Por: Rocío Garcia06/03/2010
Era caótico, desordenado, moderno, imprevisible. Disparatado, genial y único. El arte de Iván Zulueta se abre un hueco este mes de marzo en la Academia de Cine a través de una exposición de algunos de sus carteles más emblemáticos y de la proyección de su toda su filmografía. Influenciado por su viaje a Nueva York, en el que se empapó de la cultura pop, Zulueta dio un vuelco radical al arte del cartelismo en España, buscando insólitas y potentes composiciones en sus obras.
El fallecimiento inesperado de este autor de culto el pasado 30 de diciembre en San Sebastián, a los 66 años, dejó inacabado el proyecto en el que trabajaba la Academia para rendir un gran homenaje a uno de los artistas más creativos e impactantes de la historia del cine español. Ahora, con autorización de la madre de Zulueta, la institución cinematográfica inaugura el próximo lunes día 8 en su sede madrileña, calle Zurbano 3, una muestra que recoge 33 de sus carteles, siete de ellos originales, y que estará abierta hasta el 23 de abril. Al mismo tiempo, la Academia proyectará íntegra su obra cinematográfica, los próximos 23, 24 y 25 de marzo. La programación a lo largo de estos tres días se centrará en sus dos largometrajes, Un, dos, tres, al escondite inglés y Arrebato, además de diez de sus cortometrajes y una pequeña obra para televisión. El último día, en el que está programada Arrebato, el filme de culto por excelencia del cine español, habrá también un coloquio al que asistirán, entre otros, Eusebio Poncela, actor del filme, y Augusto Martínez Torres, su productor.
La sala de la Academia de Cine que acoge los carteles de Zulueta es luminosa y blanca. En la mañana de ayer, vacía de público y en silencio, la potencia de la obra ya colgada contrastaba aún más en el espacio. El coordinador cultural de la institución cinematográfica, Enrique Bocanegra, y responsable de la muestra, recorría feliz ese viaje por el cine español a través del estilo del artista más representativo de la pulsión de la modernidad, el sexo y la violencia. "Fue uno de los más grandes artistas plásticos del siglo XX y supo como nadie sintetizar el espíritu de la película en una imagen, sobre todo en el cine español tras la desaparición del franquismo", dice Bocanegra, que explica que la mayoría de los carteles expuestos provienen de la colección particular de Lucio Romero y de la Fundación Borau.
Ilustrador de películas de Luis Buñuel, Almodóvar o Manuel Gutíérrez Aragón, en la exposición se pueden contemplar los carteles de algunas de las películas más representativas de esos cineastas. De las paredes cuelgan las obras que realizó Zulueta para Camada negra, Sonámbulos o El corazón del bosque, de Gutiérrez Aragón, Laberinto de pasiones, Entre tinieblas o ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, de Almodóvar, junto a algunas muy especiales como Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán, o Furtivos, de José Luis Borau. Destaca la fuerza del primero de todos ellos, el que corresponde a la película dirigida en 1970 por el propio Zulueta, Un, dos, tres, al escondite inglés, y que tuvo que firmar su productor y descubridor, José Luis Borau, porque entonces el Sindicato del Espectáculo exigía el carné oficial de director para hacer un filme. También hay cinco obras de películas extranjeras, casi todas ellas encargadas por la distribuidora de José Esteban Alenda, como Solo ante el peligro o La jungla de asfalto.
El mes de marzo se convierte así en la Academia de Cine en una excelente oportunidad de conocer aún mejor a este genio de la libertad y obsesionado por el corazón de las tinieblas. Como dice su amigo y cineasta Jaime Chávarri, demasiado tarde se dió cuenta de que la poética del cine nace de la libertad de moverse en las tinieblas.
Fotografía de Jesús Uriarte.
comentarios 14
Publicado por: descuentos Amazon 06/03/2010
Excelente artículo. Enhorabuena.