Ayer pude hablar con Ramón Larramendi por teléfono satélite. Aunque no es la primera vez que uso estos cacharros, eso de hablar mediante un aparatito no más grande que un teléfono de mesa con alguien que está, por ejemplo, en medio de la Antártida rodeado por millones de kilómetros cuadrados de hielo me sigue dejando la misma mueca de sorpresa y admiración que tuvo que poner un Homo Erectus la primera vez que vio el fuego.
Los cuatro miembros de la expedición Acciona Windpowered 90S están ya muy cerca del Polo Sur tras haber recorrido 1.649 kilómetros en el momento de escribir este post (podéis ver su situación al momento en este geolocalizador). Me comentó que están bien, satisfechos de las pruebas que están llevando a cabo para desarrollar un vehículo polar accionado por el viento que permita nuevas y mayores travesías polares.
Su mayor problema siguen siendo los sastrugis, ondas de hielo de hasta un metro de altura que atraviesan el plateau del interior de la Antártida y sobre las que tienen que pasar a veces a altas velocidades. En uno de esos saltos rompieron un patín del trineo, que ya han reparado (en una expedición de este tipo no solo tienes que saber usar el GPS, tienes que ser más hábil en trabajos manuales que MacGyver: todo se puede romper y todo debes de poder repararlo tu solo allí, in situ, con las herramientas que lleves)
Avanzan a una media de unos 110 kilómetros diarios, aunque una jornada de buen viento llegaron a hacer 253 km. Más problemas: el frío (es habitual bajar de -35º), aunque tuvieron una jornada realmente calurosa de “solo” -21º (“dentro de la tienda te asabas”, me comentó Ramón).
Calculan que si todo sale bien y no hay nuevos problemas alcanzaran el Polo Sur por primera vez en la historia con un vehículo traccionado por cometas el día 1 ó el 2 del nuevo año.
Pero no son los únicos españoles en el Polo Sur.
Ayer, 29 de diciembre, Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza , los tres expedicionarios de la Naturgas/BBK Transantartika 2011 alcanzaron el Polo Sur geográfico tras recorrer 2.200 kilómetros sobre esquís (ayudados también por cometas) en 44 durísimos jornadas, a veces a 45 bajo cero. Es solo la primera parte de su objetivo: pretenden continuar otros 1.200 kilómetros hasta atravesar el continente de mar a mar. Más información en la noticia que dio este periódico de la llegada.
Por su parte, el gerundense Albert Bosch, estaba ayer día 30 de diciembre a solo 172 kilómetros del Polo Sur tras 61 días de marcha en solitario (¡tremenda hazaña!, os lo aseguro) arrastrando la pulka con todo el material necesario.
Tres expediciones bien diferentes con un mismo objetivo: el Polo Sur en el año del centenario de Amundsen y Scott y con un nexo de unión: ser gente especial, capaz de superar las condiciones de dureza más increíbles con tal de lograr un sueño.
Y luego el resto de los mortales nos arrugamos porque hemos tenido un mal día en la oficina. Mi mayor admiración hacia los ocho.