Por: Winston Manrique Sabogal04/02/2010
Por fin llega España, este viernes, la tan mentada novela inédita de Roberto Bolaño: El Tercer Reich (Anagrama). Ya desde octubre de 2008 su agente Andrew Wylie había alebrestado el mercado editorial y a los seguidores del autor chileno cuando anunció el hallazgo en la Feria de Francfort. Un escrito inacabado a máquina, aunque con correcciones a mano, que fue encontrado por su viuda Carolina López, y que se suma a otros dos hallazgos póstumos publicados como Entre paréntesis (ensayos, artículos y entrevistas), El secreto del mal (cuentos) y La universidad desconocida (poesía) todos en Anagrama.
Es una obra de 1989, es decir, 20 años antes de la santificación express de Bolaño (1953-2003) en Estados Unidos. De una obra muy anterior a su primera novela de gran reconocimiento, Los detectives salvajes en 1998. En estas páginas, venidas de apuntes y escritos, se puede apreciar el afinamiento de su estilo y la confirmación de varios de sus temas y enfoques literarios: el nazismo y sus armas para embaucar, a través de la historia de dos parejas de alemanes en la Costa Brava española.
Asalta, entonces, la pregunta eterna: ¿Es lícito o ético, o lo que sea, editar algo sin la voluntad del autor y, sobre todo, la de uno que era tan conciente de lo que escribía y publicaba? Una pregunta que se bifurca inevitablemente en otra: ¿Y por qué Bolaño no lo publicó? Cortázar y Nabokov son algunos de los penúltimos escritores a quienes también les han desempolvado escritos después de muertos.
Convertido en 360 páginas, este inédito de El Tercer Reich, queda por conocer la novela del hallazgo literario y negociación propiamente dichas. Cultura y realidad trenzada como le gustaba al propio Bolaño. Va, por lo pronto, el arranque del libro: "20 de agosto. Por la ventana entra el rumor del mar mezclado con las risas de los últimos noctámbulos, un ruido que tal vez sea el de los camareros recogiendo...".
comentarios 30
Publicado por: elquenobuscas 04/02/2010
tio Antonio, si escribes una frase sin dos faltas de ortografía graves como has hecho, alguien se acordará de tí, claro.