Paco Nadal >> El Viajero

30 ene 2012

Diez estaciones de esquí muy recomendables

Por: Paco Nadal

Grandvalira
No está siendo un buen año de nieve, pero aquí van diez de mis estaciones de esquí preferidas. Hay muchas más, por supuesto, pero estas se la recomendaría a cualquiera.

1. Courchevel (Francia)

Elitista, bien equipada y con excepcionales pistas. Courchevel sigue siendo la referencia del buen esquí a la francesa. Una estación frecuentada por gente guapa de media Europa en plena Saboya, a dos horas de Lyon por autopista y otras tantas de Ginebra. La mayoría de los alojamientos son elegantes chalés alpinos forrados de cálida madera. Excepcional ambiente en pistas. Tiene un pase conjunto con las cercanas Meribel, Les Menuiers y Val Thorens; juntas suman 600 kilómetros de pistas balizadas. www.courchevel.com

2. Zermatt (Suiza)

Esquiar por largas pistas de más de cinco kilómetros, con el Monte Rosa a un lado y la impresionante pirámide de piedra del Cervino a otra; pasear por un centro urbano de casitas alpinas en el que no existen coches o ascender una y otra vez en remontes rápidos y sin colas solo es posible en Zermatt, quizá la estación con un entorno más idílico y mejor calidad de nieve de toda Europa. Desde la zona más alta hasta el pueblo puedes enlazar 24 kilómetros seguidos esquiando. www.zermatt.ch

 3.- Baqueira Beret (España)

Este año es de las pocas en la cordillera pirenaica que se está salvando de la sequía invernal. Sigue siendo una referencia de calidad, amplitud de dominio esquiable y buenos remontes. Pistas largas y para todos los gustos, muchas de ellas por bosques; zonas muy variadadas desplegadas por dos vertientes lo que suele asegurar siempre buena nieve, y magníficos fuera de pista. El nuevo aparcamiento subterráneo ha venido a mejorar mucho los accesos. www.baqueira.es

 
Iglú4. Formigal (España)

Tiene uno de los dominios esquiables más grandes de España, con accesso cómodos, remontes bastante actualizados (aunque aún queda alguna silla, como la doble de Sarrios, de tiempos de maricastaña) y pistas muy variadas y para todo tipo de esquiadores. Es loable también la mejora del servicio de restauración en pistas, con restaurantes muy acogedores como el Cantal o guiños divertidos como el iglú de Sarrios. En general, incluso en días de máxima afluencia se puede esquiar sin grandes colas. www.formigal.com

5.Grandvalira (Andorra)

Con 193 kilómetros de pistas repartidos en seis sectores sigue siendo el mayor dominio invernal de la península ibérica. Remontes modernos y rápidos, seis zonas de acceso a lo largo del valle lo que evita colas y una gran oferta de restauración en pistas son otras de sus señas de identidad. Es de las pocas estaciones del Pirineo en la que puedes estar esquiando todo el día sin repetir pista. www.grandvalira.com

Saint Moritz6. Saint Moritz (Suiza)

Una de las estaciones de esquí más exclusivas y selectas del mundo, situada en un entorno natural de excepcional valor al pie de cumbres de más de 4.000 metros. Sus pistas son amplias, largas y con excelente calidad de nieve. Variada, aunque cara, vida social de apreski y excelentes instalaciones hoteleras. Organiza multitud de eventos deportivos y sociales a lo largo de la temporada. www.stmoritz.ch

7. Las Leñas (Argentina)

La estación más famosa y concurrida de Argentina está en Mendoza, a 70 km. de Malargüe. En 2007 sufrió una importante modernización. Tiene un buen snowpark y excelentes fueras de pista, con servicio de motonieves que llevan a los esquiadores a zonas vírgenes. Abre durante el invierno austral, de junio a octubre y cuenta con una de los descensos más largos del continente: la combinada de las pistas Apolo, Neptuno y Venus, que permiten enlazar 7 km. de descenso ininterrumpido. www.laslenas.com

8. Aspen (Estados Unidos)

La nieve polvo de Aspen no tiene parangón en el mundo. Su altitud, hasta 4.000 metros, y su lejanía al mar, más de 3.000 kilómetros, se alían para crear un clima seco con las mejores condiciones de innivación que se puedan soñar. Está dividida en cuatro sectores, con un total de 103 kilómetros de pista. Estación muy deportiva y frecuentada por snowboarder de todo el mundo. www.aspensnowmass.com

9. Lech-Zürs (Austria)

Es pequeña, coqueta y elegante. Y sus habitantes respetan con escrúpulo el estilo constructivo de esta remota región alpina, más cercana a Suiza que a la capital austriaca. En invierno es fácil tropezarse con algún miembro de la familia real española cuando te deslizas por las cuidadas pistas del Schlegelkopf, la zona intermedia de la estación, o ver caras conocidas del famoseo europeo mientras tomas un glühwein (vino caliente) en el bar acristalado y con estufas del restaurante Burg. www.lech-zuers.at

10. Whistler (Canadá)

Una de las estaciones más grandes de América, repartidas en dos áreas diferentes con acceso directo desde el pueblo y con el mismo forfait. Engloba tres glaciares y 33 kilómetros cuadrados de superficie esquiable. Ubicada en un paisaje soberbio en mitad de las Montañas Rocosas, Whistler es también un paraíso mundial para la práctica del heliesquí. Además cuidan mucho el mercado hispano y tiene guías y monitores que hablan español. www.esquiwhistler.com

Baqueira

28 ene 2012

Cabreados pero disciplinados en Barajas

Por: Paco Nadal

Es curiosa la capacidad humana para, cuando se da la posibilidad de hacer las cosas de diferentes maneras, elegir siempre la peor.

Anoche tenía un vuelo con Spanair a A Coruña que debía salir a las 21:45. Ante los rumores de posible cierre llamé a lo largo de la tarde varias veces a Aena en Barajas y siempre recibí la misma contestación: los vuelos siguen programados.

A las 20:15 llegué a la terminal 2 de Barajas y en la cola de Spanair había tranquilidad.

Demasiada tranquilidad.

Span momento

El momento decisivo: "Chicos, esto se ha acabado"


Hacia solo 10 minutos que los empleados habían recibido una orden: detener momentáneamente las operaciones de embarque. Nadie sabía el por qué ni la duración de la orden.

Los pasajeros seguimos en disciplinada y respetuosa cola hasta que media hora después apareció otro empleado con cara de cólico nefrítico. Reunió a sus compañeros tras el mostrador y les cuchicheó algo. No hacía falta saber leer los labios para comprender que la partida había terminado: la cara de rigor mortis de los pobres empleados que pasaban a engordar en ese momento las listas del paro lo decía todo.

El portador de la malas nuevas se dirigió después a la disciplinada cola: “Señoras y señores, Spanair suspenden definitivamente todos sus vuelos”. Mira por donde habíamos asistido en directo y primera fila a una nueva vergüenza del sector turístico.

“Vayan a la ventanilla de reclamaciones o llamen al 902 13 14 15 (¡un teléfono de pago!), y se les intentará recolocar” fue toda la explicación que recibimos.

Span cola

Cola para reclamar. Todavía pensábamos que nos iban a recolocar (¡qué ilusos!)

Disciplinada y respetuosamente movimos la cola y la trasladamos frente al mostrador de la compañía, reconvertido de urgencia en ventanilla de reclamciones. Pero la sorpresa y la indignación llegó al comprobar que en el mostrador no tenían ni idea de qué hacer, no había ninguna instrucción para recolocar a nadie y se limitaban a dar una hoja de reclamaciones con el ruego de que la rellenaramos, “no hace falta que sea esta misma noche, mándenla cuando ustedes quieran” (no te jode, si te parece te la mando en Navidades junto a la de Papa Noel” pensé.)

A la media hora ya no había ni hojas de reclamaciones por lo que otro empleado, armándose de valor, salió del mostrador y fue por la larga cola diciendo que mejor nos fuéramos a casa, y que desde allí tratáramos de buscar otro vuelo porque ellos y en ese instante no podía hacer nada más. Sí señor, ¡con un par!

Esa fue toda la asistencia que los pasajeros recibimos anoche en Barajas por parte de Spanair.

Me sorprendió que no hubiera conatos de motín. En realidad la gente fue de los más correcta y educada. Se nota que a base de palos hemos aceptado ya el fatalismo (además de el pulpo) como animal de compañía.

Y me pregunto yo: si Spanair llevaba meses, años, perdiendo dinero, ¿qué más daba haber continuado las operaciones dos o tres días más, terminar de llevar a los pasajeros de vuelos más inmediatos a sus destinos y en ese intervalo tratar de recolocar a los de vuelos más lejanos? Y acabar así de forma digna y sobre todo, honorable ante sus clientes.

Pero no. Hay empresarios que nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad. Y así el nombre de Spanair y el de Ferrán Soriano pasaran al museo de la ignominia como los de Air Madrid, Air Comet y Díaz Ferrán.

Span hoja
Hoja de reclamaciones: un brindis al sol

27 ene 2012

¿Sobran casas rurales en España?

Por: Paco Nadal

Xaymaca (A) 2

La respuesta categórica es sí
.

Sobraban ya en los tiempos de vacas gordas, cuando se concedieron subvenciones a diestro y siniestro procedentes de programas Leader y Leader Plus sin tener en cuenta cuantas se daban y dónde se daban.

Y sobran, por supuesto, ahora que las vacas flacas de la crisis han hecho aflorar un mal endémico del sector. A noviembre de 2011 y según el Instituto Nacional de Estadística había en España 15.165 casa rurales legales (ilegales, puede que otras tantas). Solo en Castilla y León hay 3.264. En Cataluña, 1.752 y en Asturias, 1.334. Una burrada.

Además, el grado de ocupación media solo llega al 20,3% en fines de semana (contando todos los días se queda en el 9,1%). ¿Se puede mantener un sector con estas cifras?

Seguir leyendo »

25 ene 2012

¿Quieres ser un héroe local?

Por: Paco Nadal

NomadersUna de las iniciativas viajeras en la Red que más me gustan es la de Nomaders, una agencia de viajes online. Su última propuesta es especialmente loable y por eso la traigo hoy aquí:

“Héroes locales, una forma diferente de viajar”

¿Quién no reconoce que la mejor manera de descubrir una ciudad es acompañado por gente local, fuera de los circuitos trillados por los turistas?

Bien, pues la campaña Héroes Locales de Nomaders busca eso: gente en cualquier lugar del mundo que de forma desinteresada y altruista enseñe una particularidad de su ciudad a los visitantes, así de sencillo.

Personas que se sienten orgullosas de donde viven y propician intercambios de experiencias con los viajeros.

¿Qué recibes a cambio? Nuevas amistades, practicar idiomas, la satisfacción de pertenecer a una gran comunidad viajera y la seguridad de que cuando tu viajes fuera también tendrás un héroe o heroína local que te enseñará ese rincón olvidado, ese restaurante donde solo van parroquianos o ese atardecer que no sale en las guías.

En su web podéis ver la de gente que se ha apuntado ya a ser héroe local y las ideas tan peregrinas que se proponen. Por ejemplo:

-Laura, una asturiana residente en Dublín, te enseña la cafetería con el mejor pastel de zanahorias de la capital irlandesa mientras habláis de viajes y fotografía.

-Jacobo ofrece recorridos fotográficos por el parque de Doñana.

-María Eugenia te lleva a descubrir los sitios más bellos de Ushuaia, en el fin del mundo austral.

-Miguel propone a quien le busque en Barcelona jugar un partido de fútbol 7 con sus amigos

¿Te animas a ser un héroe local en tu ciudad? En su web tenéis las instrucciones para serlo.

Turismo en la Antartida
Cuando acepté ir a este viaje a la Antártida era consciente de que iba a la última zona virgen del planeta y de que el turismo allí genera controversia. Varios de vosotros lo habéis apuntado en algunos comentarios y no quiero eludir el tema antes de cerrar la serie de post sobre mi experiencia antártica.

¿Cómo y quién regula el turismo en la Antártida? Aquí van algunos elementos para el debate:

Seguir leyendo »

Sí, lo sé. La mayoría de vosotros pensáis que esta vida de rudo viajero solitario es un chollo y que uno tiene, cual viejo marinero de novela de Jorge Amado, una novia en cada puerto. Pero nada de nada. Eso es un mito.

Aunque a veces, suena la flauta. Como ocurrió en este reciente viaje a la Antártida en el que tuve un romance a bordo. Se llamaba Bjørg Føyn Hofsvang. Era noruega. Y viajaba sola.

La conocí una mañana en la cubierta de proa. Yo estaba intentado enfocar con mi cámara unos petreles gigantes que surfeaban sobre la nave como planeadores sin motor cuando ella se acercó con su cuerpo menudo envuelto en un anorak azul. Lo primero en lo que me fijé fue en sus ojos, de un azulgrisáceo acuoso. Y en sus manos huesudas. Hacía frío y soplaba un viento eléctrico. No había nadie más en la cubierta.

Como siempre he sido un poco cortado en la primera aproximación al género femenino fue ella la que rompió el hielo y empezó la conversación. Se interesó por lo que hacía y me dijo que ella también tenía una pequeña cámara digital, pero que no sabía usarla.

Nos sentamos en un par de butacas de madera de esas que siempre hay solitarias en las cubiertas de un barco que navega sorteando iceberg por el paralelo 64ºS y entre sonrisas y confidencias se fue tejiendo la complicidad. Cinco minutos después estaba completamente prendado de ella.

Le pregunté a Bjørg por qué viajaba sola. Y en su cara se iluminó aún más esa sonrisa serena que parecía no abandonarla nunca: “Porque todos los demás ya se han muerto”, fue su respuesta.

Seguir leyendo »

18 ene 2012

Álbum de fotos de la Antártida

Por: Paco Nadal

Os dejo algunas de las fotos que acabo de hacer en la Antártida. En realidad iba grabando vídeo, así que a la foto fija le presté poca atención. Esto es lo que resultó:

Antártida 1
Un iceberg en en el estrecho de Bransfield, que separa las islas Shetland del Sur del continente antártico. Naves de hielo que vagan silenciosas hasta disolverse en el mismo mar que las sustenta.

 

Antártida_9
Atardecer glorioso en el canal que separa Paradise Harbour de Andvord Bay. Quizá, el momento más mágico de todo el viaje. Dicen los tripulantes del Fram que hacía años que no veían una puesta de sol así.

 

Antártida_13
Pinguinos de Papúa en la isla de Cuverville. Es una de las tres especies antárticas que anidan en la península.

 

Antártida 2
Mires a donde mires solo ves cimas nevadas, glaciares y llanuras heladas... nunca pisadas por el hombre. El túnel del tiempo al Cuaternario. Un envoltorio salvaje que te hace sentir vulneable y pequeño, pero libre.

 

Antártida_12
El Fram, el barco en el que viajaba, de la compañía Hurtigruten, espera entre grandes iceberg a que regresen los pasajeros que han bajado a tierra en las zodiac.

 

Antártida 11
 200.000 pingüinos de Adelia y un señor de Murcia en la isla Paulet, en el mar de Weddell. Los pinguinos de Adelia son la única especie de pingüino pequeño que nunca abandona las costas de la Antártida. 

 

Antártida_7
Las lanchas auxiliares del Fram permiten bajar a tierra e incluso explorar canales llenos de hielo a los que el barco no puede entrar.

 

Antártida_10
La base científica Gabriel de Castilla, una de las dos que tiene España en la Antártida. Está en isla Decepción, un cono volcánico activo que explotó en la década de los 70... y que no tardará en volver a entrar en actividad.

 

Antártida_5
Icebergs y hielo marino bloquean el paso en el Canal de Lemaire, entre el continente y la isla Booth. 

 

Antartida 15
El colmo de la mala suerte es sacar una foto movida de un elefante marino. Son las bolas de grasa más sedentarias que conozco; pueden pasar horas y horas como hace esta hembra, tumbados en la playa, como si el mundo no fuera con ellos. ¿Quien dijo estrés?

 

Antártida_8
Paradise Harbour. Como su nombre indica, un paraíso visual donde si el tiempo es bueno, se tiene una de las mejores panorámicas de la Península Antártica.

 

Antártida_6
Las Tetas de Una. Los balleneros bautizaron así a estas singulares agujas de piedra en la costa de Graham Land en honor a una señora que trabajaba en las islas Falkland (Malvinas), al parecer famosa entre todas las tripulaciones. La Comisión Científica encargada de validar los topónimos quiso cambiar el nombre por considerarlo sexista. Pero consultada la tal Una, que aún vivía, dijo que se sentía muy honrada de que sus pechos pasaran a los mapas. Y el nombre hizo fortuna.

 

Antártida_3
Subí a un collado en la isla de Cuverville para quedarme allí un buen rato extasiado con la paz y el silencio que transmitía la bahía llena de copos de merengue helado. 

 

Scott en el polo
Hoy, 17 de enero de 2012, coincidiendo con mi regreso a casa tras dos semanas por la Antártida, se cumple el centenario de la llegada de la expedición británica de Robert Falcon Scott al Polo Sur

La historia de aquella epopeya y la competencia con la expedición del noruego Amundsen, que al final se les adelantó por 30 días arrebatándoles la gloria de ser los primeros humanos en el extremo sur del globo, y posterior muerte de Scott y sus cuatro compañeros en el viaje de vuelta es de sobra conocida y no me quiero extender en ella. Se le considera la marcha a pie más dura jamás realizada; uno de los miembros de expedición británica, Cherry-Garrad, escribió años más tarde un libro de lectura imprescindible para comprender aquella gesta y lo tituló con gran acierto: "El peor viaje del mundo".

Con la imagen todavía reciente en mi retina de aquellos territorios extremos solo puedo corroborar que el esfuerzo que hicieron los hombres tanto de una como de otra expedición fue algo titánico, en los límites de lo imposible, que demuestra la capacidad de sufrimiento del ser humano. Una lucha contra la naturaleza más extrema que nadie pueda imaginar: 3.000 kilómetros a pie, con vientos huracanados y temperaturas entre 30 y 50 bajo cero, y sin posibilidad de ayuda exterior.

También fue (hay que decirlo) una epopeya absurda.

Seguir leyendo »

Post pinguinos 3

Sin duda, una de las cosas que más llama la atención a los viajeros primerizos como yo que arriban a la Antártida son los pingüinos. Sabes de sobra que estos diminutos y graciosos seres son aves acuáticas que no vuelan, lo dicen todas las enciclopedias, pero cuando los ves evolucionar en directo por primera vez en su hábitat natural (y no en un documental), te da la sensación de que tienen algo de humanos, y no solo porque vayan vestidos como para una boda elegante.

Los pingüinos pasan la vida en el mar, pescando. Pero para el apareamiento, puesta de los huevos y cría de sus bebes se establecen en tierra firme por unos meses. Es precisamente la parte de su ciclo vital en la que se encuentran en este momentos los pingüinos barbijo, adelia y corona blanca de la Antártida. Así que cada desembarco en tierra que hacemos se convierte en una especie de visita a una maternidad de pingüinos en diferentes fases de cría.

Post pinguinos 2Un bebé de pingüino es la cosa más tierna, adorable y adoptable que te puedas imaginar. Por muy bruto que seas, te provocan ternura. Y ganas de llevártelos todos a casa. Parecen una bola de peluche que pasa el día pidiendo comida y buscando el regazo de sus padres. Cada hembra pone dos huevos, que cuidan por turnos tanto ella como el macho de la pareja. Cuando los bebes han nacido, uno está siempre pendiente de ellos para darles calor y protegerlos de los depredadores, mientras que el otro va al mar a comer pescado para luego regurgitarlo en la boca de los pequeños.

Un pinguinera como la de Paulet Island, en el mar de Weddell, con 200.000 pingüinos pegados unos a otros, más sus correspondientes crías, es una gigantesca y ruidosa ciudad pingüina donde todos parece iguales, pero donde cada uno tiene su hueco, su familia y su cometido. Lo que no sé es como encuentra cada uno a su familia sin teléfono móvil.

Una pingüinera es también una experiencia olfativa, porque los excrementos que cubren todo el suelo huelen que tumban y forma un barrizal que se pega a la ropa, al calzado, a la bolsa de cámaras, al trípode.... No hay jabón en el mundo capaz de quitarlo, creo que voy a incinerar mi ropa antes de montar en el avión de regreso.

Es divertidísimo verlos pasar a tu lado, como señores pequeños, caminando con torpeza entre las rocas, abriendo las alas para equilibrarse, ajenos a ti (no somos sus depredadores, luego no nos temen), atareados en sus quehaceres, como personajillos importantes.

Uno de eso quehaceres diarios es....¡acumular piedras!

El bien más preciado para un pingüino son las pequeñas piedrecitas. Las usan para construir los nidos, pero son también la moneda de cambio para todo. Cortejas a una pingüina regalándole piedras, te peleas con el vecino porque ha cogido una piedra que es tuya, pagas los desperfectos que tu bebe ha hecho en un nido ajeno dándoles algunas de tus piedras.. incluso hay pingüinas que se prostituyen a cambio de piedras para su nido. S

i le quieres tocar las narices a un pingüino...¡róbale una piedra!

La Antártida es pura piedra, pero como obviamente ellos no pueden partirlas, el número de piedrecitas aptas para ser acarreadas con el pico es limitado. Y un bien preciadísimo en la comunidad.

El interior de la Antártida es el desierto más seco del mundo. Allí llueve menos que en el Sahara (los tres kilómetros de espesor de hielo que cubre el continente se han formado por la congelación de pequeñas gotas de humedad del aire durante millones de años). Sin embargo, la costa, sobre todo la de la Península Antártica, es una lujuria de humedad y de vida: millones de pingüinos, focas, elefantes, lobos, aves de todo tipo... Por eso los primeros exploradores pudieron sobrevivir inviernos enteros sin víveres. Siempre que no le tuvieras aprensión a la carne de pingüino, podías morir de frío... pero no de hambre.

Post pinguinos 1 Post pinguinos 5 Post pinguinos 6

11 ene 2012

La Antártida en el Hurtigruten

Por: Paco Nadal

07. Barco Fram, compañía Hurtigruten
Dejadme que os explique hoy un poco el día a día de este viaje por la Antártida. Como ya comenté voy a bordo del Fram, un barco de la compañía noruega Hurtigruten, especializada en cruceros-expedición por territorios extremos. Hice con ellos hace unos años la travesía de Trømso a Kirkenes, pasando por el Cabo norte, como conté en su día en estos posts.

El barco fue construido en 2007 para este tipo de travesías polares y tiene el casco reforzado para cruzar campos de hielo. Vamos a bordo 190 pasajeros de muchas nacionalidades, 16 de ellos de España. El idioma oficial es el inglés, pero al menos uno de los viajes de la cada temporada se hace también es castellano, con conferencias en dicho idioma.

Navegamos ahora hacia el sur por los canales más resguardados entre el continente helado y las docenas de islas, igual de congeladas, que salpican la península antártica, esa especie de cuerno que le sale al continente en su lado noroeste y que en realidad es una extensión de la cordillera de los Andes.

08. Desembarco en la AntártidaCada día, mañana y tarde, la tripulación hace descender las barcas auxiliares y bajamos, por turnos, a tierra. No puede haber más de 100 personas a la vez en la costa. Una vez en ella tampoco puedes moverte libremente: hay lugares y sendas señaladas para que no molestemos demasiado a los pingüinos y cormoranes, que en esta época están criando. Antes del primer descenso nos obligaron a pasar por un aspirador todas las prendas y bolsas que fuéramos a usar en los desembarcos, para eliminar posibles semillas o insectos y no introducir accidentalmente especies invasoras.

Además, en la primera barca van siempre tiendas y comida suficiente para que esas 100 personas pudieran aguantar una semana aisladas.

Puede parecer un exceso de celo en cualquier lugar del mundo… menos en la Antártida. Aquí el tiempo cambia a cada minuto, sin exagerar, e igual sale el sol como que de repente se mete un viento tan huracanado que el Fram tiene que recular y ponerse a resguardo, y las lanchas no podrían volver a tierra a por los pasajeros. En una sola noche aquí, a la intemperie, palma  o palmamos la mitad de los expedicionarios (si no más, dada la edad media del pasaje).

Durante las horas de travesía hay conferencias a cargo de expertos biólogos y geólogos sobre la fauna, la mineralogía y la historia de la Antártida. El barco lleva todas las cubiertas acristaladas, así que cuando te sientas a cenar (nunca se hace de noche totalmente) o te acomodas en uno de los sillones de la cubierta 7 a leer, te ves rodeado por un Cinemascope de glaciares, icebergs, picos nevados y aguas gélidas por las que saltan ballenas, pingüinos, orcas, focas… que te dejan boquiabierto. Como siempre me gusta traerme literatura relacionada, estoy con el estupendo libro de Javier Cacho Amundsen-Scott: Duelo en la Antártida. Pero apenas logro pasar página: siempre acabo embelesado viendo la función en 3D que se retransmite en ese momento  por las cristaleras.

Es imposible aburrirse. No hay un minuto libre. Me levanto a las seis de la mañana e indefectiblemente ya se perfila en la ventana de mi camarote un paisaje brutal. Pongo la cámara en el trípode y no hay descanso hasta las doce o la una de la mañana en que me acuesto.

Aún no he visto un rincón de la Antártida que me decepcione. 

El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

Sobre el blog

Un blog de viajes para gente viajera en el que tienen cabida todos aquellos destinos, todos aquellos comentarios, todas aquellas valoraciones que no encontrarás en otros medios.

Un espacio abierto a la participación con información diaria y actualizada sobre países y ciudades, alojamientos, transportes, gastronomía, rutas, ideas para ahorrar dinero o para gastárselo en lo mejor en lo que uno puede invertir su tiempo: en viajar. Todo contrastado y analizado en primera persona.

[email protected]

Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

Último libro

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

Un relato trepidante por unos de los destinos menos turísticos y más inseguros del mundo. Un viaje en solitario lleno de emoción y melancolía a lo largo de una región azotada por constantes guerras y conflictos étnicos. Un viaje plagado de sentimientos que consigue conectar al lector con los sufrimientos y las esperanzas de África.

Los blogs de el viajero

El Viajero

  • Guía de viajes

    Guía de viajes

    Ideas, destinos, consejos y la mejor información útil para un viaje perfecto.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal