Por: Winston Manrique Sabogal05/08/2010
"Que el mar quedaba por aquella parte, se lo había dicho yo a Gosto. Los días de tempestad, era por allí que se alzaba el tiempo y el sol volvía a batir como sobre un gran campo de flores, mientras que donde estábamos nosotros aún goteaba. El mar yo siempre me lo he imaginado como un cielo sereno visto a través del agua...".
Por que no hace falta haberse bañado en el mar para imaginárselo, para soñarlo, para inventarlo; pero sí es necesario estar delante de él para quedar boquiabierto y correr hacia él y caminar por la playa y jugar con las olas mansas esquivándolas una y otra vez hasta descubrir el capricho de andar entre ellas y jugar con la espuma de sus orillas. Cesare Pavese (Italia, 1908-1950) sabía todo eso y lo contó en relatos como este titulado El mar, con el que Papeles Perdidos continúa su serie Veranos literarios, donde rendimos homenaje a los diferentes elementos estivales con los que soñamos todo el año. Así es que continuemos con la historia que escribió el poeta y narrador italiano:
"¿Y el mar, Pietro, no lo has visto nunca? -le preguntó Gosto. Entonces nos dijo que había estado en Marsella y que allí el mar lo tenía delante de la puerta. Miró a la plaza, donde caía la sombra de la casa, y dijo: -Como si estuviese aquí, en la plaza. Y animación día y noche. Más que en el mercado central-.
Le preguntamos cómo está hecha la orilla del mar, pero no lo sabía o no comprendió lo que queríamos decir. Dijo que sí, el agua es verde y se mueve siempre y continuamente hace espuma, pero que dentro de él no había estado nunca y no sabía cómo es la tierra vista desde el mar. Nos contó que los barcos tienen un color entre rojo y negro y que el puerto huele como las estaciones. Dijo que carga y descarga más carbón un puerto en un día que carros de uva todas nuestras colinas. Y los marineros, incluso los extranjeros, van vestidos como nosotros y no piensan más que en volver a casa. -Es duro el mar -decía-. Hay que haber nacido descalzo".
Veranos literarios:
Atajos hacia la felicidad (3 de agosto)
Despertas en la bahía de Mansfield (4 de agosto)
Imagen: Dos niños en una playa (1904), de Joaquín Sorolla.
comentarios 10
Publicado por: marian 05/08/2010
acabo de llegar,ayer tenia su luz su caricia su musica . Hoy mis ojos mis oidos y mi piel añoran la presencia de los atardeceres a su orilla sintiendo su cercania envolvente inmensa y....sigo alli MARE MAR