Fue un triunfo estrepitoso del sofisma. El viernes 24, cuando el jefe de Gabinete señor Capitanich, flanqueado calladito por el ministro de Economía señor Kicilof, anunció las nuevas medidas económicas –que, según la verba inflamada de la prensa, “aflojaban el cepo”– todos entendimos que los gastos de las tarjetas argentinas fuera de la Argentina dejarían de tributar el 35 por ciento y volverían al 20 por ciento que entregaban hasta el 3 de diciembre pasado.