Paco Nadal >> El Viajero

Islandia es la puerta de acceso a Groenlandia. Casi todas las conexiones internacionales obligan a hacer escala en Reykjavik, la capital islandesa, antes de volar a la isla helada. De hecho, la "conexión islandesa" es tan importante para Groenlandia que cuando los groenlandeses quieren ir, por ejemplo, de un pueblo de la costa sur a otro de la costa este de su isla les resulta más barato y fácil hacerlo a través de Reykjavik que con un vuelo interior de Air Greenland.

Por eso toda visita a Groenlandia lleva casi aparejada una estancia en Islandia, porque antes o después tienes que hacer escala allí. Eso hice yo tras mi viaje de la semana pasada a la isla helada: me quedé unos días recorriendo el sur de Islandia. Y estos fueron los lugares que más me impactaron. Como siempre en este blog, si los recomiendo es porque he estado personalmente y los he visto y comprobado:

 

Cataratas islandia, Skogafoss

Skógafoss

Para muchos, la catarata más bella de Islandia, un país que si por algo destaca es por tener cientos de bellas cascadas. Está junto al pueblo de Skogar y la cortina de agua que cae es tan brutal y continua que nadie ha podido ir detrás de ella a comprobar si es cierta la leyenda de que un jefe vikingo escondió allí un tesoro.

 

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Turistas en México

En el barco en el que acabo de recorrer la costa de Groenlandia viajaba también una familia mexicana. Éramos los únicos hispanoparlantes del barco e hicimos cierta amistad. La señora me contaba un día con pena que cuando decía a los otros pasajeros que eran de México todos le contestaban lo mismo: “Qué pena, con lo bonito que debe ser su país, pero no iría nunca porque es muy peligroso”

¿Es realmente peligroso México para un turista? La pregunta me la formulan también a menudo muchos seguidores del blog que tienen dudas sobre si ir de vacaciones a ese país. Mi respuesta es siempre la misma: es mucho más peligroso que la Ciudad del Vaticano y menos que otros países latinoamericanos. Pero yo, personalmente, nunca dejaría de ir a México por esa razón.

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 Que ver. Kayak

1. Un paseo en kayak por Narsaq o por el Eriksfjord

Establezcas donde establezcas tu campo base, merece la pena dar un día un largo paseo en kayak (palabra esquimal que hizo fortuna y sirve para referirse a un tipo muy concreto de piragua en casi todas las lenguas del mundo). No hay que tener experiencia previa. Mi consejo es hacerlo en algún fiordo que tenga icebergs, como el de Narsaq o el vecino Eriksfjord, al sur de la isla, para que el paseo sea más espectacular.

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18 jul 2013

Así se fractura y se hunde un gran iceberg

Por: Paco Nadal

Uno puede pasarse la vida viendo glaciares y nunca coincidir con la ruptura del frente de esa gran masa de hielo, un espectáculo de la naturaleza que produce un ruido paralizante cuando los grandes bloques azulados caen al agua.

O puedes llegar de primeras a uno de ellos y que de repente se monte un caos digno del Apocalipsis. Eso fue lo que me ocurrió el otro día en el Icefjord, cerca de Ilullisat, en la costa oeste de Groenlandia. Desde el frente de este glaciar hasta el mar hay 55 kilometros de grandes icebergs atascados en el fiordo tratando de abrirse paso hacia mar abierto. Llegué a Ulillisat a bordo del Hurtigruten y con unas lanchas nos dirigimos hacia el caos de hielos aprisionados. De repente cayó un gran bloque cerca de nuestra embarcación.... y luego otro y otro... Y esto fue lo que sucedió. No os lo perdáis, fue espectacular:

 

 

15 jul 2013

15 curiosidades de Groenlandia

Por: Paco Nadal

Curiosidades 6
Sigo por Groenlandia. Como ya comenté viajo a bordo del Fram, un barco que hace cruceros-expedición por zonas polares. Es el mismo en el que estuve hace un año y medio en la Antártida. Esta vez el recorrido es muy sugerente porque después de recorrer los fiordos del oeste y el sur de Groenlandia cruzaremos el estrecho de Dinamarca para llegar a Islandia. Teneis todos los datos del barco y los recorridos que hace en la web de la naviera noruega Hurtigruten (en español).

Groenlandia es un territorio singular y de paisajes soberbios. Puede llegar a ser el lugar más inhóspito del mundo para vivir, pero está lleno de curisosidades como estas:  

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PESCADORES SISIMIUT 2
El Fram, el barco noruego de la compañía Hurtigruten en el que viajo estos días por las costa groenlandesa, ha atracado en Sisimiut, la segunda localidad más grande  de esta isla helada (5.200 habitantes).

Bajo por la pasarela dispuesto a recorrer el pueblo y lo primero con lo que me tropiezo es con unos pescadores que descargan desde una lancha unas bolsas de plástico lleno de una masa rojiza y sanguinolienta. Ninguno habla otra cosa que groenlandés pero un señor danés que pasa por allí me traduce. Es lo que imaginaba: ballena.  Hace un par de días cazaron una y llevan desde entonces troceándola en una zona especial del puerto habilitada para ello y trasladándola en bolsas al puerto para venderla.

Uno de los pescadores saca una navaja, corta un trozo de ballena cruda y me lo ofrece. Es el mattak, un tasajo de piel y grasa, verdadero delicatesen de la dieta del groenlandés. Es como si en España te ofrecen una loncha de jamón pata negra con su veta de grasa bien perfilada. ¡No puedes rechazarlo!


PESCADORES SISIMIUTAsí que me lo meto en la boca y los mastico mientras le doy las gracias. Ya había comido ballena en alguna otra ocasión, pero nunca cruda. Es como comer carne con sabor a mar, al fin y al cabo la ballena es un mamífero. Mastico la bola de piel y grasa hasta ya no le saco sabor y sin que se de cuenta, escupo lo que queda. Para una primera aproximación a la tapa groenlandesa, me parece más que suficiente.

En cualquier país del mundo hay temas tabús. Por ejemplo, tengo por norma general no hablar nunca de política o de fútbol con extraños y así evito sorpresas desagradables. En Groenlandia el tema tabú se llama ballena: si quieres tocarle las narices a un groenlandés sácale el tema de los cetáceos y la moratoria sobre su caza…. y tienes lío seguro.

La carne de ballena es algo tan común en la dieta tradicional groenlandesa como el pollo o el atún en la nuestra. Por eso les cabrea sobremanera la imposición de cuotas y la restricción internacional de capturas de cetáceos. Groenlandia es junto con Japón, Rusia, Noruega y Corea del Sur uno de los miembros rebeldes de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Tiene asignadas un total de 190 ballenas al año en lo que se llama cuota de subsistencia aborigen, es decir, para cubrir las necesidades de comunidades locales que desde tiempos inmemoriales han consumido carne de ballena. Pero les parece poco. El año pasado Dinamarca (país del que depende Groenlandia) pidió subir esa cuota a 1.300 pero le fue denegada por el CBI.

PESCADORES SISIMIUT 3

Nosotros no acabamos con la población de ballenas”, me dice Aka Simonsen, una inuit de Qaqartoq. “Los groenlandeses hemos cazado ballenas desde hace siglos pero siempre de forma controlada, solo las que podíamos consumir. Quienes casi acaban con las ballenas fueron los barcos balleneros de los europeos”. Y en este punto, razón no le falta.

Los países y grupos conservacionistas que se oponen a esta cuota aborigen alegan que es una tapadera para la caza comercial de ballenas y que estás acaban al final en los supermercados y en las mesas de restaurantes para turistas. Y tampoco les falta razón. Yo he comido ballena servida en el menú de restaurantes de Noruega.

Me acerco a la pescadería de Sisimiut a ver qué tienen en los mostradores y en efecto, además de foca, halibut o bacalao, en buena parte de ellos hay enormes trozos rojizos de carne de ballena. A 75 coronas danesas (10 euros) el kilo te puedes llevar toda la que quieras. El pescadero que me dice que siempre han comido ballena y que no van a dejar de hacerlo. Aunque ahora solo es un producto de temporada, desde primavera a principios de otoño.

 “Si vienes a Groenlandia, no digas que eres socio de Greenpeace”, me dice con sorna una de las personas que trabaja en el barco. “Conseguirás ser el menos popular del pueblo”.

Estoy absolutamente en contra de la caza de ballenas, y no me van a convencer de lo contrario. Pero claro, mi madre no me hacía de pequeño bocadillos de ballena para llevarme al colegio. Así que hoy aquí, sentado en el puerto de Sisimiut, uno de los más activos de Groenlandia, mientras les veo descargar enormes trozos de ballena, admito que al menos entiendo sus razones. A lo mejor si a mi me dicen que me quitan el jamón ibérico, también me cabreo como ellos.

 

Ilulisat 3
No es usual despertarte porque el barco en que navegas hace un ruido ensordecedor, como si estuviera pasando sobre una lija gigante. Menos usual es que te asomes por el ojo de buey de tu camarote y que lo que veas sea el sol de medianoche a las 3 de la madrugada y un mar cuajado de enormes icebergs que casi aprisionan el casco. Y menos usual es aún que te vuelvas a dormir con el susto que se te mete en el cuerpo tras ver cómo el barco golpea suavemente los enormes témpanos de hielo, partiéndolos con su proa reforzada para abrirse paso a duras penas hacia Ilulisat, en el fondo de la bahía de Disko, el lugar más escenográfico y bello de la costa oeste groenlandesa.

Como ya comenté en el post anterior, estoy en Groenlandia. Voy navegando por la costa occidental, por encima del Círculo Polar Ártico a bordo del Fram, un barco de la compañía noruega Hurtigruten, especializado en cruceros por los extremos polares.

Ilulisat 2Salimos ayer de Kangerlussuaq, pasamos la primera noche en Qeqertarsuaq (lo siento, todos los nombres groenlandeses son impronunciables) y hoy hemos llegado por fin al primer gran objetivo de este viaje: Ilulissat, una población de unos 4.500 habitantes perdida en un extremo de la bahía de Disko.

Lo que hace apetecible para el visitante de Ilulissat no son solo sus casitas de vivos colores apiñadas sobre la negra roca (en verano; blanca muy blanca el resto del año), ni la posibilidad de contactar con una población pesquera típica groenlandesa. Lo que atrae visitantes es que el pueblo está enclavado justo en la salida al mar del glaciar más activo de todo el hemisferio norte, el Icefjord.

Ilulisat 1Por unas características morfológicas que serían muy largas para explicar aquí, el Icefjord produce una cantidad enorme de iceberg al año. Se calcula que anualmente suelta al mar entre 20 y 25 mil millones de toneladas de agua congelada. Una cantidad solo superada por la Antártida, que es un continente completo de 14 millones de kilómetros cuadrados. Además los témpanos de hielos que salen del Icefjord son de un tamaño descomunal: llegan a alcanzar más de 100 metros de altura y pueden durar años sin derretirse. Se cree que el iceberg que hundió el Titanic salió de aquí.

Eso provoca que el simple hecho de acercarse a Ilulissat sea ya toda una aventura. Los pequeños barcos de pesca de los inuits culebrean como anguilas entre el caos de témpanos azules que bloquea la bahía; pero los grandes barcos como el Fram tienen que echarle mucha paciencia y mucha pericia para ir rompiendo los icebergs más pequeños y evitar los de mayor tamaño. Desde la cubierta acristalada del piso 7 del Fram se divisaba una panorámica soberbia: kilómetros y kilómetros cuadrados cubiertos por trozos de hielo de todos los tamaños y formas posibles, sin que se atisbara el final.

Medianoche en Groenlandia
Ilulissat
es la típica localidad groenlandesa de casitas de planta baja pintadas de colores primarios y muy diseminadas por las rocas. El centro del pueblo los forman varias tiendas y supermercados, algunos bares, la iglesia y la discoteca (la noche es muy larga aquí en invierno y cualquier forma de pasatiempo es bienvenida. De allí salen calles asfaltadas pero polvorientas hacia los barrios, muy diseminados y anárquicos.

Quienes lleguen a esta zona del Ártico pensando que los groenlandeses viven aún de cazar focas en sus kayak de piel es que hace tiempo que no ha dado un garbeo por el mundo. Si exceptuamos el pequeño detalle que en invierno la noche puede durar un mes seguido la vida de cualquier ciudadano de Ilulissat no es muy diferente a la de cualquier otro ciudadano del primer mundo . Pero ya os hablaré en otro post de las formas de vida en estas regiones remotas.

HurtigrutenDesde el centro del pueblo sale una carretera que termina en una senda de madera. Ésta lleva a la morrena lateral de Icefjord, ¡una excursión que no podéis perderos si recaláis en este remoto paralelo del hemisferio norte! Hasta el primer mirador, desde el que se ve una panorámica del glaciar que quita el hipo, hay 1,2 kilómetros. Luego la senda sigue en paralelo a la lengua glaciar durante otros cinco kilómetros para los que quieran adentrase más en la parte salvaje.

Otra excursión imperdonable: contratar un barco o un bote-taxi para que os lleve navegando entre el mar de bloques de hielo que salen del glaciar. ¡Es como volver al Cuaternario! Si además se rompe algún iceberg de los grandes, provocando un estruendo que ni la cremá de las fallas, y levanta un pequeño tsumani que zarandea la barca como si fuera un palillo (como me ocurrió a mi), tendréis verdadera conciencia de que estáis en un territorio extremo.

Un territorio donde la naturaleza es aún brutal, capaz de matar a quien no sepa manejarla y donde la fuerza de los glaciares siguen condicionando aún la morfología y la vida de sus gentes.

Lo que no sabemos –debido al cambio climático- es hasta cuando...     Ilulisat 4

06 jul 2013

Volando hacia Groenlandia

Por: Paco Nadal

6. Groenlandia (selección familia)-106
Escribo estas líneas a punto de embarcar en un vuelo hacia Copenhague desde donde tomaré otro hasta Groenlandia, mi próximo destino. ¡Un destino de lo más apetecible!

En Groenlandia me espera un barco de la compañía noruega Hurtigruten con el que voy a viajar durante las próximas semanas por la costa oeste y sur de la gran isla de hielo.

Desde luego será un viaje menos fatigoso que el último que hice por Groenlandia, cuando atravesé con esquís parte del interior helado, pero no menos apasionante.

Lo iré contando como siempre en directo en este blog. Bueno, tan en directo como me permitan las conexiones a internet vía satélite.

¡Os espero! 

Templo
Tailandia
es un país maravilloso; la puerta amable al exotismo asiático. Tiene buena infraestructura turística, muchas cosas interesantes que ver, playas estupendas, buena gastronomía, ruinas históricas, montañas selváticas, grandes hoteles de lujo a precio razonable, alojamientos baratos para mochileros y una gente amable que parece estar siempre sonriendo. Aquí van diez recomendaciones por si te animas a visitarlo:

 

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Con Fernando
Los buenos viajeros no abundan. Sin embargo, te puedes tropezar con uno en el sitio más insospechado. Y yo he tenido la suerte de conocer a uno. Se llama Fernando y lo acabo de descubrir en Tailandia.

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El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

Un relato trepidante por unos de los destinos menos turísticos y más inseguros del mundo. Un viaje en solitario lleno de emoción y melancolía a lo largo de una región azotada por constantes guerras y conflictos étnicos. Un viaje plagado de sentimientos que consigue conectar al lector con los sufrimientos y las esperanzas de África.

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