Por: EL PAÍS27/01/2012
Por Hernando Flórez y Marcel Ventura
La segunda jornada del Hay de Cartagena tendrá como invitados a autores como Nélida Piñón, Wojciech Jagielski, Morris Berman, Francisco Goldman, Carlos Fuentes, David Safier, Joumana Haddad, Michael Nyman...
Periodismo y alrededores
por H. F.
10.30 horas El segundo día de actividades del Hay Festival comienza en el escenario del hotel Santa Clara. Los asistentes ocupan las sillas. Hay poco más de cincuenta personas entre jóvenes adultos y adultos mayores. Los invitados, Jaime Abello Banfi y Wojciech Jagielski, acaban de tomar sus sillas. Comienza la charla.
Jaime Abello, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano se acercó al micrófono y presentó al reportero polaco Wojciech Jagielski, a quien se considera el heredero de Ryszard Kapuscinski. Lo primero que dijo, lo dijo en español “Esta es la primera vez que Jagielski visita el continente (América)”. En adelante siguió hablando en inglés. El auditorio tomó unos audífonos para escuchar la traducción. Casi la mitad no los necesitó.
10.43 Jagielski ha hablado del Caúcaso en el ocaso de la Guerra Fría (Década del ochenta) y de Afganistán. “Yo creo que ellos no necesitan de nuestra ayuda para sobrevivir”. Tiene camisa negra, pantalón claro y una escarapela que le cuelga del cuello. Habla con fluidez, con entusiasmo, llevando el cuerpo hacia delante, como diciendo que el tema de verdad le interesa.
Jaime Abello le recuerda que dos de sus libros fueron escritos en español. “Fueron escritos en épocas diferentes, cuando tenía 34 años. Está prohibido para los jóvenes escribir libros, pero los periodistas somos arrogantes y creemos que sabemos más, así que los hice”
Su método es parecido al de Kapuscinski, que se basa en la reconstrucción y la investigación. Luego de su muerte hubo un debate sobre la fidelidad de sus historias. Preguntó Jaime Abello.
Esa discusión se dio fuera de Polonia pero allá a la gente le interesaba si él estaba colaborando con la policía secreta. La gente no quiería saber cuál era la frontera entre ficción y no ficción. Me parece que es una discusión interesante, provocadora y necesaria. Según mi opinión, en el periodismo no hay espacio para la ficción. Se puede cometer un error pero no mentir deliberadamente.
Las huellas de los escritores
por M. V.
10.38 – Plaza de Santo Domingo. El chileno Alejandro Zambra lleva 21 días sin fumar y 21 días sin escribir. Es primera vez que deja el vicio y teme la posibilidad de que ahora, también, deje de escribir novelas. Seguramente hablará sobre eso dentro de diez minutos, en una mesa que comparte con los también jóvenes escritores Daniel Alarcón y Rodrigo Hasbún, de Perú y Bolivia, respectivamente. Modera la periodista colombiana Marta Ruiz. Twitter: @marcelventura
Antes que poetas y narradores, Alejandro Zambra recuerda el lenguaje de la misa y del fútbol como sus primeras referencias literarias. Daniel Alarcón, quien fue llevado de muy pequeño a Alabama, Estados Unidos, recuerda el rostro de sus familiares peruanos durante el conflicto armado de ese país y reconoce que ahí está el origen de libros como Lost City Radio.
10:45 – “En la infancia están los polos de la inocencia y la culpa, y usualmente se narra esa época con mucho énfasis en una u otra. Yo preferí abarcar la complejidad de ambas”, dice Zambra sobre su reciente novela Formas de volver a casa. Al otro extremo de la mesa, Rodrigo Hasbún explica su visión de la sexualidad: “Busco narrar el cuerpo.”
10:55 – Marta Ruiz pregunta si los escritores deben comprometerse con la literatura hasta sus últimas consecuencias, “ir a la guerra, por ejemplo”, pero los tres autores están de acuerdo en que las relaciones humanas y las bibliotecas pueden ser suficientes. Zambra destaca el compañerismo antes que el amor, como se lee en los libros de Roberto Bolaño; Alarcón recuerda que Borges hizo su obra desde el escritorio, y Hasbún cree que el tiempo es un gran motivo narrativo: “Todos los escritores envejecemos y con eso puede ser suficiente.”
11:05 - "Quizás en América Latina hay una mezquindad en la comprensión de la política solo como la gran política y no como el hecho más cotidiano de mirar al otro". La idea es de Rodrigo Hasbún, quien hace poco vio editada la concisa colección de cuentos *Los días más feliceses.
11:15 - Los tres escritores rondan los 30 años y hacen parte de una generación que ha debido acostumbrarse a eventos de este tipo, "a viajar más que sus libros" (Jorge Herralde *dixit). *Aunque en la mesa todos prefieren escribir antes que hablar, está claro que en el transcurso de sus carreras literarias han madurado una personalidad pública frente a los micrófonos. La mezcla es buena: Zambra y Alarcón ponen el humor; Hasbún, una visión más íntima, pero todos rehúyen de un análisis académico de la literatura: "Fuera de Chile soy otra persona: soy simpático, divertido.", asegura Zambra.
La redes sociales también son dinamizadores de la interacción con sus lectores, pues los tres tienen Twitter, pero eso no anula confrontaciones cara a cara, como la que cuenta Alarcón: "En Bogotá 39 estábamos Zambra y yo muy borrachos y se me acercó un *man* que preguntó si yo era Alarcón. Me
acusó de que *Lost City Radio* era muy inverosímil y Zambra salió en mi defensa. Lo miró fijamente y respondió: 'Tú eres el inverosímil'. Desde entonces somos amigos."
Marta Ruiz introduce el factor de las redes sociales como un dinamizador de la interacción entre ellos y sus lectores. Los tres tienen Twitter y lo prefieren antes que Facebook.
11:32 - Unas 120 personas despiden con aplausos a los tres escritores, que terminan hablando de sus complejos. En eso también se parecen: la novela inconclusa que llevan años trabajando parece quitarles el sueño. “Soy escritor las 24 horas, pero escribo poco”, confiesa Hasbún, mientras Alarcón y Zambra prefieren “culpar” a su obsesión por editar, editar y editar. Novelas como La vida privada de los árboles y Bonsai son claros ejemplos de que la literatura también está hecha de los párrafos que terminaron en la papelera. En la física o en la virtual. M. V.
Indignación, indignaciones
por M. V.
12:37 - Está comenzando con algo de retraso la mesa que reúne al historiador estadounidense Morris Berman y a los escritores Daniel Alarcón y Francisco Goldman. Mucha expectación en la privilegiada Ciudad Amurallada de Cartagena para escuchar los porqués de tantos movimientos de indignados
en el mundo.
12:58 – La conversación lleva poco más de 20 minutos y el moderador Jon Gower hace una pregunta inquietante para referirse al movimiento Ocuupy que se ha extendido por Estados Unidos: “¿La gente sabía por qué estaba ahí?” Daniel Alarcón y Francisco Goldman, ambos de origen latinoamericano, responden en inglés y en alguna medida creen que lo más interesante del movimiento descansa precisamente en el poco análisis político que hay detrás de los indignados estadounidenses: “La cultura está donde hay cambios”, afirma Alarcón y, desde su experiencia como residente en California, está seguro de que “las exigencias políticas vienen de la vida cotidiana y no son parte de una reflexión profunda. Eso es lo magnífico y por eso creció tanto.”
Morris Berman se muestra tan analítico y agudo como lo preveníamos muchos y hace foco en la gran mentira del sueño americano como la promesa de un ascenso social para premiar el trabajo individual. Hay seis millones de presos en Estados Unidos, hay 25 países en el mundo con mayor movilidad social, hay una suma de aspiraciones erráticas: “La mayoría de estadounidenses muere buscando ese sueño y la estadística dice que tienen suerte si no terminan trabajando en McDonald’s. Es notable que un país como Estados Unidos haya surgido en tan poco tiempo cuando históricamente ha sido lo mismo: individuos corriendo de un lado a otro, que no hablan entre sí, que quieren ser Michael Jordan, Bill Gates o un rapero famoso, pero terminan viviendo toda su vida con el dinero justo para llegar a fin de mes.”
Berman no dispara balas de salva.
13:15 – El azar sabe cuándo entrar en escena. Berman se ha apoderado de la mesa, recuerda al público que los mismos que llevaron a Estados Unidos a la quiebra se están beneficiando de ella y, ciertamente, es una idea que puede aplicarse a buena parte de los países industrializados de Occidente. Sube el tono de voz, habla de gerentes, de empresas y repentinamente comienza a sonar una alarma a las afueras del recinto.
Se hace el desconcierto, el moderador toma la palabra y justo cuando Daniel Alarcón comienza a hablar, la alarma se apaga. Vamos a ver si vuelve a sonar cuando Berman hable.
13:24 – Las preguntas del público no son menos incómodas que las de Jon Gower: “¿Es este el escenario para “salvarnos” del capitalismo?”. Berman responde, ya sin alarmas a la distancia: “Estudié para ser historiador, no para ser profeta. Te puedo decir que se nos acaba el petróleo y nuestro nuevo mundo será más complicado, así que la idea de centralizar todo debe estudiarse muy bien.”
13:32 – Definitivamente el centro del evento fue Morris Berman y por eso la promesa de analizar los indignados en el mundo se quedó en una contextualización sesuda de los indignados estadounidenses. Berman es una voz a la que deberíamos escuchar más en el mundo hispanoparlante: en sus ideas podemos reconocer muchos de los fantasmas que se esconden en la economía de nuestra sociedad. M. V.
Nélida Piñón: la vida está cargada de símbolos
Por H. F.
15.30 horas.Teatro Adolfo Mejía. Adentro. Música instrumental de fondo. Todos esperan la llegad de Nélida Piñón, miembro de la Academia Brasileña de las Letras, y Mario Jursich, director de la revista colombiana El Malpensante. Hablarán sobre Corazón andariego, el libro de memorias de Piñón. Frío en el ambiente. El aire acondicionado está implacable. Dos sillas transparentes sobre una alfombra roja en el escenario. Afuera. Calor. Sol y dos filas de gente lista para entrar. La entrevista comenzará en cinco minutos.
Murmullos, voces, risas y aplausos. Llegaron los invitados. Nélida tomó el asiento izquierdo del escenario. Mario saludó. Amable, ameno. ¡Cómo definirías tu libro?, preguntó. Su repuesta fue amplia, ambuló por varios temas y comenzó así:
“La memoria es una tentación para todos. Una de sus funciones es decir quién somos. Siempre he sido una enamorada de la memoria porque sin ella no tendríamos La isla del tesoro. La memoria tiene una relación profunda con la ficción, no miente pero traiciona. La narrativa no vive sin la invención y sin la memoria”.
Habla como una madre complaciente. Su voz es como una caricia. Erguida. Impecable. Pulcra en su blusón negro de puntos rojos. Un timbre de celular entre el público. Una reprenda de voces bajas. Abajo fue un acontecimiento. Arriba, en la tarima, nadie se enteró. Nélida continuó hablando. “La vida de uno no puede ser contenida en un libro. Puedo hacer insinuaciones. Yo doy sugerencias pero la vida íntima es mía y el lector lo sabe”.
Mario recordó un aparte de las memoria de Nélida que habla de la circunstancia que definió su nombre. “¿Puedo ser un poco trivial? (Risas). No hace falta ser inteligente (Más). Mi abuelo tenía un temperamento muy fuerte y me llevaba al centro a enseñarme a tomar vino. Para definir mi nombre tuvo una pugna con mi tía más vieja. Él quería ponerme Pilar. Ella dijo: usted tuvo cinco hijas y a ninguna quiso ponerle Pilar, así que esta se llamará Nélida”.
Al fondo, en el escenario, un telón negro adornado con marcos de pinturas. Plateados, dorados, envejecidos. En el centro del telón, una pantalla enorme sobre la cual se proyectan imágenes en cada presentación. Ahora no pasa nada, es un negro profundo que se confunde con el color del telón. Mario y Nélida siguen hablan como viejos amigos. Hablan de la Biblia.
¿Por qué la biblia tiene importancia narrativa para un escritor?
La biblia tiene personajes violentos, iracundos, injustos. Dios mismo es injusto porque habla sólo con los hombres y no con las mujeres. (Carcajadas en el público). Cada fragmento es una historia total, David es un personaje completo.
Al final, todos salen bajo un cielo pintado en el techo del Teatro, donde bailan, danzan y escriben, nueve figuras humanas sobre unas nubes blancas. La música instrumental del principio vuelve a sonar.
El espejo enterrado
Por M. V.
17:35 – Otra vez el Teatro Heredia a tope, ahora para escuchar a Carlos Fuentes. Los organizadores aseguran que este Hay Festival ha sido el más exitoso en la taquilla, y algo de eso se nota en el ambiente.
El escritor mexicano toma la palabra antes que los presuntos entrevistadores, Juan Gabriel Vásquez y Santiago Gamboa, y advierte que esta será la continuación de una conversación que no pudieron terminar en Francia el año pasado. ¿Primer personaje a colación? Silvio Berlusconi y el naufragio de Italia, tan parecido al encayado “Costa Concordia”.
17:53 - Juan Gabriel Vásquez habla de la experiencia del exilio intelectual latinoamericano y pregunta si la generación del boom estaba consciente de su importancia. Carlos Fuentes responde de inmediato, casi sin tomar aire, y menciona a Rubén Darío, a La Vorágine y a Canaima como puntos de quiebre en una literatura que durante el siglo XIX se dedicó a mirar a Francia para negar a España. “Fue un siglo de novelas menores que se extendió hasta parte del XX”, dice el mexicano, quien está convencido de que las nacionalidades importan poco en la gran literatura.
Vásquez y Gamboa escuchan al maestro, preguntan con afectiva reverencia: ¿por qué nos vamos? “Nos vamos para sentir ignorancia de nuestro país (…) Nosotros contamos las historias de lo que pasó pero ustedes dos ya pueden dedicarse a contar lo que pasa hoy”. Es una conversación entrañable, sí, pero también es Fuentes pasando un testigo.
17:58 - Posible próximo libro de Carlos Fuentes: “Tengo una novela colombiana sobre Carlos Pizarro Leongómez, pero no he podido terminarla porque está muy cerca de la actualidad (…) la realidad siempre nos va a derrotar.”
18:05 - La residencia cartagenera de Gabriel García Márquez está a muy pocos metros del Teatro Heredia y Gamboa aprovecha la cercanía para invocar al Nobel colombiano:
–¿Qué recuerda de sus primeros encuentros?
–Nos vimos y nos caímos muy bien inmediatamente. Teníamos el mismo humor, las mismas ideas, los mismos miedos, y desde entonces somos muy amigos (…) Ya en Europa me escribió diciendo que tenía una gran idea: “Se va a llamar Cien años de soledad y le he dicho a Mercedes que venda el refrigerador para poder hacerla” (…) Cuando terminó, la leí y llamé a Julio Cortázar para decirle que Gabo había escrito la gran novela latinoamericana.
18:13 - Memorabilia oral de un hombre en el que resuenan los años más brillantes de la cultura iberoamericana. Como si se tratara de Medianoche en París, el Teatro Heredia disfruta una especie de nostalgia ajena por aquel tiempo pasado de los amigos y conocidos que menciona Fuentes: Buñuel, Dalí, Chaplin, Cortázar… “Las grandes escenas de Hitchcock están inspiradas en las películas de Luis Buñuel.”
18:24 - Cuando la gente llega a cierta edad, la lucidez consiste en olvidar poco y hablar con sentido. Esta aclaración es obligada, pues si les digo que Carlos Fuentes exhibe una grandísima lucidez, lo hago para abarcar una idea más amplia: el tono intenso de su voz revela el peso de su inteligencia, sus ideas no acumulan telarañas, su posición política no admite retórica. “México se ha colombianizado”, dice. “El problema es que tenemos frontera con Estados Unidos y nada cambiará hasta que los dos países dialoguen.”
El rostro de Gamboa y Vásquez es admiración pura:
–¿Por qué escribimos novelas?
–La novela dice cosas que no se pueden decir de otra manera y añaden algo a la sociedad que antes no tenía.
–¿Por qué tantos escritores extranjeros han hablado sobre México?
–El arte mexicano, en todas sus expresiones, trata de conciliar un conflicto transversal: el mundo desaparecido, el mundo por desaparecer y el mundo que tenemos.
–Y ya para finalizar, ¿qué cinco novelas le recomienda a los jóvenes?
–Don Quijote, Don Quijote, Don Quijote, Don Quijote, Don Quijote.
Ovación de pie. Fuentes camina al centro del escenario. Saluda, sonríe, mira a Gamboa y Vásquez. Tal vez la culpa sea de Cartagena, pero detrás de ese semblante serio, Fuentes deja ver una mueca de alivio.
David Safier en Santo domingo
Por H. F.
Para llegar al patio del Claustro Santo Domingo hace falta pasar por un pasillo de ventiladores blancos pendidos del techo. La tarima del escenario está en medio de dos árboles frondosos de más de veinte metros. En ella dos sillas en madera: lila y verde. Sarah Crompton y David Safier. La periodista inglesa y el escritor alemán tomaron asiento y el público aplaudió sin que los invitados hubieran pronunciado una palabra.
David Safier, el escritor alemán que escribió Maldito Karma, best seller leído en países como Inglaterra y Estados Unidos, comenzó diciendo cómo descubrió su vocación. “A los diecisiete años leí un libro que conseguí en Amsterdam y dije: esto es lo que quiero hacer. Ahí supe qué quería hacer”. Habla recostado en su silla. Quizá es el invitado con el atuendo más informal del Hay Festival Cartagena. Buso cuello redondo, bluyín y tenis. No lleva reloj, ni manillas.
Ha escrito diferentes tipos de historias. Comentó Sarah. “He tenido muchas ideas y no podría ponerlas todas en libros. Lo que hago es ponerlas a competir y las cuento a mi esposa y a mis amigos, la que más guste es la que escribo. De esa manera comencé a escribir Maldito Karma”.
En adelante la charla se convirtió en un rápido intercambio de preguntas y respuestas.
-¿Qué es lo que más le interesa cuando se sienta a escribir?
"Cuando escribo quiero divertirme y saber dónde va a terminar la historia. Decía Stephen King (Escritor estadounidense. 1947). “Si a mí me sorprende lo que los personajes están haciendo existe la posibilidad de que al público también lo sorprenda”.
-La muerte de sus familiares cercanos marcó la historia de Maldito Karma.
"Sí, sobre todo la lamentación de los personajes. Por ejemplo la protagonista comete errores y se lamenta de no poder remediarlo.
-Maldito karma es un buen material de lectura y es curiosos que no haga mucha referencia a la cultura alemana.
Sí, es porque jamás imaginé que pudiera convertirse en un best Sellers. Hay unas partes en las que me preguntaba ¿Cómo traducirán esto al inglés? y creo que hicieron un buen trabajo.
-¿Cómo elige sus historias?
"Cuando elijo una historia me pregunto si no la he escuchado antes y si es algo que puede interesarle a la gente"
-¿Qué viene ahora?
"En este momento estoy escribiendo mi quinta novela. Es sobre tres vacas ¡Muuu...! y no son vacas alemanas, entonces llega un gato y les dice que la vida para las vacas es mejor en la India. La historia está basada en la mirada de una vaca no de un toro. Es un libro muy largo, cuando empecé creí que iba a tomar 200 páginas pero esas vacas son muy lentas, sobre todo para irse a la India.
comentarios 3
Publicado por: Dr Dre Beats 27/01/2012
udiera convertirse en un best Sellers. Hay unas partes en las que me pregunt