Por: Guillermo Altares17/12/2011
"Un hombre que luchó contra todos los tiranos, incluido dios". Con estas palabras, Richard Dawkings, el autor de El gen egoísta, despidió a Christopher Hitchens, polemista, provocador, ensayista, fallecido de cáncer en Houston en la noche del jueves al viernes. Dawkings y Hitchens compartieron una cruzada común: la defensa del ateísmo, de la que hablan a fondo en un diálogo para New Statesman, la revista en la que creció como periodista. Hitchens, además, se apuntó a todo tipo de causas: escribió un ensayo durísimo contra la madre Teresa de Calcuta (La postura del misionero era su título en inglés), tanto que acabó ejerciendo de abogado del diablo en su proceso de beatificación, cargó contra Kissinger en un libro cuyo objetivo declarado en la primera frase era que el ex secretario de Estado fuese procesado por crímenes de guerra, defendió la guerra de Irak y para demostrar que el waterboarding era tortura, el ahogamiento simulado que Cheney justificó tras descubrirse que la CIA lo practicaba tras el 11-S, se sometió a este tormento, como puede comprobarse en este vídeo. Con estos mimbres escribió uno de sus artículos para la revista Vanity Fair, en la que pudimos leerle mes a mes durante años. Sus ensayos sobre Orwell, un escritor con el que se la he comparado muchas veces, muestran una finura literaria extraordinaria.
Pero la mejor manera de homenajear y recordar a Hitchens, es sencillamente leerle.
En el ISBN, la base de datos del Ministerio de Cultura de libros editados en España, figuran siete títulos de Hitchens como disponibles en tres editoriales: Juicio a Kissinger (Anagrama), Cartas a un joven disidente (Anagrama), La victoria de Orwell (Emecé), Dios no es bueno: alegato contra la religión (Debate), Dios no existe: lecturas esenciales para el no creyente (Debate), Amor, pobreza y guerra (Debate) y sus memorias, Hitch 22 (Debate). Debate tiene previsto publicar otros dos títulos en los próximos meses y acaba de sacar en e-book un artículo largo sobre Bin Laden. Todavía quedan unos cuantos por publicar, entre ellos Unacknowledged legislation: Writers in the public sphere (Verso Books, 2001), además de sus numerosos y jugosos prólogos, desde al clásico sobre los balcanes de Rebecca West Black lamb and grey falcon en la edición de Penguin hasta Nuestro hombre en La Habana de Graham Greene. Su diatriba contra la madre Teresa de Calcuta tampoco tiene todavía editor.
Elegir un solo título es difícil pero, además de los dos ensayos sobre el ateísmo, me quedaría con su demoledor trabajo sobre Kissinger. "He abordado únicamente las infracciones de Kissinger que podrían o deberían constituir la base de una acusación penal: por crímenes de guerra, contra la humanidad, y delitos contra el derecho consuetudinario o internacional, entre ellos, la conspiración para cometer asesinato, secuestro y tortura", escribe al principio. Todo su obra tiene esa contundencia y desata la misma sensación: una enormes ganas de ponerse a discutir, a argumentar, a pensar. Algo cada vez más importante en estos tiempos que recuerdan a menudo a la vieja frase de Yogi Berra: "Si no sabemos a dónde vamos, es posible que no lleguemos a ninguna parte". Hichtchens siempre supo a donde iba: al combate dialéctico.
Imagen: Hitchens en una conferencia en Nueva York, en junio de 2010 / Peter Foley (EFE)
comentarios 6
Publicado por: Max 17/12/2011
Contundente y rotundo donde los haya, aunque no convincente. Será por lo de ser ateo, ¡quién sabe!