Asturias es una de mis regiones favoritos para viajar. Tiene de todo: mar, montaña, buena gastronomía, pueblos con encanto, buena gente… No me extraña que el director de cine José Luis Garci diga que rueda siempre sus películas en Asturias porque aquí encuentra todo lo que necesita para ambientar sus guiones.
Creo que conozco medianamente bien Asturias, desde los tortos de la calle Gascona de Oviedo a los lagos de Saliencia pasando por los viejos mazos de los Oscos. Pero me quedaba un punto de vista de Asturias inusual y que muy pocos viajeros se plantean tener: desde el mar
¿Cómo se ve la costa de Asturias desde un kayak de mar?
Dispuesto a resolver la duda, el sábado quedé con un grupo de aficionados de la Asociación de Kayak de Mar de Asturias en la playa de San Antolín (Llanes) dispuesto a comenzar la primera de mis tres jornadas de navegación por la costa asturiana. Y puedo decir que desde este punto de vista, la costa astur se ve más apasionante y diferente aún.
Mi primer contacto fue con la costa oriental, en una jornada de navegación que nos llevó desde el concejo de Llanes hasta Ribadesella. La roca caliza que modela esta zona de la costa crea en los acantilados enormes oquedades, cuevas y puentes de roca. Accidentes geológicos que apenas se intuyen cuando vas caminando por la costa, pero que desde aquí abajo, a ras de ola, en la fragilidad de mi kayak, se disfrutan en toda su magnitud.
Desde mi minúscula canoa los acantilados de la costa oriental parecen inmensas catedrales naturales en las que el rugir de las olas se amplifica por el eco de estas bóvedas de piedra. Huele a mar, a sal, a algas, a percebes… y te sientes minúsculo ante la fuerza de la naturaleza.
¿Por qué elegí un frágil kayak? Porque es la mejor embarcación si te gusta el mar puro y duro; en él vas tan abajo, tan cerca de la ola que eres parte de ella. Sientes la fuerza del mar con toda su intensidad porque vas literalmente metido en él, apenas hay artificios mecánicos que se interpongan entre la gigantesca fuerza de la marea y tu minúscula embarcación. Por eso es tan excitante navegar por el mar en un kayak.
Con él puede ir pegado a las rocas, al pie de los acantilados, por estrechos pasillos, entrar en esas cuevas, oir los bufones rugir, sentir la altura de los acantilados, la bravura de los rompientes.
Durante la travesía van apareciendo playas; pequeñas y grandes, algunas inaccesibles desde tierra. Y te acercas a ellas, desembarcas, te comes el bocadillo, te das un baño o simplemente te regocijas con un paisaje marino que ganado a pulso de remo parece mucho más embriagante que si has llegado como todos, en coche y por carretera.
Ayer domingo, segunda jornada de navegación, estuve por la costa occidental. Asturias es tan sorprendente que en una misma provincia existen dos tramos de costa completamente diferentes, tanto en el paisaje como en el paisanaje. La costa occidental, desde el cabo de Peñas hasta la frontera con Galicia en la ría del Eo, no es tán turística ni poblada como la oriental y en algunas zonas el turismo está aún por desarrollar.
Además el material que la forma no es caliza sino esquistos y pizarras por lo que la morfología de la costa es también diferente. No hay tantas cuevas ni puentes de roca, pero los estratos inclinados forman a veces murallas increíbles que hacen tu embarcación más insignificante aún.
En este tramo de litoral quedan muchos puertecitos minúsculos y encantadores, donde todavía se percibe la vida marinera sin contaminar. Pueblos como Puerto de Vega, Ortiguera o Viavélez, donde entras remando con tu kayak y te sientes aún un explorador de la época en que los balleneros y los barcos a vela llenaban de vida esta pequeñas radas.
En fin, una aventura diferente. Apta para casi todo el mundo siempre que elijas unos buenos guías y un día de mar en calma. Y una manera de disfrutar de otra Asturias, esa que muy pocos tiene la fortuna de disfrutar.
Mañana empezaré a remar en Luarca. ¡Seguiré contando!
Datos prácticos por si quieres repetir la experiencia.
El material y los guías con los que estoy haciendo este viaje pertenecen a la Escuela Asturiana de Piragüismo (costa oriental) y a Kalyaventura alberge de Serandinas (costa occidental); ambas empresas organizan rutas en kayak y canoas por los ríos y la costa asturiana. La primera está en el río Sella; la segunda en el río Navia, uno de los más puros y encañonados del occidente astur.