Martín Caparrós

PamplinasMundial 33. Mil millones

Por: | 13 de julio de 2014

Dicen que vamos a ser unos mil millones –y me impresiona. La simultaneidad de masas es un invento de estos años: hasta hace poco era imposible que tantos hiciéramos lo mismo al mismo tiempo. Esta tarde o noche o mañana de mañana lo haremos: mil millones, uno de cada siete habitantes del planeta, miraremos a 22 muchachos correr detrás de un cuero inflado. Es sorprendente, maravilloso, deprimente, extraordinario –y, de esos 22, 11 van a ser argentinos.

Es obvio que será, para nosotros, el partido más importante de los últimos 25 años. De fútbol, digo: el partido de fútbol más importante de los últimos 25 años. Recuerdo ahora uno de hace ya 36: en 1978 vivía en Francia, exiliado de una dictadura, cuando la selección argentina tuvo esa chance por primera vez. Y recuerdo, aquel domingo, mi incomodidad, las ganas de que ganara, las ganas de que no ganara, mis nervios, mis gritos en sus goles, la alegría, el dolor de cabeza –literal– que la culpa me dejó durante días.

Ahora es más fácil, y no parece fácil. Alemania nos eliminó de las dos últimas copas. ¿No hay dos sin tres? ¿La tercera será la vencida? La mayoría de las predicciones la supone ganadora. Las apuestas la toman como favorita: su victoria paga 2,30, la argentina 3,60. Alemania hizo siete goles en su último partido; Argentina ninguno; Alemania hizo 2,8 de promedio, Argentina, menos de la mitad: 1,3. Y entonces recuerdo la otra vez, 1986, un domingo en Madrid, este mismo partido, y un artículo de un tal Javier Clemente, que decía que sabía y dirigió la selección española, explicando por qué la Argentina de Maradona jamás podría ganarlo.

Son paparruchadas: auténticas pamplinas. Por suerte hablar de fútbol no se parece al fútbol. Y estas habladurías son, sospecho, buenas para este equipo de Argentina: convencido como está ahora de su condición de perro de pelea, le conviene imaginar que no le sobra nada, que tendrá que dejar el alma en la cancha si quiere sobreponerse a la razón futbolera.

El fútbol, como el corazón, tiene razones que la razón ignora. Y eso lo hace maravillosamente imprevisible. Tanto como a sus hinchas: hace dos meses solo el 17 por ciento de los argentinos creía que su equipo podía llevarse el campeonato; ahora todos juran que siempre creyeron, por supuesto, y peroran y declaman. Son palabras. Hoy Alemania y Argentina juegan su tercera final –y estar ahí es un logro extraordinario y no importa quién gane y nada importa más.

Serán un par de horas en que mil millones hagamos lo mismo, pero unos pocos –alemanes, argentinos– lo haremos con otra intensidad: como si de verdad nos estuviéramos jugando algo crucial. Porque el fútbol, si fuera un juego, sería el mejor juego del mundo.

Hay 30 Comentarios

Cri, criii, criiiii, cry... cryyyy, cryyyyyyyyy...

Urgente! una plaza de mayo con la mad-ama cleptopatra y el abuelito quique... ¡por la victoria moral!

Sacále punta al lápiz, Bambi. Ponéte las pilas, chabón!

¿Vió, Santiago? Parecia cosa e' mandinga. Parecia como que las pelotas no querian entrar. Como si Eso... hablara. Mis respetos

Aldov decime que se siente... tener en cana a tu mama...

¡gol de Griesa de media cancha!

la Arg necesita a Karl ...Tévez
jajajajjajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj

qué te pasó, sabella del pueblo ¿magnetto te secuestró los goles?

¡otro éxito de la dékada kagada!
¡aníbal f DT!

Pero no se preocupen, que ahora vienen los penales. Los juicios penales...

Se dice dentro, pu..nto: dentro... tuyo. Buen provecho!

te podras sacar la camiseta primo brutto, pero igual, la seguis teniendo adentro!

querras decir, la pollita

Y aclaro, pues oscureció: ninguna alegria; simplemente, si la mafia se pone la camiseta argentina... yo me la saco.

La valentía criolla me chupa la polla

Comentario de los primeros 45 minutos: un alemán habilitó con un cabezazo al Pipita Higuaín, éste solo frente al arco, consideró que se trataba de un involuntario error del defensor adversario y de manera caballeros pateó el balón lejos de la valla custodiada por Neuer. Esta noble acción fue ovacionada por la parcialidad blanquiceleste al grito de Olé Olé, Pipa Pipa.

Y aclaro, por si oscurece... prefiero que gane alemania, porque de los hampones no quiero ni agua.

Como jamas dije que 'dominara' algun idioma, ni siquiera este, efetiva mente le pedí a don google la traducción al aleman del artí culo 3º de la declaración de guerra del pocho a alemania... seis segundos antes de rendirse.

第3条 - また、アルゼンチンとドイツ間の戦争状態は、慎重にこの最後の同盟国ブラジルの性質を説明した。

Desde que existe el google translator nadie puede presumir de culto.

Ja! Es muy bueno (y muy cierto) el comentario de Sergi (alter ego de ...alguien que sabe escribir) Saludos!

Mas nos acercamos a la gloria, mas idiotas nos revelamos. Que tremenda contradicción, una mas de las tantas que caracterizan a mi pais. De cualquier modo, reo que al final de cuentas, me gusta. Producen buena literatura, temas de que reirse y admirarse y opinadores omnipresentes opinando y contraopinando.( quienes ademas cobran un sueldo y contribuyen al desarrollo del mercado interno y mejorar la cadena de valor) Ay, ay, ay!!! "No hay consuelo más hábil que el pensamiento de que hemos elegido nuestras desdichas". JLB

Ay! Ay! Martín, Martín, Mastín, mastín de los intereses de vaya uno a saber quién. Faltan horas para el partido más trascendental del fútbol argentino. Hace ¿cuánto? ¿24?¿25? años que la Argentina no juega una final y vos estás publicitando en esa cosa espantosa llamada tweet "a partida infinita" ¿ y quién miércoles le interesa "a partida infinita"¿ a los brasileros que se olvidaron del mundial ni bien Alemania les metió el tercero? ¿A quién le importa "a partida infinita": ¿a los alemanes que lo ven a Mascherano y lo comparan con un tanque T4 ruso? ¿Me podés decir a quién miércoles le interesa en estos momentos "a partida infinita"? Escribí sobre lo nuestro, escribí, sobre la valentía criolla. Imitá a Borges.

primo brutto, sigue siendo un pelotudo, que se la da de culto... estadio comun de los mediocres en su camino al fracaso permanente.
martincito - cuando no representa los intenreses de sus patrones, tiene otro vicio: la autorreferencialidad - como para que no olvidemos frente a quien estamos.... claro.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Sobre el autor

Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) es escritor y periodista, premios Planeta, Herralde, Rey de España. Su libro más reciente es la novela Comí.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal