Por: Babelia Mundial de Fútbol21/06/2010
MANUEL JORGE MARMELO sigue a la selección de Portugal
He salido a la calle algunos minutos después del final del partido y ya se notaban los efectos de la enorme gentileza de los nortecoreanos: la ciudad sonreía bajo un sol buenísimo, las personas caminaban más seguras de ellas mismas y repetían siete a cero, siete a cero, siete a cero, como se necesitasen de repetirlo para creerlo. Nadie lo esperaba y todavía no se sabe muy bien como ha sido posible marcar siete goles ante Corea del Norte, por más normal que sea que el tercero equipo del ranking de la FIFA haga una canasta de goles a la centésima y algo.
Mi hija me llamó desde la calle para comentar que jamás se había reído tanto con un partido de fútbol. “Ahora vas a escribir que nosotros somos los mejores?”, pregunta, para provocarme. No contesto. Pero me ocurre que ayer, desde São Paulo, en Brasil, me decían que estaba montada una fiesta tremenda por los tres goles ante Costa de Marfil. Si ellos pueden hacer una fiesta con tan poco y un brazo, porqué no lo haremos nosotros que solo marcamos goles con los pies y siete de una vez? Festejemos hoy, sí, que mañana volverá la crisis, el aumentos de impuestos, la falta de empleos y todo lo demás.
Solucionada la cuestión shakespeariana de Queiróz, y ante el cataclismo que golpeó Corea en el segundo tiempo, Cristiano Ronaldo también volvió a sonreír. Se comprobó que, de hecho, los goles son como la salsa de tomate y, cuando llegan, hasta Ronaldo marca, desde que el adversario se quede ya en K.O. (y que Pak Chol Jin, el anónimo y ejemplar numero trece coreano, deje de secar al as portugués). Me temo que la botella del ketchup pueda, ahora, estar vacía, pero eso es algo que ya se verá cuando venga. Ahora es prácticamente cierto que Portugal seguirá para la segunda fase de la competición y, una vez ahí, todo es posible – hasta que Italia sea campeón.
Para que sea posible hacer algo más y continuar a soñar, creo que el secreto puede ser, como hoy, que el equipo vuelva a olvidar que Cristiano Ronaldo esta en campo. Dejen que Raul Meireles, Tiago, Hugo Almeida, Fábio Coentrão y Ricardo Carvalho jueguen unos con los otros y, una vez o otra, pasen la pelota a Ronaldo, para que haga alguna cosa con el tacón y lo filmen para que él se pueda mirar en las pantallas del estadio. Así esta todo bien.
Veo Ronaldo y siempre me ocurre “Rudo y Cursi”, la película de Carlos Cuarón en la que Gael García Bernal interpreta un jugador talentoso a quien el suceso transforma en una estrella pop con una novia vistosa y extravagante – y luego Tato “Cursi” deja de jugar y queda arruinado. Talvez, uno de esos días, alguien enseñe la película a Ronaldo y le explique el significado del adverbio latino que dice “ridendo castigat mores”. Quizás Ronaldo pueda, entonces, sonreír de otro modo y vea en que patética personaje se esta transformando.
comentarios 3
Publicado por: kakia 21/06/2010
Lo que supongo es una traducción del texto original, es un horror. Y está llena de erratas. ¿Qué no hay un editor, corrector, alguien, el que sea, que lea los textos antes de publicarlos?