Por: Babelia Mundial de Fútbol22/06/2010
MILTON FORNARO sigue a la selección de Uruguay
La selección uruguaya sigue batiendo récords, luego de haberle ganado a México rompió una racha de 20 años sin obtener un triunfo ante los aztecas. Es bueno para la estadística, pero es mucho mejor haberse impuesto a la muy buena escuadra mexicana, y más lo es aún porque ese triunfo coloca a los nuestros en la próxima ronda en calidad de primeros. El dato no es menor, puesto que los uruguayos no tendrán que vérselas con los hermanos argentinos, ya que es muy feo eso de andarse eliminando entre parientes.
A pesar de que se jugó a las 11 de la mañana de aquí y en día laborable, ya desde las primeras horas se vivía la previa del acontecimiento, muchos pensando cómo hacer antes sus jefes para justificar las dos horas de ausencia que inevitablemente ocuparían ante la pantalla de televisión más cercana. Los menos favorecidos, los imprescindibles en sus puestos de trabajo, deberían conformarse con el audífono enterrado en la oreja poniendo cara de “a mí el fútbol no me interesa y mucho menos en horario laborable”. Unos y otros palpitaron el encuentro minuto a minuto, en tanto las calles volvieron a quedar vacías.
En la víspera la afición se dividió entre los conservadores y los arriesgados. Los primeros especulaban con el empate, mientras los otros se pronunciaban por salir a jugar. La polémica quedó instalada y encontró su eco en las mesas redondas de los programas periodísticos, donde, no obstante el palabrerío gastado, a nadie le quedó claro por qué habría de jugarse de una manera o de otra. Unos privilegiaban el resultado, otros el juego. Todos finalmente se encomendaban a que el director técnico se levantase con el pie derecho y optara por la mejor táctica. Siguiendo con la máxima de “cuadro que gana no se toca”, Tabárez colocó en la cancha casi al mismo equipo que había triunfado ante los sudafricanos. Sólo el zaguero Godín quedó afuera. Los demás repitieron. Con una buena labor de concentración en todas las líneas, Uruguay salió a jugar de igual a igual, salió a ganar con inteligencia.
México fue un equipo con características muy similares a las de nuestro combinado, jugando con fuerza, sin dar una pelota por perdida, prodigándose en el ida y vuelta. Fue un partido vibrante y el justo premio es que terminó clasificando a los dos mejores equipos de la serie. Esta vez se dio la lógica en el fútbol. Y por una vez no tenemos que estar sacando la calculadora ni mirando para el costado para ver cómo le va al otro.
Tabárez planteó un buen partido y los jugadores interpretaron al dedillo sus indicaciones. Lo más importante es la alegría de todos los habitantes de este país, desacostumbrados a festejar triunfos futbolísticos en los mundiales. Lo destacable es la actitud de los jugadores en la cancha atendiendo con profesionalismo lo que deben hacer, sin apelar a la típica “viveza criolla”, a los golpes desleales para imponerse como el más macho del ruedo o a protestar cada fallo del juez trabajándose un papel de víctima. Artimañas que tanto desprestigiaron a los cuadros uruguayos y que, felizmente parecen haberse dejado atrás. Que sigan así, que ya es muchísimo lo que hemos ganado.
*Minas, Uruguay, 1947. Último libro publicado “Un señor de la frontera”, Planeta, 2009 (finalista del premio Planeta-Casamérica).
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Publicado por: Isidoro cañones 22/06/2010
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