Por: Winston Manrique Sabogal14/01/2011
"Empecé a escribir un diario a fines de 1957 y todavía lo sigo escribiendo. Muchas cosas cambiaron desde entonces, pero me mantengo fiel a esa manía. Por supuesto, no hay nada más ridículo que la pretensión de registrar la propia vida. Uno se convierte automáticamente en un clown. Sin embargo estoy convencido de que si no hubiera empezado una tarde a escribirlo jamás habría escrito otra cosa..."
Y mañana es el día en que en Babelia empezaremos a saber como son los míticos diarios de Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1940). Notas en un diario es el nombre de la nueva sección que publicará en exclusiva y una vez al mes el escritor argentino en la revista literaria y cultural de EL PAÍS. Piglia es uno de los autores más prestigiosos del panorama actual, gracias a títulos como Respiración artificial, Plata quemada y Blanco nocturno (elegido el año pasado el tercer mejor libro de 2010 por Babelia).
¡Por fin! tendremos acceso a esas piezas tan mentadas en el mundillo literario pero que nadie había leído. Un tema, el de los diarios, los recuerdos y la memoria, abordados por Piglia en sus libros y que a partir de mañana podremos disfrutar como parte esencial de su vida personal y literaria. No en vano en ellos anida su nacimiento como escritor. Pero dejemos que sea el propio escritor y profesor en Princeton quien nos cuente la génesis de sus diarios, los motivos de su escritura y por qué, finalmente, ha decidido compartirlos ahora:
"Empecé a escribir un diario a fines de 1957 y todavía lo sigo escribiendo. Muchas cosas cambiaron desde entonces, pero me mantengo fiel a esa manía. Por supuesto, no hay nada más ridículo que la pretensión de registrar la propia vida. Uno se convierte automáticamente en un clown. Sin embargo estoy convencido de que si no hubiera empezado una tarde a escribirlo jamás habría escrito otra cosa. Publiqué algunos libros -y publicaré quizás algunos más- sólo para justificar esa escritura. Por eso hablar de mí es hablar de ese Diario. Todo lo que soy está ahí pero no hay más que palabras. Cambios en mi letra manuscrita. A veces, cuando lo releo, me cuesta reconocer lo que he vivido. Hay episodios narrados ahí que he olvidado por completo. Existen en el Diario pero no en mis recuerdos. Y a la vez ciertos hechos que permanecen en mi memoria con la nitidez de una fotografía están ausentes como si nunca los hubiera vivido. Tengo la extraña sensación de haber vivido dos vidas. La que está escrita en los cuadernos y la que está fija en mis recuerdos. Son figuras, escenas, fragmentos de diálogos, restos perdidos que renacen cada vez. Nunca coinciden o coinciden en acontecimientos mínimos que se disuelven en la maraña de los días.
Al principio las cosas fueron difíciles. No tenía nada que contar, mi vida era absolutamente trivial. Me gustan mucho los primeros años de mi Diario justamente porque allí lucho con el vacío total. No pasaba nada, nunca pasa nada en realidad pero en aquel tiempo me preocupaba. Era muy ingenuo, estaba todo el tiempo buscando aventuras extraordinarias. Entonces empecé a robarle la experiencia a la gente conocida, las historias que yo me imaginaba que vivían cuando no estaban conmigo. Escribía muy bien en esa época, dicho sea de paso, mucho mejor que ahora. Tenía una convicción absoluta y el estilo no es otra cosa que la convicción absoluta de tener un estilo.
No hay secretos, seria ridículo pensar que hay secretos, por eso voy a dar a conocer páginas de mi Diario. Las que voy a publicar a partir de ahora las he escrito en estos últimos meses, en Princeton donde vivo parte del año".
Una muy buena presentación y antesala para la lectura de mañana en Babelia de esta primera entrega de Notas en un diario. Una gran noticia y acontecimiento literario. ¡Gracias, Piglia!
Artículos de Ricardo Piglia:
Notas en un diario, 3 (12 de marzo 2011): El consejo de Tolstói
Notas en un diario 2 (12 de febrero): El perro ciego
Notas en un diario 1 (15 de enero 2011): Un detective privado.
Los libros del año: Blanco nocturno fue elegido por los críticos de Babelia como el tercer mejor libro de 2010, solo por detrás de Verano, de Coetzee, y Poesía reunida, de Yeats.
PD: En el siguiente enlace puedes leer el Encuentro digital que sostuvo Piglia con los lectores de ELPAÍS, en septiembre tras la publicación de su novela Blanco nocturno (Anagrama). Enlace del chat con Piglia.
Imagen: Ricardo Piglia fotografíado por David Sisso y Guido Chouela.
comentarios 6
Publicado por: puma ferrari 14/01/2011
Pues eso. So much for the stupid ethnical homogeneity they are seeking around Brussels...