Por: Babelia Mundial de Fútbol11/06/2010
OLIVERIO COELHO sigue a la selección Argentina
Con el paso de los días y las lesiones, la albiceleste empieza a aparecer como candidata. Los periodistas locales no dejan de repetirlo y subrayar el contrasentido: acá nadie se ilusiona demasiado con este equipo de Maradona, aunque a esta altura se especula con que llega mejor que otras selecciones, gracias al tiempo de concentración y a la ausencia de bajas. Recién mañana se sabrá si esas dos semanas en Pretoria, sin amistosos, terminaron de unir al grupo y consolidaron el juego colectivo que la selección no encuentra desde la era Pekerman.
Nadie es profeta en su tierra y Argentina puede dar una sorpresa. También existe la posibilidad de que después de un arranque prometedor, la euforia genere una inflación de vanidad, y como casi ocurre ante México en el 2006, un rival laborioso y organizado nos deje afuera. El comienzo de la era Maradona fue pura exaltación hasta que el equipo viajó a La paz sin ningún tipo de preparación, volvió con un histórico 6 a 1 en el buche y empezó a experimentar muy seguido el sabor de la derrota.
Por un lado Romero, el gigantesco arquero que el DT rescató del AZ Alkmaar. Luego Demichelis y Samuel, ambos defensores blindados –aunque el primero, desde su traumática fractura de maxilar a manos de Ballack, parece entrar en pánico en cada pelota dividida y en los últimos partidos del Bayern fue un molinete–. Luego Mascherano y Jonás Gutierrez, en la recuperación, en la persecución y en la erosión psicológica del adversario. Verón como pensador, organizador y profeta maradoniano en la cancha. Di María, que en creatividad le ha sacado varias cabezas a todos, hormigueando por izquierda. Los cuatro han mantenido, en sus respectivos equipos y en la selección, rendimientos superlativos.
Messi, el mejor jugador de clubes en el mundo, es la octava vértebra incuestionable, pero en los cafés porteños no goza de la popularidad de Tévez y suele ser blanco de burlas viles. La delantera argentina es, paradójicamente, la más irregular de las tres líneas, pese a que todos son figuras en sus respectivos equipos. Tal es así que el rústico y veterano Martín Palermo, capaz de errar tres penales en un partido, experto en hacer goles con la tibia, el peroné y la cadera, es el que más rindió en lo poco que jugó. Frente a Nigeria sin embargo la delantera estará compuesta por el cotizado tridente Messi-Tévez-Higuaín.
Me animo a afirmar que el equipo no depende de Messi. No quiero decir que Messi sea prescindible o que no sea genial. Si no que para ésta selección Messi no representa lo que Maradona para la de Bilardo. Messi se formó en el laboratorio del fútbol europeo y no está a su alcance ser el alma del equipo y cargárselo al hombro. Le falta astucia y carisma, y sobre todo la ira divina que dejó afuera al mejor jugador argentino de la historia, en España 82, en una de las infracciones más violentas que puedan recordarse, cuando con una patada voladora impactó en el brasileño Batista la frustración de todo el país.
* Oliverio Coelho (Buenos Aires, 1977). Su último libro es Parte Doméstico (Emece, 2009). Administra el blog conejillodeindias.blogspot.com.
comentarios 9
Publicado por: Chanel 11/06/2010
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