Hoy es, otra
vez, 24 de marzo. Es curioso lo frecuentes que se han vuelto, últimamente, los
24 de marzo: hay casi uno por año. Este, carente de toda redondez –37 es un
número sin gracia–, nos encuentra sumidos en el papismo contumaz, que también en este aspecto fue
elocuente: mostró cómo los más fervientes denostadores oficiales de la
Dictadura setentina están muy dispuestos a mirar para otro lado cuando su apetito de poder lo requiere. Para algunos, el oportunismo es la única religión verdadera.
Más allá o más acá de eso, para mí este 24 de marzo marca el momento de la salida de la edición definitiva de La Voluntad, ese despropósito en varios volúmenes que escribimos con Eduardo Anguita para intentar contar "Una historia de la militancia revolucionaria 1966-1978".
Pasaron veinte años desde que empezamos a pensarlo, y La Voluntad nos sigue sorprendiendo. Nos sorprendió, primero, cuando descubrimos que las personas que entrevistábamos tenían tantas ganas de abrir puertas, tanta sed de contar. Nos sorprendió al ver cómo la época se nos hacía más y más rica, más compleja cuanto más la trabajábamos. Y nos sorprendió, por eso, cuando fuimos entendiendo que el volumen previsto no alcanzaría y notamos, con cierto desconcierto, cómo las páginas se acumulaban y terminaban convirtiéndose en aquellos tres tomos repletos de historias. Nos sorprendió, por fin, que se volvieran una de las formas en que jóvenes descubrieron y viejos recordaron unos días que ahora regresaron al centro del debate.
La Voluntad dio sus vueltas, como han dado las suyas en estos años las lecturas que la Argentina hizo y hace sobre aquellos. Por eso, cuando la editorial Planeta nos pidió que escribiéramos cada uno un prólogo para incluir en la edición final, yo decidí dedicar el mío a esas vicisitudes –y quiero reproducirlo aquí.
Lecturas de una historia
Queda dicho: pasaron quince años. Veinte, desde que empezamos a trabajar en este libro. Son pocos, veinte años, en términos históricos –pero la Argentina suele sacarle al tiempo un jugo inesperado. Quizás estos veinte años no sirvieron para mucho; sí, sin duda, para confirmar a quien decía que no hay nada más cambiante que el pasado.
En aquellos días, veinte años atrás, le pedí a un veterano de la izquierda peronista –mucho tiempo de militancia, mucho tiempo de cárcel– que me contara su historia para incluirla en La Voluntad. Él, entonces, se negó porque “lamentablemente, si uno quiere hacer política en la Argentina actual –dijo, y él quería– no puede hablar de esas cosas”. El otro día lo ví en un canal de televisión pública contando aquellas historias con lujo de detalles –y pensé que ahora podría decir que “si uno quiere hacer política en la Argentina actual, debe hablar de esas cosas”.
El pasado, decíamos, cambia tanto. Los vaivenes de la historia de la militancia revolucionaria de los años sesentas y setentas –las lecturas posibles de La Voluntad– no escapan a esa regla. Al contrario: es uno de esos períodos cuyo recuerdo dura, insiste. La historia recuerda sobre todo esos momentos en que muchas personas deciden, de un modo u otro, que quieren algo tanto que están dispuestos a morir por eso: cuando la opción de la muerte entra en escena. Para bien o para mal –para bien y para mal– es algo que sucede muy de tanto en tanto: que generaciones enteras no conocen.
Esa historia recorrió, hasta hace poco, tres fases bien distintas con un lugar común: que las tres fueron escritas por los derrotados. Desde el principio –y durante mucho tiempo– los ricos argentinos, que conservaron su poder gracias a la intervención militar, tuvieron que aceptar –o quizá promover, como forma de depositar todas las culpas en un sector bien acotado– que esa intervención fuera demonizada y, así, la constitución del relato no quedó en manos de los que ganaron sino de los que perdimos. Hasta que llegó la fase actual, más compleja, más peleada.
Ya he intentado periodizar y definir esas fases. Quiero retomar –reproducir en parte– esos intentos. Las fechas y descripciones son, como suelen, esquemáticas, tan discutibles como todo el resto:
1977-1995: el militante como víctima. Cuando las primeras Madres de Plaza de Mayo empezaron a recorrer despachos y vicarías pidiendo por sus hijos, lo último que podían hacer era reconocer la militancia de esos jóvenes –que, además, en muchos casos ignoraban. Así que los presentaron como ingenuos que habían caído víctimas de la maldad extrema de un aluvión de perros sanguinarios.
Esta forma pasó a su vez a los organismos de derechos humanos y cristalizó en el Nunca Más: en ese texto, los secuestrados y asesinados son personas que no tienen historia previa, que sólo se narran en la medida en que son secuestrados y asesinados. Por eso el discurso común empezó a llamarlos, colectivamente, los desaparecidos.
En ese relato –que ya empezaba a llamarse LaMemoria– todo el acento estaba puesto en la maldad incomprensible de los malos; al disimular la elección política de los reprimidos, la versión diluía la finalidad política de la represión. La negación era también una defensa: muchos seguían pensando que si identificaban a las víctimas como militantes justificaban –de algún modo– sus asesinatos. Era la forma progre, defensiva del algo habrán hecho, por algo será. Cuando empezamos a trabajar en este libro todavía regía la idea del militante como víctima.
1996-2003: el militante como militante. Frente a eso, algunos decíamos que recordar a esos hombres y mujeres como objeto de las decisiones de sus verdugos y no como sujetos de sus propias decisiones era un modo de “volver a desaparecer a los desaparecidos” –en la medida en que se los privaba de su historia, se los transformaba en otros. La Voluntad fue uno de los intentos de recuperar las historias de quienes hasta entonces sólo habían sido víctimas; se empezó a saber más sobre sus vidas y sus esperanzas, y se empezó a aceptar que la mayoría de las víctimas de la dictadura lo fueron porque habían elegido pelear por una forma de sociedad radicalmente distinta de la que defendían los militares.
Esa nueva forma de LaMemoria permitió dar a esas historias un sentido más general –más político–, y permitió también recordar que los asesinos no mataban por perversión sino por preservar una forma social y económica, que triunfó y fue la base de la Argentina contemporánea. Esa parte era la más difícil de aceptar: implicaba admitir que nuestro país es el que es porque aquellos militares derrotaron a aquellos militantes, que su dictadura no fue un paréntesis en nuestra historia sino la fundación de nuestra sociedad actual, que vivimos los resultados –¿los frutos?– de ese proceso, y que los triunfadores de hoy les deben sus triunfos.
En esa etapa, de todas formas, quedó pendiente una discusión más seria y documentada sobre los proyectos y prácticas de los militantes revolucionarios, sus aciertos y errores.
2004-2010: el militante como héroe indefinido. Cuando llegaron al gobierno, los doctores Kirchner empezaron a reivindicar a los militantes setentistas como su referencia histórica, su precedente heroico. Para eso tuvieron que falsear esas historias: como no tenían ninguna intención de retomar las convicciones socialistas que los habían llevado a la muerte, los transformaron en unos raros activistas nacionalistas progres: revindicaron su militancia pero la vaciaron de su contenido y su proyecto. Los convirtieron en portaestandartes de un vaguísimo “cambio”, de la búsqueda de una “sociedad mejor” –como si alguien buscara alguna vez una peor. Así, neutralizados, esos militantes podían ser usados como mito de origen de un gobierno que trataba de reconstruir el Estado burgués argentino para que pudiera funcionar dentro del capitalismo globalizado –y conservar su poder.
LaMemoria sirvió, durante este período, para justificar escaramuzas del gobierno contra otros sectores con los que estuvo aliado y de pronto peleó, como el grupo Clarín. Con su estrategia, los Kirchner crearon una confusión fundamental: que ahora los montoneros mandan, que este gobierno es la concreción de las voluntades de aquellos hombres y mujeres. Es sorprendente: cualquier comparación veloz de las ideas políticas de unos y otros muestra la diferencia abismal entre esos militantes que querían un mundo sin ricos y estos ricos empresarios que entienden la necesidad de cierta presencia del Estado, cierta asistencia social para mantener el statu quo, las diferencias, las injusticias brutas. Pero en una sociedad sin proyecto, donde cualquier posibilidad de construcción fue reemplazada por el pragmatismo más banal, la retórica puede ocupar el lugar de la política, y algunos intelectuales se conformaron con ese poco de oratoria y cerraron los ojos a la realidad que la rodea: se dejaron arrullar. Ellos ayudaron también a que el equívoco se difunda y amplifique; por sus grietas se filtra la última fase –todavía incipiente– de LaMemoria.
2010: el militante como monto patotero. Es, creo, la novedad actual y se mezcla –compite– con la anterior. La apropiación por parte del gobierno kirchnerista de esa historia catalizó el cambio incipiente en las formas de pensar la militancia de los sesentas y setentas. La identificación entre este presente y ese pasado permite a los portavoces de la derecha revisar las formas predominantes de LaMemoria. El carácter intocable, casi sacralizado de aquellas víctimas se deshizo al convertirlas en peones de la retórica política actual.
Así, la idea del kirchnerismo como heredero de los setentas facilita dos reescrituras concurrentes de esta historia. Una que retoma, gracias a la guerrillitita dialéctica de estos días, la noción de que aquellos militantes eran más que nada violentos: una crítica moral que vuelve a poner todo el acento de aquella historia en la violencia, ninguno en la política. A los diversos conservadores argentinos les conviene una versión en que la violencia sea la única forma en que se manifiesta la voluntad de cambio real, para demonizar esa voluntad –en nombre de la paz y de la democracia.
Y otra que dice, en síntesis, que si esto era lo que aquellos militantes querían hacer, menos mal que perdieron: que “ahora que gobiernan, miren lo que hacen”. Durante años la presión social obligó a la derecha argentina aceptar esa imagen del joven bienintencionado que murió por sus convicciones; ahora, gracias a las maniobras torpes del gobierno, sienten que pueden relanzar la imagen de la militancia setentista que sus medios y su propaganda armaron en 1975 para justificar la matanza: los militantes como seres violentos, peligrosos, falsos, resentidos, llenos de odios y codicia, que merecían lo que estaba por pasarles. Es el opuesto simétrico –parejamente falso– de la versión angélica de los primeros años. Cuando ya parecía imposible, los sectores que ganaron, con el golpe de 1976, la batalla social, económica y política, lanzaron su contraataque cultural, y ahora intentan controlar también las formas de LaMemoria.
En esta nueva imagen (re)emergente, los montoneros de ayer se parecen a los gobernantes de hoy: falaces, autoritarios, autorreferentes, gritan consignas justicieras mientras hacen cosas muy distintas –y vuelven a ser, por lo tanto, un blanco fácil. Por eso creo que este gobierno ha vuelto, de otro modo, a desaparecer a los desaparecidos.
En ese contexto se publica esta nueva edición de La Voluntad. Ojalá sirva para contribuir a deshacer esta confusión, aclarar las diferencias, repensar las lecturas: debatir.
Hay 134 Comentarios
Felicitaciones por la nota, Caparrós. Es muy inteligente. El título del libro La Voluntad no podía ser más indicado. El voluntarismo fue una característica de la época, tanto que a los troskos del pst nos llamaban los "testigos de jehová". Hubiera faltado la voz de ese sector, que si bien no fue eje de la represión, también fue reprimido y encima cagado a palos por los montos en varias oportunidades por no decir "viva perón".
Publicado por: luli | 02/04/2013 6:05:02
Eras bueno entrevistando a Cortazar, ahora no sé
Publicado por: Marcelo García | 02/04/2013 5:42:40
Fragmento entrevista a LEIS.
Las generaciones que nos siguieron son copias mal hechas de la nuestra. Adoptaron nuestra tradición de forma oportunista, desde el poder. No lucharon sino que fueron cooptados por los Kirchner. No existían antes de que ellos llegaran y fueron un invento del poder. No son ciegos, como fuimos nosotros, sino algo peor, son lacayos del poder del Estado. La Cámpora sería más coherente si se llamase "La Cayos". Su lealtad con el amo dura mientras esté en el poder.
Publicado por: aldoush | 01/04/2013 18:19:54
Disculpas por la digresiòn de 3 renglones correspondientes a comentario anterior.
Publicado por: aldoush | 01/04/2013 18:12:34
Asì es santiago.
Pero he aquì que tanta "mentira del relato del verso del modelo" no soporta màs tantos años de OCULTAMIENTO.
Algunos de sus participantes, en su època "mocosos, imberbes, terroristas asesinos unidos bajo asociaciones ilìcitas", comienzan su autoanàlisis OBJETIVO
al no poder resistir màs
el PESO DE SU CONCIENCIA ante tanto crimen aberrante.
Esa CONCIENCIA que, durante 40 años mantuvieron adormilada, camuflada, negada, endiosada, "interesada" comienza a salir a la luz
Ay, la Voluntad.
La voluntad de perder tiempo con irresponsables y asesinos.
De seguir revolviendo los tachos de basura.
Mientras Kicilloff no puede dar respuesta a tan abrumadora realidad mostrada por Lord Keynes,
de lectura OBLIGATORIA para entender este trucho "modelo".
http://www.lanacion.com.ar/1568250-hector-leis-para-que-el-pais-supere-las-divisiones-que-hoy-lo-aquejan-es-forzoso-hacer-la-ca#
A los "hijos" y "nietos" les llega "la otra parte de la verdad" que jamàs les interesò ni preocupò.
Estoy convencido que a este "pobre" Sr. Leis, que los desnuda, lo tildaràn de traidor y reaccionario,
por venir a "revolver el avispero" en el que tan còmoda y econòmicamente desahogada, disfrutan la mayorìa de los paramilitontosK.
Publicado por: aldoush | 01/04/2013 18:10:22
es lógico q aldo verce odie a la clase mierda: es el rencor de la categoría social columna vertebral del peronismo: EL LUMPENAJE
Publicado por: santiago | 01/04/2013 14:25:43
...y es que la clase mierda no piensa: supura.
Publicado por: Aldo Verce | 01/04/2013 10:02:10
Ergo: sos cómplice de la reacción por oposicionismo mecánico y simplista. Sos reaccionario, pero no es novedad.
Publicado por: Aldo Verce | 01/04/2013 9:58:33
No se entiende de qué modo relacionás la actitud del gobierno actual con el delirio de los reaccionarios. No se entiende porque no hay relación alguna, como no sea la voluntad reaccionaria de relacionar hechos, personas y circunstancias totalmente distintas a partir de falacias: para justificar el odio visceral antik, que responde a otros intereses (clasistas de la clase mierda que cree haber perdido privilegios que nunca tuvo y un reconocimiento por dotes de las que carece), se montan en los "meros asesinos" de los 70. No son razonamientos: son pus.
Publicado por: Aldo Verce | 01/04/2013 9:56:29
pero como lenin era un pelotudo importante, la hiperinf le hizo picadilo el rublo, una hambruna feroz y tuvo q lanzar una moneda con respado oro- el chervonetz si mal no recuerdo- junto con la privatizadora NEP.
ante la evidencia de q el Papa Ulianov parecía falible, no faltó el alcahuete q convirtió la pelotudez de lenin en "brillante principio táctico": "un paso atrás, dos adelante. Todavía hoy Rusia está esperando los 2 pasos adelante, ajjajajj
Publicado por: santiago | 31/03/2013 23:27:35
Excelente artículo, admiro tu inteligencia Caparrós. Generas una envidia enferma por eso tantas críticas. Felicitaciones.
Saludos
Publicado por: Marina | 31/03/2013 21:36:48
Ay, la Voluntad.
La voluntad de perder tiempo con irresponsables y asesinos.
De seguir revolviendo los tachos de basura.
Mientras Kicilloff no puede dar respuesta a tan abrumadora realidad mostrada por Lord Keynes,
de lectura OBLIGATORIA para entender este trucho "modelo".
https://twitter.com/pabloirossi/status/318028351421968386/photo/1
Publicado por: aldoush | 31/03/2013 17:58:39
Sesudo análisis histórico de Caparrós-anguita hoy en Perfil: sostienen q el rég de minoría blanca de Rodhesia pertenecía al Commonwealth !!!, q el Imperio Británico se rindió ante la poderosa Botswana !!!!, y q Brezhnev apoyaba el Eurocomunismo!!!!!.
Publicado por: santiago | 30/03/2013 22:14:56
'Mauriicon' ese 'estilo' tuyo, para escribir, parece que tuvieras un... zapallo!!
Publicado por: Account Deleted | 30/03/2013 6:36:17
Ay siiii!!!!!! el tono de voz de caparros diviiiiino es como del mario mactas, parecen q tuvieran una pepino en el orto cuando hablan vishhte?????
Publicado por: maurii | 29/03/2013 23:38:10
Perdon, quise decir mucha suerte.
Publicado por: Claudia | 29/03/2013 23:35:47
Sr. Caparros:
Vi e trailler de la pelicula sobre Mariano Ferreyra.
Al respecto quisiera comentarle que me parecio excelente su prestancia ( creo que así se dice) . Tiene ese don de algunas personas cuya presencia iluminan la pantalla, y un tono de voz imposible de olvidar
Ojala tenga la oportunidad de volver a actuar .
Sigo habitualmente sus columnas del blog las cuales me parecen muy interesantes.
Muy suerte en lo que emprenda
Claudia
Publicado por: Claudia | 29/03/2013 23:34:29
¿Qué tal la cacería por los foros, aldo vercellino? ya te empachaste de ...'pebetes'? Buen provecho!!
Publicado por: Account Deleted | 29/03/2013 21:18:06
EN http://nolosabiasya.blogspot.com HAN PUBLICADO COMO ESPIAR LAS CONVERSACIONES DE WHATSAPP DE TUS CONTACTOS!! QUE CUNDA EL PANICO!!!!!!!! A LINE YA!
Publicado por: pepfofdsusfifv | 29/03/2013 18:59:04
Pero qué cuidaosa selección de boludos sigue habiendo en este blog... empezando por el facilista que hace de escriba de la nada. No debería sorprender a nadie, pero pasan los meses y todo sigue igual.
Insisto en que deberían obligar a trabajar a todo el mundo y eliminar la jubilación; ya se ve los estragos que provoca el ocio en unas mentes pobres.
Publicado por: Aldo Vercellino | 29/03/2013 15:23:44
" Hablo aquí de la muerte como un valor que se afirma por sí mismo. No me refiero a la muerte para la cual vive el filósofo quien sabe que en el trasfondo de esta necesidad, y a través de su aceptación, cobran sentido otros valores; ni me refiero a la muerte del hombre de fe, que no reniega de su propia mortalidad sino que la juzga providencial y benéfica porque a través de ella alcanzará otra vida. Me refiero a la muerte sentida como “urgente”, como fuente de júbilo, verdad, justicia, purificación, orgullo, sea la causada a otros, sea la causada a uno mismo" (fin)
Publicado por: Account Deleted | 29/03/2013 0:24:32
“Ningún movimiento político e ideológico se ha identificado tan decididamente con la necrofilia erigida en ritual y en razón de la vida. Muchos mueren por sus propias ideas y muchos hacen morir a otros, por ideales o por intereses, pero cuando la muerte no es considerada un medio para obtener otra cosa sino un valor en sí, tenemos entonces el germen del fascismo y tendremos que llamar fascismo todo lo que se convierte en agente de esta promoción.“ (cont.)
Publicado por: Account Deleted | 29/03/2013 0:23:20
Transcribo una reflexión de Uberto Eco: “Nos ocurre de tanto en tanto tener que explicar a otros o a nosotros mismos lo que es el fascismo. Y nos damos cuenta de que es una categoría muy esquiva: no es sólo violencia, porque ha habido violencias de varios colores; no es sólo un estado corporativo, porque hay corporativismos no fascistas; no es sólo dictadura , nacionalismo, belicismo, vicios comunes a otras ideologías. A menudo corremos, incluso, el riesgo de definir como “ fascismo” la ideología de los otros. Pero hay un componente a partir del cual el fascismo es reconocible en estado puro. Dondequiera que se manifieste, sabemos con absoluta seguridad que de esa premisa no podrá surgir otra cosa que “el” fascismo: se trata del culto de la muerte." (cont.)
Publicado por: Account Deleted | 29/03/2013 0:21:56
'Don'Aldoush y Santiago: tras veincticinco años de aparente 'olvido', me reencuentro con : http://www.scribd.com/fullscreen/80874842?access_key=key-105x4w75075vm1kz5dbp al releerlo, entiendo que fué el quiebre de algo que, más tarde, acepté como una patología. Que, después de buscarlo, se ofrezca gratis (en este link de lectura, se lee en linea; la descarga es paga.) me complace, y sospecho que a muchos le dará las claves para interpretar la historia sin el maquillaje idealista; y develar las pulsiones. La patología. Mis respetos
Publicado por: Account Deleted | 28/03/2013 22:15:35
Gobierno PERONISTA con diez años de crecimiento a tasas chinas, con la mayor presion fiscal de la historia, y no hay plata para maestros en la provincia de Bs As.
Gobierno "progre", que tiene de rehenes en su interna politica a los chicos pobres que no pueden pagarse una educacion privada.
Sinverguenzas, corruptos, no tienen perdon.
Publicado por: Mariano | 28/03/2013 18:17:57