Por: Winston Manrique Sabogal18/03/2011
"En lo alto de la montaña, ensombrecida ya por el crepúsculo, más arriba del puente, la nieve blanqueaba.
En cuanto caen las hojas, arrancadas por los vientos fríos y duros, el País de Nieve se colma de días grises, nublados y glaciales. La nieve se siente en el aire. El círculo de las montañas de los alrededores aparece blanco bajo la primera nieve, que la gente del país llama 'el sombrero de las cumbres'. En toda la costa norte el mar de otoño muge y gruñe; y aquí, en el corazón del país, las montañas hacen lo mismo, dejando oír un enorme suspiro parecido al rugido lejano del trueno. Las gentes lo llaman 'el rumor de fondo'. El sombrero de las cumbres y el rumor de fondo, según había leído Shimamura en el viejo libro, anuncian y preceden inmediatamente la estación de las grandes nieves".
Este es un asomo al Japón de Yasunari kawabata en su novela País de nieve (Emecé). Una manera de rendir homenaje a un país y a una cultura que atraviesa uno de sus momentos más difíciles a causa del terremoto del pasado 11 de marzo cuyas consecuencias, el tsuanmi y la crisis de las centrales nucleares, mantiene a la población en vilo. La literatura es para mí una forma de estar cerca de las personas en momentos así. De recordar cómo son através de sus autores y sus historias, y de lo que han escrito algunos extranjeros sobre Japón y los japoneses.
Precisamente, mañana publicamos en Babelia un especial sobre literatura japonesa editada recientemente en España que da cuenta de su gran riqueza y variedad de estilos, géneros y temas (enlace a Murakami y su nueva novela, además entrevista con Katayama y artículo sobre la nueva traducción directa del japonés de Confesiones de una máscara, de Mishima). Es una continuación de un reportaje que dimos en 2009 cuando empezaba a notarse la seducción que despertaban los autores japoneses en el mercado español. Una mirada más allá de Haruki Murakami y de escritores tan populares como Yukio Mishima (de quien el año pasado se conmemoraron los 40 años de su muerte) al que en agosto incluí en la serie Veranos literarios, el propio Kawabata e incluso Kenzaburo Oé, a quien entrevistamos en Babelia hace un año. Como complemento, recomendaré ahora otros libros que no son de estricta novedad pero que valen la pena tener en cuenta para hacernos una idea de la creación japonesa:
Imágenes: Grabados de Katsushika Hokusai y Hiroshige.
La novela de Genji, de Murasaki Shikibu (Atalanta y en bolsillo Austral), es la gran novela de la antigüedad japonesa que data del siglo X. La historia del enamoradizo príncipe Genji que persigue el deseo lo cual sirve para crear un fresco del amor y el enamoramiento.
Karada. El cuerpo en la cultura japonesa (Adriana Hidalgo), de Michitaro Tada. Un estudio y descripción, basados en datos históricos, culturales y científicos, sobre el significado del cuerpo humano en dicha cultura.
Sombras (Satori), de Lafcadio Hearn. Es la fascinación que desperó en un irlandés de madre griega el Japón de finales del siglo XIX. Una traducción de la filosofía y concepción estética de la cultura japonesa cargada de sentimientos y admiración.
Equivocado sobre Japón (Mondadori), de Peter Carey. Es una especie de diario del escritor australiano acompañado por su hijo durante su visita a Japón. Gracia y estilo donde se desmontan tópicos y prejuicios y se añaden realidades.
Siete cuentos japoneses (Siruela y Debolsillo), de Junichiro Tanizaki. el gran Tanizaki en siete relatos imprescindibles. Realidad, dureza y delicadeza en una amalgama de palabras irrepetibles. Del mismo autor está El cortador de cañas y El retrato de Shunkin (siruela y Debolsillo).
El mar y veneno (Ático de los libros), de Shusaku Endo. Uno de los autores japoneses más destacados pero poco conocido en España, que en esta novela situada en la II Guerra Mundial, pero en un hospital donde un médico debe confrontar sus principios ya que debe participar con experimentos en prisioneros estadounidenses.
Kanikosen. El pesquero y El camarada (Ático de los libros), de Takiji Kobayashi. Después de 80 años esta novela alcanzó el éxito, y doble porqu elo ha hecho entre los jóvens lectores. Una denuncia sobre el trato de los patrones sobre los empleados, aquí en un barco pesquero sobre las aguas del mar de kamchatka.
La creación de Japón: 1853 y 1964 (Mondadori), de Ian Buruma. Su título lo dice todo. Una biografía muy bien documentado sobre el Japón de hoy.
Renacimiento, M/T y la historia de las maravillas del bosque, ¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era! (todos en Mondadori), de Kenzaburo Oé. La sensible y profunda prosa del Nobel japonés en varias novelas.
Una cuestión personal, La presa y Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (todos en Anagrama), de Kenzaburo Oé. Experiencias personales e historias de la guerra en una narrativa entrañable y reflexiva.
La nobleza del fracaso: Héroes trágicos de la historia de Japón (Alianza), de Ivan Morris. Una serie de biografías de legendarios héroes nipones, a través de los cuales se muestra que la vida es más grande, cruel y compasiva que la imaginación. Sirve para entender la idiosincrasia de un pueblo admirable. Carlos García Gual se refirió a este libro en Babelia hace unas pocas semanas.
Cuentos y leyendas de Japón (Anaya), Amparo Takahashi. Un viaje por las leyendas, fábulas y relatos del Japón de todos los tiempos.
El piloto de Hiroshima: Más allá de los límites de la conciencia (Paidós), de Günther Anders. La correspondencia que Anders, importante filósofo del siglo XX, sostuvo con el piloto Claude Eatherly que lanzó la bomba sobre Hiroshima. Un acto del cual se arrepintió y convirtió su vida en un laberinto de emociones.
Hiroshima (Debolsillo), de John Hersey. Un clásico del periodismo donde Hersey reconstuye el infierno de Hiroshima a través de la crónica de seis sobrevivientes. Un libro impresindible sobre la guerra, la bomba atómica y la insensatez.
La escopeta de caza (Anagrama), Yusushi Inqué.
Azul casi transparente (Anagrama), de Ryu Murakami
Antología. Hiroshima, Truman (Ediciones irreverentes), con textos de varios autores hispanohablantes encabezados por Eduardo Galeano.
Sueño profundo, Tsugami y Amrita (Tusquets), de Banana Yoshimoto. Una de las autoras más populares en la estela de Murakami.
Sayonara, mío (Alfaguara), de Takuji Ichikawa. La conmovedora historia de un padre y su pequeño hijo que acaba de perder a su madre. La profunda pena y la angustia de vivir con esa ausencia les dará una segunda oportunidad de amor insospechada.
Fuego cruzado (Quaterny), de Miyuki Miyabe.
comentarios 6
Publicado por: srcocodrilo 18/03/2011
Buena recopilación, aunque echo en falta a Natsume Soseki, uno de los primeros escritores japoneses que se abrieron a occidente. Su literatura está muy influenciada por los rusos del s.XIX y viajó a Inglaterra a principios del s.XX.
Gredos publicó Kokoro, interesante historia sobre el honor y lealtad en el Japón de principios del s.XX. Una simbología bonita y compleja, muy diferente a la forma de pensar occidental.
Y por otra parte Impedimenta ha publicado Soy un gato, Sanshiro y Botchan. Sólo he leído la tercera, una simpática historia acerca de las vivencias de un joven profesor en un pueblo de provincias.
En cualquier caso es un escritor recomendable.