Paco Nadal >> El Viajero

24 ago 2015

12 cosas que hacíamos en un viaje cuando no existía internet

Por: Paco Nadal

A los menores de 30 años les parecerá que estas cosas pasaban cuando los dinosaurios dominaban la Tierra. ¡Pero, no! Esto ocurría anteayer

Así se viajaba antes de que el mundo se volviera digital (y tremendamente acelerado): 

Postal

 

(Este post se publicó originalmente el 28 de octubre de 2013)


1. Mandar postales. 

Con su sello y todo. ¡Que tierno¡ Lo peor de las postales era que como tuvieras la letra grande (caso de un servidor) no te cabía más que el saludo y la despedida. En el fondo daba igual: llegaban siempre a destino un mes después de que hubieras regresado. 

¿Qué hacemos ahora?: mandar mensajes gratis por Whatsapp

Cabinas
2. Buscar cabinas y locutorios para llamar a casa

Como estuvieras muy enamorado de tu novia, te pasabas tanto tiempo dentro que te confundían con José Luis López Vázquez en La cabina.

¿Qué hacemos ahora?: hablar gratis por Skype

 

Leer
3. Leer libros en las salas de espera de los aeropuertos

Sí, lo juro. Antes existía una cosa de papel llena de letras que te entretenía un montón durante las horas de espera.

¿Qué hacemos ahora?: buscar wi-fi gratis deseperadamente y pulsar compulsivamente el botón de actualizar Facebook y Whatsapp para ver si hay nuevos mensajes.

 

Una a una
4. Disparar fotos con cuentagotas

A mil pesetas (6 euros) el carrete y otras mil pelas (otros 6 eurazos) el revelado…. cualquiera iba haciéndole fotos a las gilipolleces que fotografiamos ahora.

¿Qué hacemos ahora?: disparar fotos al tuntún y sin sentido, porque son gratis. Y si salen mal no importa: le pones un filtro y es una obra de arte en Instagram.

 

  Proyector-diapositivas

5. Torturar a las amistades con interminables sesiones de diapositivas post-viaje

Las fotos se revelaban a la vuelta y cuando pillabas a la familia o a los amigos les soltabas unas sesiones de 500 diapos de tirón que hacían de Lo que el viento se llevo un breve videoclip musical.

¿Qué hacemos ahora?: le damos el mismo tostón a las amitades, pero compartiendolas al momento en Flick.r, Twitter, Pintarest, Facebook... 

 

Billete antiguo
6. Cuidar como oro en paño tu billete físico de avión

¡Quien se acuerda ya de aquellos engorrosos y frágiles boletos llenos de hojas y papales de calco con el trayecto aéreo! Tenían además una desmedida tendencia a perderse. Y si lo perdías…¡te metías en un lío monumental para conseguir que te hicieran un nuevo billetel! ¡Qué angustia de viajes, guardando aquel boleto como si fuera oro en paño!

¿Qué hacemos ahora?: llevamos la tarjeta de embarque en un código QR del smartphone

 

Agencia 2
7. Ir a una agencia a reservar los billetes de avión y los hoteles

Los hoteles te los enseñaba un señor o señora en la agencia en un folleto impreso, tú te creías lo que te decía (ella/él jamás habían dormido en ese hotel) y te ibas tan contento sin saber que acababas de reserva en la casa de German Monster. Para confírmate una plaza en el avión podías pasar tres o cuatro días. ¡Aquello estimulaba mucho la virtud de la paciencia!

¿Qué hacemos ahora?: lo compramos en una agencia de viaje on-line o lo hacemos directamente desde nuestro smartphone.

 

Preguntar
8. Preguntar a un señor con boina en la fuente del pueblo por dónde se iba a tal sitio

¡Ah! Que grandes momentos viajeros aquellos en que, ajenos a la invención de Google Maps, nos deteníamos a hablar con los aborígenes, quienes con su gracejo particular nos explicaban cómo llegar a la fonda El Peine o a la majada del Chicuelo. Con suerte, entablabas conversación y acababas comiendo chorizo y vino de bota en su casa. ¡Cuántas buenas relaciones con los aborígenes hemos perdido por culpa de Google Maps!

¿Qué hacemos ahora?: ponemos la dirección en el GPS y no sabemos ni por donde circulamos.

 

Plano
9. Comprar mapas y guías de viaje

Aviso para nacidos después de 1990: un mapa era una cosa como Google Maps pero que se doblaba. Una guía de papel era como la suma de varias docenas de blogs y webs, pero impresos, ordenados y encuadernados.

¿Qué hacemos ahora?: llevamos mil aplicaciones en el smartphone con todo tipo de guías y páginas de información. 

 

A antiguo
10. Pegabas tus fotos de recuerdo en un álbum

Y una vez pegadas las fotos en el álbum, nunca volvías a abrirlo para verlas. 

¿Qué hacemos ahora?: las almacenas en tu Iphone para enseñarlas en cualquier reunión y con la excusa más nimia, sin importante si a los otros les importa un bledo tu foto.

 

Dirección
11. Preguntar al primero que encontrábamos por la calle dónde había un buen restaurante en la ciudad

¡Y lo curioso es que hasta nos fiábamos de su información sin exigirle un mínimo de 500 opiniones positivas de los usuarios y al menos mil “Me gusta”!

¿Qué hacemos ahora?: lo miramos en Tripadvisor

 

Atar
12. Disfrutar de un atardecer o un paisaje en silencio y sin estrés

¡Y además, el momento se saboreaba mucho más!

¿Qué hacemos ahora?: tuitearlo, guasapearlo o feisbukearlo en el momento y acto seguido responder a todos los que nos contestan. Cuando te vienes a dar cuenta, se ha acabado el atardecer y tú no has visto nada.

 

Pero en fin… nuevos tiempos, nuevas formas.

¡Bendito sea internet!

 

Hay 89 Comentarios

Bueno, tampoco hago lo de las diapos

Sigo haciendo todas estas cosas en mis viajes, salvo la del álbum de fotos al volver, y no entiendo que esté reñido con la tecnología moderna. No es lo mismo encontrar un objeto físico proveniente de una parte lejana del mundo en tu buzón, como es una postal, q ver una foto publicada en cualquier red social. La postal sabes que es exclusiva para ti; es un detalle especial, que además de ver, puedes palpar, oler...
Hay muchas partes del mundo donde no hay cobertura 3G ni 2G, cualquier viajero lo sabe, por lo que no se puede contar con las maravillas del móvil o el portátil para que te lo den todo hecho.
El paisano de turno siempre será consultado, si existe la suerte de que haya alguno cerca, porque el paisano es el que mejor conoce el lugar y el que te puede aportar una información única y valiosísima, basada en su propia experiencia, algo que en internet está totalmente mediatizado. Que tengamos tecnología no significa que los viajeros hayamos olvidado por qué viajamos, el encanto de perderse en otras culturas y de conocer a todo tipo de personas de lo más variopinto.
Y lo de usar móvil como un simple teléfono tampoco lo veo tan claro, a no ser que tengas una tarifa superreducida de roaming -por supuesto, pienso en vuelos internacionales-. Lo mejor es apagarlo al llegar al destino y desconectar, y creo que los viajeros saben a lo que me refiero.

Sigo mandando postales.... sigo disparando a cuentagotas... lo sé, soy una romántica :)

¿Por qué solo 12 y no miles de cosas? La vida es muy interesante, por su gran variedad, el aburrimiento es imposible... mirar, reír, sonreír, oler, tocar, echar, sobar, degustar, recitar, oír, caminar, correr, nadar, volar, saltar, soplar, trepar, caer, soñar, dormir, etc., etc. A lo largo de la vida se alcanzan muchas cosas y las valoramos según la visión que tengamos de esa realidad.

Visto así, suena todo tan deprimente.

http://casaquerida.com/2015/08/29/condenados-al-indulto/

¡Perfecto post! He querido hablar de eso hace tiempo. Es una lástima como todo ha cambiado, ha casi no tenemos memoria - si se estropea el ordenador o cambiamos de teléfono, ¡adiós!

Extraño aquella época en la que significaba algo enviar una postal cuando estabas lejos, ahora con la mensajería instantánea se perdió esa magia

Muy poética la narración. Todo cambio conlleva pros y contras, tenemos tendencia a idealizar los tiempos pasados. Resulta evidente que el preguntar al señor con boina en la fuente del pueblo, era entrañable y cercano.

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Hay cosas que no volverán a ser iguales, todo esas cosas se disfrutaban mucho. totalmente de acuerdo con el post.

O barato pode sair caro e também, quanta ganancia, querer ganhar sempre... O meu dinheiro, eu quero distribuir para ter conforto nas viagens.

Pois enquanto existirem agencias (de boa reputaçāo e qualidade) eu vou reservar minhas viagens por elas. E também quero um "tour leader" para me guiar, me orientar, etc. Os senhores se esquecem de que há milhares de trabalhadores na indústria do turismo, que vivem disto. O barato pode sair caro e também, quanta ganancia, querer ganhar sempre... O meu dinheiro, eu quero distribuir para ter conforto nas viagens.

No me gustó ese comentario de las agencias. Yo trabajo en una y hay buenos profesionales que aunque no conozcsm TODO el producto que venden , si lo pueden conocer y la experiencia de otros clientes siempre ayuda mucho. Una cosa es que la gente reserve ahora a través de agencias en línea pero de ahí a hacer ese comentario de que mentimos para vender...Totalmente fuera de lugar

Yo sigo leyendo libros cuando viajo...

Yo sigo leyendo libros cuando viajo...

Antes marcabas el inicio y el destino y hacías el viaje de forma virtual. Ahora porque no.

Falta las filmadoras super 8, sus cartuchos carísimos, los revelados idem, las horas de montaje cortando y pegando esos frágiles y diminutos celuloides y las horaa de tortura a amigos y familiares con películas interminables y mal filmadas.... slds.

Muy buenos recuerdos de verdad...

Lo que no añoro nada son las fotos químicas. ¡Era una auténtica tortura decidir lo que era digno de ser inmortalizado y lo que no!

Hey! Diariamente veo como cientos de personas siguen enviando postales con el sello ya no tanto por el hecho de dejar saber a familiares y amigos que todo esta en orden (lo cual se hace via red social), sino por el pensamiento romántico y nostálgico de los viejos tiempos. Por otra parte, si he llegada hasta donde he llegado en la vida ha sido gracias a Google maps. gracias por el artículo.

En el pasado la posibilidad de un viaje implicaba un espacio para alejarse de todos y de todo, ahora el mundo interconectado no necesariamente es garantía de esto que antes era una seguridad, la intimidad que ofrecía la distancia El mundo de la sincronicidad, en el tiempo espacio, ha cambiado la posibilidad de la intimidad, pero también, ha favorecido al que desea proteger su soledad y acompañarla, de vez en cuando, con una horda de desvelados globales, de interconectados por el mundo que se acerca con la posibilidad del mero encuentro de afinidades.

Genial el artículo, y lo que sigue, en poco tiempo la comunicación se volverá impersonal al punto que hablaremos menos de lo que escribimos

en todo caso el tema de los mapas si me parece maravilloso por varias razones , la primera el hecho de Salvar a los arboles de ser talados para hacer ese papel, segundo, el tamaño de los mapas que se hacían dificles descargar, aparte de que doblarlos de la misma manera en que venían era un asunto casi imposible y eso sin contare el hecho de que uno no podía confirmar efectivamente donde se encontraba, Bienvenido el GPS¡

siento con especial pesar la finalizacion de oficios como el de los fotógrafos de grados y matrimonios, pues ahora todos tomamos fotos y ya no es necesario contratar a alguien con ese propósito; solo contadìsimas excepciones permitirían este hoy en día lujo

Estamos viviendo un fuerte ajuste en cómo se distribuye y cómo se consume la información, Las relaciones que establecemos son inmediatas. Apresuradamente, tomamos decisiones sin intercambiar muchas frases con nuestros interlocutores.
Es así como, muchas empresas no sobrevivieron. Y quienes somos mayores de 30 años, somos testigos de este cambio. Los personas que nos ofrecían los beneficios para acceder a un hotel, comprar una postal, tomar fotografías, tuvieron que desplazarse de estos oficios porque entendieron el cambio crucial que estamos viviendo actualmente. Todos los seres humanos nos hemos vuelto parte de la multimedia. Ahora, nuestro reto es entender la dinámica de cada medio, y la interacción particular con sus usuarios.
Entender todas y cada una de las herramientas que tenemos al servicio para tomar fotos, escribir mensajes, extraer la mejor información posible en beneficio propio, adquiriendo ventajas representativas, con respecto a escenarios, comidas, instantes mágicos a un precio cómodo que nos permita replicar los buenos momentos.
Ahora, hay más consumo de información que nunca, y nunca ha sido tan fácil ir a ella. El deseo de simplificar el proceso de estar bien informado e informar a otros en la inmediatez permite que los otros con quienes tenemos relación estén bien informados. Es a través de los smartphone, GPS, whatsApp, facebook, instagram que hacen que nuestros pasos en un recorrido perduren para nosotros y para aquellos quienes presencian nuestras caminatas por lugares fenomenales siendo testigos no presenciales.

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Sobre el autor

Paco Nadal

Paco Nadal es viajero-turista antes que periodista y culo inquieto desde que tiene uso de razón. Estudió Ciencias Químicas pero acabó recorriendo el mundo con una cámara y contándolo. Escribe en EL PAÍS sobre viajes y turismo desde el año 1992. Es también escritor y fotógrafo, colabora con la Cadena Ser, además de presentar series documentales en diversas televisiones.

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El cuerno del elefante, un viaje a Sudán

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