Por: Guillermo Altares25/01/2012
Aviador durante la primera Guerra Mundial, resistente durante la segunda, aventurero que incluso se atrevió a navegar con traficantes de esclavos en el golfo de Adén, periodista en mil frentes y unos cuantos más (logró el visado número 1 del recién creado Estado de Israel), autor de un puñado de clásicos de la literatura francesa, sobre todo El león y Los jinetes, Joseph Kessel (1898-1979) arrastra todo el peso del siglo XX en su vida y en su obra. "Toda su vida, supo mezclar con talento dos géneros: el gran reportaje y la escritura novelesca", dijo sobre él su biógrafo Olivier Weber, autor de Kessel, le nomade eternel (Kessel, el nómada eterno). Hace tres años se rescataron sus reportajes del final de la Guerra Civil española, acompañados de fotos de Jean Moral, magníficamente editados en España por Inédita. Ahora la editorial navarra Ken ha recopilado algunos de estos textos en un pequeño volumen. Es un pretexto tan bueno como cualquier otro para releer a Kessel.
Este reedición de los reportajes de Kessel coincide también con el rescate de las crónicas de Manuel Chaves Nogales sobre La defensa de Madrid por parte de Espuela de Plata. Los dos son precursores –inventores sería una palabra más exacta– de lo que luego se llamaría el Nuevo Periodismo. Antes de Truman Capote y de Tom Wolfe, del argentino Rodolfo Walsh y su Operación Masacre, aplicaron técnicas narrativas para describir la realidad pero sin comprometer la verdad. Es difícil escoger una sola de las crónicas de Kessel (ni una sola foto de Moral), pero me quedaría con aquella titulada "Pequeñas historias madrileñas". Allí relata como conoció en un triste y bullicioso bar del Madrid bombardeado, en el que sólo servían "naranjada química y un málaga de pésima calidad", a un músico parapetado, solitario, en una esquina. Era Juan Tellería, compositor accidental del Cara al Sol, detenido durante los primeros días de la guerra por los anarquistas y luego liberado. "Un coronel republicano que había salvado la Ciudad Universitaria lo sacó de la cárcel porque según dijo 'El arte no es delito".
Fotógrafo y redactor (fotero y plumilla, como se dice en la jerga de la profesión) formaban parte del equipo de reporteros de Paris Soir y de la revista Match, que el empresario Jean Prouvost relanzó en los años treinta, en torno a un extraordinario grupo de colaboradores con nombres como Colette, Simenon o Antoine de Saint-Exupéry. Era un periodismo escrito en y para el momento, reportajes de urgencia, que sin embargo han sobrevivido intactos al paso del tiempo, con tanta fuerza como sus novelas.
Desgraciadamente, en castellano no están editadas todas sus crónicas, reunidas en Francia en un solo volumen, Reportages, Romans (París, Gallimard, 2010), aunque sí sus dos libros más conocidos, El León y Los Jinetes, además de algunas joyas como Viento de arena y Mermoz (ambos en Inédita), dos clásicos de ese subgénero de la literatura de aventuras dedicado a la aviación que apasiona a mi compañero Jacinto Antón. El León (El Aleph) narra la amistad entre una niña y un león en Kenia y es un libro que se lee en las escuelas francesas. Los jinetes (Destino), que muchos críticos consideran su novela más redonda, está ambientada en Afganistán, en la época del rey, antes de la guerra. Es un apasionante retrato de este país, que Kessel conoció muy bien, a través del buskashi, el juego parecido al polo que fascina a los afganos. Existe una interesante versión cinematográfica, que bordea el documental, dirigida por John Frankenheimer y con guión de Dalton Trumbo, que en su versión española se llamó Orgullo de estirpe (un título que es todo un antídoto contra la lujuria cinéfila). Se editó en DVD en España no hace mucho.
Son un puñado de libros que encarnan la mejor definición que hizo Weber de Kessel: "Era el amigo de los piratas, defensor de los esclavos, confesor de los ladrones. Soñó muchas veces con un ser un bandido. Hoy sigue siendo el hermano de los hombres, un rebelde y un viajero permanente. Hablar de él es narrar el siglo XX desde muchos puntos de vista. A través de sus novelas y crónicas se dibuja un fresco de la humanidad inmersa en un siglo violento".
Imagen: Carteles en una calle de Madrid en 1938. / Jean Moral
comentarios 3
Publicado por: agence Voyage locale en Inde 25/01/2012
chouettes idées,
http://www.maharajahdrivers.com/index.aspx?language=french