Pero yo sobre
todo lo que quisiera saber ahora es quién carajo me mandó a meterme en esto. Lo
más cómodo sería decir que fue él, pero yo sé que no es tan fácil. En general,
nada es tan fácil, aunque los demás crean que a mí todo me resulta fácil.
Siempre creyeron eso de mí: que yo era linda, que yo era inteligente, que yo
sabía acomodarme, que todo me resultó muy fácil. Y no saben el esfuerzo que le
pongo, lo que laburo yo las cosas. Pero también por eso no le puedo echar la
culpa a él: yo me lo busqué con toda conciencia, con todas mis fuerzas, la
culpa es toda mía. Él me ayudó, claro, no sé qué hubiera sido de mí sin él,
pero es cierto que a mí siempre me gustó mandar: desde chiquita me gustó
mandar. El problema es que cuando una manda necesita rodearse de gente que esté
a la altura, que no la decepcione. Y eso en este país de mierda es tan difícil.