Por: Babelia Mundial de Fútbol17/06/2010
OLIVERIO COELHO sigue a la selección de Argentina
“Es muy pintoresco el público de acá, pero con esas cornetitas es muy difícil jugar”, se le escuchó decir a Tabárez, el técnico de Uruguay. Cada pueblo tiene sus rituales en la cancha. A un argentino le resulta inexplicable que en México las hinchadas rivales puedan mezclarse en las tribunas y convivir pacíficamente mientras toman litros de Corona. Habrá que buscar en tradiciones antiguas la predilección de los simpatizantes sudafricanos por esas trompetas alargadas que, si bien en las canchas argentinas todavía existen, suenan de manera aislada, cuando los equipos entran, mientras cae una la lluvia de papelitos, serpentinas y tres tiros. Quizás a un sudafricano instalado en una popular durante un River Boca, pueda resultarle igual de insufrible la cortina de cánticos, los saltos frenéticos y las avalanchas ante cada situación de gol.
Lo cierto es que la palabra mágica vuvuzela parece extraída de un cuento de hadas. La escucho en cuanto lugar visito: bar, pileta, cola de cine. Las transmisiones de televisión están saturadas por una cortina ensordecedora de ruido, los locutores lucen alterados pero al pronunciar la palabra mágica parecen gozar y empalagarse. Por la intensidad y la regularidad, pareciera que el público sudafricano se ha confabulado para enloquecer a los jugadores y a los periodistas recluidos en sus cabinas. Los cuatro equipos que lleguen a semifinales probablemente terminen con los nervios destruidos después tanta vuvuzela, y quizás Sudáfrica 2010 se recuerde como el mundial del ruido de fondo y la pelota playera.
Don Mario, mítico dueño del bar, a su vez, anda por ahí, y se arriesga a decir que Maradona es un motivador nato, que sirve para estos partidos chicos, pero cuando haya que jugar contra un grande, el técnico en la sombra será, como en Estudiantes de La Plata, Verón. Desde mi mesa me animo a corregirlo: “Verón en todo caso es el entrenador personal de Messi. El rendimiento de la pulga tiene mucho que ver con la influencia de su compañero de cuarto, así de simple. Los jugadores son humanos. Ese pibe tiene una presión tremenda. Imaginate: a cada milésima de segundo, alguien en el planeta pronuncia su nombre.”
Al café comienzan a llegar más personas y a la ronda de amigos se suman dos ex futbolistas. Me enteró entonces de que todos ellos participan de un programa radial llamado La vuelta olímpica, que se transmitirá en vivo en instantes. Me quedo cerca, para escuchar. El diálogo al aire no difiere en nada del que tenían momentos atrás: una típica polémica en el bar. “Argentina no va a llegar lejos”. “Argentina va a empatar con Corea”. “Verón se termina de lesionar y se queda afuera del mundial”. “Las vuvuzelas, qué aberración de la naturaleza”.
* Oliverio Coelho (Buenos Aires, 1977). Su último libro es Parte doméstico (Emece, 2009). Administra el blog conejillodeindias.blogspot.com.
comentarios 1
Publicado por: Vermont 17/06/2010
Quiero conocer ese café! Gracias por la información. A ver si compro Parte doméstico. Las cronicas tuyas me vienen gustando.