Paco Nadal >> El Viajero

Puente sobre el río Kwai
Viajar en busca de mitos es siempre una buena excusa para viajar. Si además son mitos cinematográficos, la excusa se me antoja perfecta. Lo que nadie te puede garantizar es que si repites visita, el mito no se te caiga al suelo.

Me explico. Acabo de estar por segunda vez en mi vida en el puente sobre el río Kwai, en Tailandia. Es el famoso puente que dio origen a la novela del francés Pierre Boulle, que a su vez inspiraría más tarde la película de David Lean que todos conocemos y cuyo silbidito se ha convertido en una de las bandas sonoras más tarareadas de la historia.

Seguir leyendo »

24 jun 2013

Aunque parezca mentira por aquí pasa el tren

Por: Paco Nadal

Mercado tren 0
Aunque parezca increíble, por este sitio de la foto pasa el tren todos los días. Es el mercado de Maeklong, en Tailandia, desde donde ahora mismo escribo. Aunque todo el mundo lo conoce como el mercado del tren, sin duda la plaza de abastos más original de un país lleno de curiosos mercadillos.

Seguir leyendo »

20 jun 2013

Aviones: ¿los nuevos monasterios budistas?

Por: Paco Nadal

Meditando en un avión
Cuando leáis esto estaré volando hacia un nuevo destino: Tailandia. Tengo por delante un vuelo directo de 13 horas Madrid-Bangkok, con Thai Airways.

Sé que a mucha gente pasar tantas horas metido en un incómodo asiento de avión le resulta una tortura, ¡pero a mi siempre me ha parecido un plan excitante! Y cuantas más horas dure el vuelo, mejor.

En estos tiempos de locura digital, en los que estamos hiperconectados y envueltos todo el día en una vorágine de llamadas de móvil, guasap, correos electrónicos, contactos en redes sociales y mil formas más de comunicarnos para decirnos la mayoría de las veces puras tonterías, la idea de estar 13 horas sin conexión, si cobertura, sin nadie que me moleste, entregado a la lectura, a ver buen cine o simplemente a estar con uno mismo me pone más que quedar a cenar con Angelina Jolie, para qué engañarnos.

El tubo presurizado de un avión se ha convertido en una suerte de monasterio budista de la estresada civilización occidental. Uno de los pocos recintos cerrados, aislados de la locura diaria, donde puedes meditar, estar en silencio o llevar una vida contemplativa. Puede sonar sarcástico, pero es así.

Lo malo es que ya existen líneas aéreas que ofrecen cobertura de móvil en vuelo. ¡Dios!, qué ganas tiene la gente de estar todo el día enchufada al maldito aparato. ¡No pueden dejarnos ni este reducto de paz que son los aviones! De momento el servicio no se ha popularizado porque sale muy caro, pero es cuestión de (poco) tiempo que viajar en un avión sea tan desagradable como lo es ya ir en un vagón de tren.

¿Os imagináis un vuelo de 13 horas con un pesado en el asiento de al lado gritando sus conversaciones con clientes y proveedores? ¿o el coñazo de señora que no para de hablar con su cuñada? ¿o el tonto que tiene que ir narrando el viaje minuto a minuto, como si el mundo estuviera pendiente de él: “estamos sobrevolando las islas Cayman” “ya hemos sacado los flaps”, “la azafata va a servir la cena”… ¡Dios mío! No lo quiero ni imaginar. Me plantearé volver a viajar en carreta.

En fin, a lo que iba: ¡vuelvo a Tailandia, uno de mis países favoritos del sudeste asiático! Os lo iré contando, como siempre, en directo, aquí en el blog.

Playa Tailandia 2

17 jun 2013

Asturias, vista desde un kayak de mar

Por: Paco Nadal

Asturias kayak 1
Asturias es una de mis regiones favoritos para viajar. Tiene de todo: mar, montaña, buena gastronomía, pueblos con encanto, buena gente… No me extraña que el director de cine José Luis Garci diga que rueda siempre sus películas en Asturias porque aquí encuentra todo lo que necesita para ambientar sus guiones.

Creo que conozco medianamente bien Asturias, desde los tortos de la calle Gascona de Oviedo a los lagos de Saliencia pasando por los viejos mazos de los Oscos. Pero me quedaba un punto de vista de Asturias inusual y que muy pocos viajeros se plantean tener: desde el mar

¿Cómo se ve la costa de Asturias desde un kayak de mar?

Dispuesto a resolver la duda, el sábado quedé con un grupo de aficionados de la Asociación de Kayak de Mar de Asturias en la playa de San Antolín (Llanes) dispuesto a comenzar la primera de mis tres jornadas de navegación por la costa asturiana. Y puedo decir que desde este punto de vista, la costa astur se ve más apasionante y diferente aún.

Asturias kayak Tapia 3

Mi primer contacto fue con la costa oriental, en una jornada de navegación que nos llevó desde el concejo de Llanes hasta Ribadesella. La roca caliza que modela esta zona de la costa crea en los acantilados enormes oquedades, cuevas y puentes de roca. Accidentes geológicos que apenas se intuyen cuando vas caminando por la costa, pero que desde aquí abajo, a ras de ola, en la fragilidad de mi kayak, se disfrutan en toda su magnitud.

Desde mi minúscula canoa los acantilados de la costa oriental parecen inmensas catedrales naturales en las que el rugir de las olas se amplifica por el eco de estas bóvedas de piedra. Huele a mar, a sal, a algas, a percebes… y te sientes minúsculo ante la fuerza de la naturaleza.

¿Por qué elegí un frágil kayak? Porque es la mejor embarcación si te gusta el mar puro y duro; en él vas tan abajo, tan cerca de la ola que eres parte de ella. Sientes la fuerza del mar con toda su intensidad porque vas literalmente metido en él, apenas hay artificios mecánicos que se interpongan entre la gigantesca fuerza de la marea y tu minúscula embarcación. Por eso es tan excitante navegar por el mar en un kayak.

Con él puede ir pegado a las rocas, al pie de los acantilados, por estrechos pasillos, entrar en esas cuevas, oir los bufones rugir, sentir la altura de los acantilados, la bravura de los rompientes. Durante la travesía van apareciendo playas; pequeñas y grandes, algunas inaccesibles desde tierra. Y te acercas a ellas, desembarcas, te comes el bocadillo, te das un baño o simplemente te regocijas con un paisaje marino que ganado a pulso de remo parece mucho más embriagante que si has llegado como todos, en coche y por carretera.

Asturias kayak Tapia

Ayer domingo, segunda jornada de navegación, estuve por la costa occidental. Asturias es tan sorprendente que en una misma provincia existen dos tramos de costa completamente diferentes, tanto en el paisaje como en el paisanaje. La costa occidental, desde el cabo de Peñas hasta la frontera con Galicia en la ría del Eo, no es tán turística ni poblada como la oriental y en algunas zonas el turismo está aún por desarrollar.

Además el material que la forma no es caliza sino esquistos y pizarras por lo que la morfología de la costa es también diferente. No hay tantas cuevas ni puentes de roca, pero los estratos inclinados forman a veces murallas increíbles que hacen tu embarcación más insignificante aún.

En este tramo de litoral quedan muchos puertecitos minúsculos y encantadores, donde todavía se percibe la vida marinera sin contaminar. Pueblos como Puerto de Vega, Ortiguera o Viavélez, donde entras remando con tu kayak y te sientes aún un explorador de la época en que los balleneros y los barcos a vela llenaban de vida esta pequeñas radas.

Asturias kayak Tapia 6

En fin, una aventura diferente. Apta para casi todo el mundo siempre que elijas unos buenos guías y un día de mar en calma. Y una manera de disfrutar de otra Asturias, esa que muy pocos tiene la fortuna de disfrutar.

Mañana empezaré a remar en Luarca. ¡Seguiré contando!

 

 Datos prácticos por si quieres repetir la experiencia.

El material y los guías con los que estoy haciendo este viaje pertenecen a la Escuela Asturiana de Piragüismo (costa oriental) y a Kalyaventura alberge de Serandinas (costa occidental); ambas empresas organizan rutas en kayak y canoas por los ríos y la costa asturiana. La primera está en el río Sella; la segunda en el río Navia, uno de los más puros y encañonados del occidente astur.

Asturias kayak Tapia 8

Asturias kayak Tapia 7

12 jun 2013

Elogio de la fotografía de viajes

Por: Paco Nadal

Papúa-132

Papúa-Nueva Guinea

El ser humano ha sentido la necesidad de plasmar en imágenes lo que veía durante sus viajes desde la mismísima invención de la fotografía. O incluso desde antes, porque ¿qué son los grabados que los viajeros románticos del XIX nos dejaron sobre la Alhambra, por ejemplo, sino fieles fotografías sin cámara de una realidad pasajera gracias a las cuales hemos podido documentar el pasado?

Viajamos para descubrir, para conocer, para documentar. Pero también, para compartir. Y aquí el invento de Nicéphore Niépce encontró un campo abonado para su desarrollo y su popularización. Muy pocos eran los elegidos por las musas para poder plasmar en el lienzo un paisaje, una naturaleza muerta o un grupo de personas faenando en el campo como Turner o Van Gogh. Pero con una cámara, casi todo el mundo es capaz de captar ese paisaje, ese rostro, ese atardecer y compartirlo luego con los amigos y familiares.

Es cierto que en los albores de la fotografía la posesión y manejo de una cámara era cosa de profesionales, por no decir casi de magos. Por eso se inventaron las postales. ¡Qué hubiera sido del turismo sin la aparición de aquellas maravillosas cartulinas de 9 x 14 cm. con escenas clásicas de los monumentos del mundo! Las postales no solo fueron el origen de la fotografía de viajes sino que contribuyeron a crear clichés turísticos que permanecieron por décadas. Aquello que salía en una postal adquiría rango de patrimonio de la humanidad y los afortunados que en aquellos lejanos años podía viajar lo hacía para visitar lo que salía en las postales. Las que enviábamos durante un viaje solían llegar a destino después de nuestro regreso, pero qué más daba. Lo importante es que acreditaban nuestra estancia.

Su influencia en el mundo de la imagen fue tal que los fotógrafos de viajes y naturaleza aún decimos “es una postal” para referirnos a una foto estereotipada y sin alma.

Cabo Norte 5

Kirkenes (Noruega)

La fotografía de viajes nos sirve para fijar nuestros recuerdos y también, reconozcámoslo, para dar rienda suelta a ese pequeño diablo vanidoso que todos llevamos dentro: no solo hay que ir al sitio, sino que luego hay que enseñar a los seres queridos cómo era ese sitio, cómo de bien lo pasamos, cómo de maravillosos eran aquellas habitaciones de hotel o que vistas tenía la terraza de ese restaurante. Privilegios que la fotografía de viajes nos permite datar.

Fue siempre así, desde que aparecieron las primeras Werlisa Color o las Kodak Instamatic, aunque ese nivel de exposición pública de nuestra fotos de viajes empezó a alcanzar cotas de fenómeno histórico con la aparición de la fotografía digital y el consiguiente abaratamiento de las cámaras y mejora de sus prestaciones. Pero sobre todo ocurrió con la aparición de los smartphone. Ahora todos llevamos una cámara en el bolsillo (¡si el bueno de Nicéphore Niépce levantara la cabeza!) y nos hemos convertido en voyeaur de la vida de los otros y de la nuestra propia. No solo fotografiamos compulsivamente todo lo que nos rodea en un viaje sino que lo compartimos al instante con los seres queridos, como antes las postales, y además con otras miles de personas a las que ni conocemos ni conoceremos en la vida.

Oriental Express (atardecer sobre Malasia)
Tren Oriental Express, Malasia

La exposición pública de nuestras pequeñas glorias y miserias sin mayor pudor ni reserva se ha convertido en la nueva droga social. Un cambio drástico para la fotografía, que nunca volverá a ser lo mismo. Ya no importa la calidad (¿quién se para a pensar en eso?). Importa la inmediatez y la cantidad. Si las fotos de viajes se hacen con un teléfono, ¿a quién diablos le importa la distancia focal, la profundidad de campo y el uso correcto de un filtro neutro de tres pasos? Es más, ¿quién sabe ya qué es la distancia focal, la profundidad de campo y un filtro neutro de tres pasos?

La fotografía de viajes es además el género visual en el que más se mezclan los intereses profesionales y amateur. Uno no va fotografiando asesinatos, guerras o jueces que entran en la Audiencia Nacional. Eso es cosa de profesionales de los medios. Pero sí que todos fotografiamos las pirámides de Egipto, la torre Eiffel o los jardines de Versalles. Por eso pocos géneros como éste obligan al fotógrafo a ver más allá, a crear un estilo, a desarrollar esa visión personal que transforma una imagen vulgar en un instante único. No es fácil componer una imagen singular a partir de elementos fotografiados millones de veces antes que lo hicieras tú, tan manidos y vistos que forman parte ya del imaginario colectivo mundial.

El fotógrafo de viajes debe transmitir emociones, como cualquier creador, pero además está obligado a hacerlo de forma original sobre una apuesta probablemente reproducida por millones de personas antes que él.

Colombia 2
Leticia, Amazonas colombiano

(Extracto del prólogo que escribí para el libro Fotografía en tus viajes, de mi buen amigo y genial fotógrafo de viajes y naturaleza Oriol Alamany. Libro que os recomiendo leer si queréis mejorar vuestras imágenes viajeras)

Las fotos que acompañan este post son algunas de mis instantáneas viajeras más queridas.

Gales 6

Gales (Reino Unido)

Colombia
Amazonas colombiano

10 jun 2013

Siete restaurantes cojonudos en Tenerife

Por: Paco Nadal

Tenerife, Víctor Cruz
Comer bien es una de las grandes excusas viajeras. Y eso fue lo que hice la semana pasada en la isla de Tenerife… viajar y comer bien. La gastronomía de las islas Canarias hace tiempo que dejó de ser solo gofio y menús del día ramplones para guiris de sol y playa. Hay una nueva hornada de chef y empresarios de hostelería haciendo muy bien la cosas. Aquí van algunos de los sitios que os recomendaría si queréis comer bien en Santa Cruz y la zona norte de Tenerife:

 

Seguir leyendo »

Nicomedes
Estoy estos días por Tenerife, en un recorrido enológico-gastronómico que me va a obligar a redoblar esfuerzos en la operación bikini de este año si quiero recuperar la línea; en esta isla se come mucho y muy bien (lo contaré en el próximo post).

Pero de momento el sitio más curioso y recomendable que he conocido es...¡una pescadería!

Se llama Nicomedes y está en el famoso mercado de La Recova, la gran plaza de abastos de Santa Cruz, capital de la isla.

Seguir leyendo »

El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

Sobre el blog

Un blog de viajes para gente viajera en el que tienen cabida todos aquellos destinos, todos aquellos comentarios, todas aquellas valoraciones que no encontrarás en otros medios.

Un espacio abierto a la participación con información diaria y actualizada sobre países y ciudades, alojamientos, transportes, gastronomía, rutas, ideas para ahorrar dinero o para gastárselo en lo mejor en lo que uno puede invertir su tiempo: en viajar. Todo contrastado y analizado en primera persona.

[email protected]

Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

Último libro

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

Un relato trepidante por unos de los destinos menos turísticos y más inseguros del mundo. Un viaje en solitario lleno de emoción y melancolía a lo largo de una región azotada por constantes guerras y conflictos étnicos. Un viaje plagado de sentimientos que consigue conectar al lector con los sufrimientos y las esperanzas de África.

Los blogs de el viajero

El Viajero

  • Guía de viajes

    Guía de viajes

    Ideas, destinos, consejos y la mejor información útil para un viaje perfecto.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal