Por: Amelia Castilla04/03/2011
CSI ha creado escuela. La serie norteamericana y sus extraordinarios metodos de investigación han ganado un público fiel. Basta con zapear cada noche para descubir, entre la programación, lo mucho que el género negro ha calado entre el público. En esa corriente podría enmarcarse Cadáveres exquisitos (Globalrhytm), una relación de autopsias a famosos, fallecidos en extrañas circustancias, escrita por Thomas T. Noguchi, conocido popularmente como el forense de las estrellas. Naturalmente en el libro todo es real, lo que pone una dosis mayor de morbo a la historia. Por las manos y el bisturí de Noguchi pasaron los cuerpos sin vida de Marilyn, Janis Joplin, Natalie Wood, Robert Kennedy o William Holden, entre otros. El forense se encontraba en el sitio justo y en el momento adecuado: es decir en Los Angeles entre 1961 y 1982 y su jurisdición incluía Hollywood y Beverly Hills.
Los misterios en torno a la muerte de Marilyn seguirán circulando se publique lo que se publique. Noguchi aclara que la investigación de la fiscalía fue "escrupulosa y exhaustiva" y que la mayor parte de las alegaciones carecían de fundamento. Sin embargo, no se explica por qué Marilyn "reía feliz cuando habló con Joe DiMaggio a las siete y media de la tarde y agonizaba tan sólo treinta minutos después. "¿Y qué significaba su mano tendida hacia el teléfono?".
Sobre la autopsia a Robert Kennedy siembra al menos una duda: ¿Qué vieron los testigos que acompañaron al senador en el hotel donde se produjeron los disparos que acabaron con su vida? Para todos un desafiante Sirhan disparaba de frente y hería al senador. Sin embargo, las pruebas forenses sugerían que los disparon se produjeron así: Instantes despues de que Kennedy entrara en el cuarto donde fue asesinado, una pistola apareció a unos siete centimetros de su nuca y disparó. "Mi experiencia como forense en casos de homicidio me ha mostrado que los espectadores no captan la verdad de una situación porque sus ojos siguen únicamente al famoso".
Se trata únicamente de un aperitivo de lo que se puede encontrar en este libro. "Un forense ha de tener agallas. Sus valoraciones y juicios no serán siempre populares", concluye.
En la foto, la imagen de Marylin tal como fue encontrada en su habitación.
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Publicado por: Links of London 04/03/2011
Se trata únicamente de un aperitivo de lo que se puede encontrar en este libro. "Un forense ha de tener agallas. Sus valoraciones y juicios no serán siempre populares", concluye.