Ayer supimos que Puertos del Estado, la autoridad de la que dependen los 387 faros que quedan en España, está planeando reconvertir alguno de ellos en hoteles o casas rurales. ¡A buenas horas, mangas verdes! Eso se está haciendo ya con mucho éxito en Noruega, en Croacia, en Gran Bretaña y en otros muchos países.
Pero en fin, no está mal que aunque tarde (como siempre) aquí también nos enteremos de que con un poco de imaginación, las cosas pueden servir para otros menesteres diferentes a los que fueron creadas hace 100 años.
Y lo faros, esos elementos bellos, solitarios y literarios de nuestras costas, son lugares perfectos para crear alojamientos con encanto, rodeados de silencio, oleaje y vistas infinitas.
Además, la mayoría de ellos están ya en desuso y cerrados. ¿Por qué no darles una nueva vida que además permita mantener en condiciones sus edificios y que no se pierdan en el abandono?
Hasta la fecha y hasta donde tengo controlado, no es posible dormir dentro de un faro en España (a no ser que seas amigo del farero), pero si hay ya varios hoteles en nuestro país y en Portugal que están muy cerca de faros o incluso aprovechan instalaciones del conjunto, aunque las habitaciones no estén en el propio edificio de la linterna.
Aquí van cinco de ellos en los que puedes sentirte farero (de lujo) por una noche: