Ayer estuve buceando por segunda vez en mi vida con el tiburón blanco. Y os puedo asegurar que la emoción que sentí fue igual de intensa que la primera. ¡Uno no se enfrenta todos los días a semejante torpedo cargado de colmillos! Ocurrió en Gansbaai (Sudáfrica), una población a dos horas de Ciudad del Cabo que se ha hecho famosa como capital mundial del avistamiento del gran blanco.
En realidad tiburones blancos hay en todos los mares, pero en estas costas de Sudáfrica la concentración es mayor porque la unión de dos corrientes marinas, una fría procedente del Atlántico y otra cálida desde el Índico, hace que sean unas aguas ricas en alimento. Como además justo frente a Gansbaai existe una isla donde viven varios miles de focas -el plato favorito de los tiburones blancos- se reúnen las condiciones perfectas para que las playas y bahías estén infectadas de gigantescos tiburones con cara de pocos amigos y la boca llena de dientes como cuchillos.
Cuando ves de cerca a uno de estos colosos del mar se te paraliza el corazón... y eso que ayer el agua estaba muy turbia y la visibilidad no era perfecta. Pero aun así... ¡Dios! ¡Qué animales más poderosos! ¡Unas máquinas perfectas de matar! Pasan tan cerca de la jaula que casi los puedes tocar (aunque nadie en su sano juicio se atreve a sacar la mano, claro).
Aunque parezca muy arriesgado, el avistamiento de tiburones blancos en Gansbaai es una actividad que puede hacer cualquiera ya que no te sumerges con botellas; la jaula está amarrada a la borda del barco y sacas la cabeza para respirar. Eso sí, el agua está muy fría (te dejan traje completo de neopreno) y según qué días, el barco se puede mover como una coctelera (lo que se soluciona con pastillas para el mareo).
Los barcos salen de la pequeña rada de Gansbaai todos los días del año. En el invierno austral (de junio a septiembre) los tiburones están más activos (sin que nadie sepa el por qué) y hay más probabilidades de verlos, pero la visibilidad suele ser peor. En verano (en especial finales de enero y febrero) la visibilidad debajo del agua mejora. Aun así tengo que advertir que hay un componente de suerte importante: muchos días el agua está tan verde que solo ves ese pedazo de tiburón de cinco metros cuando lo tienes pegado a la jaula.
Aun así, la experiencia merece mucho la pena: no la olvidarás en tu vida. ¡Un gran blanco es mucho tiburón!
En un día de agua turbia esto es lo máximo que llegas a ver.
Cómo llegar. Mucha gente lo hace saliendo y volviendo a Ciudad del Cabo en el mismo día, pero eso implica un madrugón y una jornada muy larga. Es mejor quedarse a dormir en Hermanus, una población turística cercana con muchos servicios, o en el propio Gansbaai. Un hotel excepcional y de lujo en Gansbaai es el Grotboos Hotel.
Precio. La experiencia de bucear con el gran blanco cuesta 1.500 rand sudafricanos (unos 105 €).
Con quién. Yo lo hice con la empresa Aventura África (hablan español).
Hay 7 Comentarios
WOW
Que pena de visibilidad, aun asi debe ser una experiencia única.
Publicado por: Jose Villares | 02/01/2015 21:21:23
O estar muy loco, muy loco, muy locoooooooo
Publicado por: sacodedientes | 21/12/2014 19:54:37
Para enfrentarse a tales situaciones, pienso que el amor por la aventura de riesgo debe de predominar.
Publicado por: Nely García | 20/12/2014 17:35:32
Muy buen artículo!
Hace 5 años tuve la oportunidad de vivir esa experiencia y no la olvidaré en mi vida, te sientes tan vulnerable ante tan hermoso ser...
Publicado por: Javier latasa | 18/12/2014 20:44:36
La otra vez que estuviste coincidió -creo recordar- con un trágico accidente, en el que un tiburón se comió a un 'zimbawés' (o de los alrededores).
Esta vez, ¿les has contado -por si las 'fly'- al irte?.
Publicado por: V(B)iajero Insatisfecho | 18/12/2014 18:20:01
Ya son ganas de aventura, ya, desde luego a mi ni se me ocurríría, menudo miedo le tengo yo a los tiburones y si son blancos más todavía, pero bueno como personas hay para todo, sino de qué muchos descubrimientos si no fuera por los intrépidos.
Publicado por: norma | 18/12/2014 12:58:36
Desde luego hay que tener valor y ganas de adrenalina para sumergirte con el más temido de los tiburones. Sin duda una experiencia inolvidable, me llama la atención que sea la segunda vez y hayas tenido la misma sensación.
Publicado por: Eva S. | 18/12/2014 12:17:02