burkini, el bañador islámico que se puso de moda hace tres años entre las mujeres musulmanas deseosas de cumplir con los preceptos del Islam pero que no querían renunciar a la playa o el baño. Para un no musulmán resulta chocante meterse en el agua tapado hasta la frente, pero reconozco que el invento es mucho más práctico que tener que estar enfundada en vaqueros, abrigo y hiyab, con la que cae aquí en el Mar Muerto a mediodía.  

El burkini ha generado polémica en Holanda, Francia y Bélgica y su uso está prohibido en algunas piscinas públicas. Pero en los países musulmanes ha sido toda una revolución. 

 

Mar Muerto 2

Encontraréis varios hoteles en esta orilla jordana del Mar Muerto. Yo estuve en el  Mövenpick, que para ser un cinco estrellas tiene precios bastante asequibles (desde 98 € más tasas la doble). La verdad es que si ves la foto de arriba, que corresponde a un atardecer desde una de sus piscinas, con el Mar Muerto al fondo y las luces de Jericó y Jerusalem tintineando en la otra ribera, te entran ganas de irte para allá de inmediato.

Y quizá tampoco sea tan mala idea. Solo que tienes que asumir que no vas a la playa: la ribera del Mar Muerto es un canchal de piedras incómodas para el baño. Pero si te gusta disfrutar de estos megaresort de vacaciones, es tu sitio.

Y siempre podrás decir que te has bañado entre burkinis en el centro geográfico de toda la historia de las religiones. 

 


Petra 2 Confieso que como periodista de viajes me enfrento a veces a la situación de no saber qué escribir acerca de un lugar. O mejor dicho: no saber escribir algo diferente, que mejore lo ya escrito y que añada más información.

Qué decir a esta alturas de Roma, de Venecia... o de Petra, en Jordania. Todo esta dicho y todo es cierto: Petra es un lugar único en el mundo, uno de esos sitios a los que habría que peregrinar al menos una vez en la vida. Una meca viajera.

Anteayer, cuando entraba por el siq, el famoso desfiladero de 1,2 km de longitud que da paso a la ciudad tallada en piedra por los nabateos, pensaba en todas las maravillas leídas con anterioridad sobre Petra y hasta me parecía que se quedaban cortas. Cuando por fin el siq se abre y desemboca frente a la celebérrima fachada del Tesoro (en realidad un monumento funerario dedicada al rey Artes IV), la boca se te abre del pasmo.

Sí, Petra es una de las maravillas del mundo. Un lugar al que hay que ir en alguna ocasión.

Lo que si puedo añadir es que yo, para desgracia de los jordanos, tuve el privilegio de ver Petra de una manera inusual: sin apenas turistas. Me explico:

En un día normal de verano, entre 8.000 y 10.000 visitantes (buena parte de ellos españoles) atestan los estrechos pasadizos que dan acceso a la ciudad, lo saturan todo y convierten la visita en una lucha de titanes por hacerse una foto sin que salgan otras docenas de turistas detrás.

Pero este año, como decía, para desgracia de los jordanos, el turismo ha caído a niveles alarmantes. En Jordania no pasa nada, no ha habido ninguna revolución y el país sigue siendo tan seguro como siempre. Pero el efecto contagio de la situación en Libia y Siria les ha hundido el negocio.

Los jordanos está alarmados. El turismo es su principal fuente de ingresos. Y los turistas, que en cierta medida somos muy gregarios y asustadizos, les han metido en el mismos saco que a sus vecinos y han huido.

El día que visité Petra no habría ni 500 personas dentro. Para hacerse una idea (quienes ya conozcan la ciudad sabrán de lo que hablo) me pude hacer tantas fotos como quise delante de la fachada del Tesoro sin que apareciera nadie ni detrás ni a los lados. Toda para mi. Fue un lujo, lo reconozco, pero me entristeció ver a los guías, a los muleros, a los vendedores de souvenirs más aburridos que un león en el zoo.  

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El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

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Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

Un relato trepidante por unos de los destinos menos turísticos y más inseguros del mundo. Un viaje en solitario lleno de emoción y melancolía a lo largo de una región azotada por constantes guerras y conflictos étnicos. Un viaje plagado de sentimientos que consigue conectar al lector con los sufrimientos y las esperanzas de África.

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