Papeles Perdidos

Avance literario

La literatura y su influencia en el imaginario sobre el franquismo

Por: EL PAÍS13/06/2012

El intruso_equipocronica

El intruso, obra de Equipo Crónica.

Por Silvia Hernando

Si la lectura de una novela puede cambiar una vida, ¿podría también cambiar el curso de la Historia pasada? Al fin y al cabo, tanto historiadores como escritores comparten un mismo recurso para abordar su trabajo: la imaginación. Solo que los unos la usan para recrear momentos y emitir hipótesis basadas en datos documentados, y los otros para pergeñar situaciones que nunca existieron. En ese cruce de caminos conceptuales, de Historia e historias objetivas e inventadas, se sitúa el punto donde Justo Serna encontró la vía para desarrollar los cinco ensayos compilados en La imaginación histórica (Fundación José Manuel Lara): un repaso por la obra de varios novelistas españoles contemporáneos, cuyas visiones –inventadas- del pasado nacional reciente han influido en la interpretación que hoy hacemos de una época de innumerables ramificaciones y tremendas repercusiones sobre el tiempo actual: la de la dictadura de Franco. Hoy te adelantamos en primicia dos pasajes del libro que llegará a las librerías la próxima semana:

Eduardo Mendoza: La ironía de la tradición.

Javier Cercas: La moral del pasado.

“Lo primero que podría destacar es que quien escribe el libro no es un filólogo ni un crítico, sino un historiador”, señala Serna en conversación telefónica. “Hace años que me planteo la relación entre historia y literatura o, lo que es lo mismo, entre realidad histórica y ficción”. Para aproximarse a la cuestión, tomó como base la obra de cinco exponentes de las letras hispanas contemporáneas: Eduardo Mendoza, Luis Landero, Arturo Pérez-Reverte, Antonio Muñoz Molina y Javier Cercas. “Podría haber otros novelistas que también aprecio, pero estos nos permiten plantearnos el pasado franquista con diferentes edades”. Como cada uno de los autores reflejados en La imaginación histórica pertenece a una generación diferente –todos con la cualidad común de haber empezado a publicar tras la muerte de Franco; unos como Eduardo Mendoza enseguida, otros como Javier Cercas a partir de fechas más tardías-, el espectro de visiones posfranquistas sobre la dictadura abarca desde la muerte del caudillo en 1975 hasta la actualidad.

“Los novelistas aportan una concepción de la realidad histórica que afecta e influye enormemente en nuestra interpretación del pasado reciente, a veces mucho más de lo que los historiadores pueden decir”, señala el autor. “Mucha gente se forja la visión del franquismo a través de la ficción novelesca”. El rizo se riza con la cuestión de la tradición literaria en España, a la que la Guerra Civil puso freno, y el exilio impuesto a muchos a su fin. “La reconstrucción cultural española se hace incorporando tradiciones rotas e incorporándose los nuevos autores a tradiciones foráneas”, explica Serna. Es decir, que los mundos españoles que los escritores dibujan en sus novelas están también perfilados por el influjo de la literatura universal. La imaginación histórica, en cualquier caso, no pretende aportar un estudio exhaustivo de la cuestión, sino un acercamiento a modo de tentativa de reconstrucción de su aportación literaria a la Historia. “Pongo en relación sus novelas para ver qué imaginación aportan, para entender qué imagen nos transmiten del pasado de España”.

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8 Comentarios

Publicado por: Justo Serna 13/06/2012

Uno. Fue mi padre quien primero me habló de Gironella, de sus novelas sobre la Guerra Civil. Allí estaban, en casa. Me habló con admiración. Y me sugirió su lectura por eso que usted dice: trataba de cosas que aún quemaban... Sin embargo, había algo en sus páginas que no me satisfacía: nos ataba a un pasado reciente que pesaba y del que los jóvenes queríamos desprendernos. Lo castizo, lo español, lo carpetovetónico asfixiaban y la gran literatura, incluso la literatura foránea, ayudaba a imaginar otros mundos, quizá más civilizados.
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Dos. Los autores que yo trato y analizo en 'La imaginación histórica' no examinan concretamente la Guerra Civil. Al menos no es este conflicto la materia central de sus novelas. Lo que en sus obras hay es la evocación, la información vicaria, la transmisión generacional: una Guerra contada por los mayores y que estos prosistas recrean con esos relatos y con las experiencias de otros, con lecturas, con películas, con informaciones que han recogido después. Se documentan.
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Tres. Recrean el 36, por ejemplo, y recrean las violencias españolas contemporáneas --violencias preferentemente masculinas-- pero no para hacer novela histórica, sino para pensar el presente, para representarlo hallando en la actualidad el peso del cainismo y de la estulticia, del heroísmo y de la cobardía. Estos autores imaginan momentos en que ellos podrían haber estado y se preguntan qué habrían hecho. Se responden fabulando, novelando, conjeturando sobre esa posibilidad.

Publicado por: francisco tostón de la calle 13/06/2012

Hola, amigos. Hay que seguir por ese camino: la novela como medio de investigación de la circunstancia hostórica franquista. Me parecen bien los autores y obras escogidos. Yo creo, sin embargo, que por tratarse de una obra publicada en parte durante el franquismo y por haber intentado una perspectiva nueva, hay que tener en cuenta la tetralogía de JOSÉ MARÍA GIRONELLA, sobre el antes, durante y después de la Guerra " incivil". Es cierto que a mucha gente no le gusta ni el estilo ni la técnica del autor, pero creo que se trata de una de las propuestas más honradas para abordar hechos que todavía quemaban. Ésto es parte de su mérito y hay que reconocerlo. Son cuatro novelas que hay que leer y como la gente ya no tiene tiempo, prefiere dejarlas a un lado como si no existieran. Por si alguien no las ha oído ni nombrar, ahí van los títulos, que yo sí he leído por completo: LOS CIPRESES CREEN EN DIOS, UN MILLÓN DE MUERTOS, HA ESTALLADO LA PAZ Y LOS HOMBRES LLORAN SOLOS.
Cordial saludo

Publicado por: antonio larrosa diaz 13/06/2012

Se escribe lo que se puede uno a veces tiene ganas de tirar la toalla, el teclado del ordenador y ponerse a dormir sobre la porquería de noveluchas de las editoriales espñolas a cua más penosa. Antes se dijo que escribir es llorar y yo añado que leer es un aburrimiento inmenso con la pleyade de escritos que sonpremiados dia a dia en los sacrosantos sitios literarios que dan explendor a las palabrotas más que a otra cosa : Ya teneis para leer gratis la novela Lafuria del viento en mi WEb http://www.antoniolarrosa.com no os la perdais vale la pena. (Es gratis)

Publicado por: Diana Amaya 13/06/2012

No se trata de saldar cuentas o de expiar culpas, ya lo ha dicho el autor, sino de analizar, reflexionar, sobre cómo los sujetos vamos enfrentando nuestro propio pasado ( al que debemos gran parteo o todo de nuestra identidad). En ese sentido, es completamente válido el que se retome una cuestión tan transcendental como el franquismo: observarlo únicamente desde las instituciones que revisen los hechos históricos deja de lado el análisis que debe hacerse a la sociedad misma que juzga o hace el "balance"; sería una reflexión incompleta. La Historia (es decir, la memoria institucionalizada) resulta de la suma de las historias o memorias que concuerdan o se enfrentan, una suma de subjetividades ineludibles, que pasan por la tradición oral y escrita, hasta llegar a (una ilusión de consenso) que podría ayudarnos a afrontar con unidad la situación que nos ofrece el presente.
En síntesis, interesante propuesta para pensar la literatura. Espero que salga pronto y que llegue a Perú en poco tiempo.

Publicado por: Justo Serna 13/06/2012

Con este libro no aspiro a saldar cuentas. Tampoco pienso que los novelistas mencionados y analizados se preocupen de esto especialmente. Pero creo que asumen y cargan --de una manera u otra-- un pasado ominoso del que pretenden desprenderse o asimilarlo. O metabolizarlo. Para ello, la cultura española que rompe el franquismo (que en parte va al destierro) les resulta fundamental. Pero también otras tradiciones externas, foráneas, que les ayudan a pensar lo local de otra manera.

Publicado por: Rosita 13/06/2012

Ya es tiempo de terminar con la guerra civil y otras yerbas, máxime con los problemas económicos actuales. Que se paguen culpas, sí, pero a través de instituciones , con claridad, justicia y sin revanchismo. Es muy grande aún la división causada en España por los males señalados, pero el futuro aguarda.

Publicado por: Justo Serna 13/06/2012

Oh, vaya, gracias por las observaciones tan generosas.

Publicado por: Alfred 13/06/2012

Interesante la reflexión que pueden ofrecer novelistas de generaciones diferentes en la influencia obtenida bajo el franquismo.
La nefasta dictadura, hizo creer a la generación de nuestros padres y abuelos, qué este era un país ingobernable, que el carácter español era merecedor de una férrea dictadura, que impidiese el descontrol y la anarquía.
Para que ello fuese aceptado, convirtió un levantamiento militar, en una guerra civil, larga en el tiempo y sangrienta en grado sumo.
Para que su mando fuera aceptado como el de un salvador de la barbarie propia de un pueblo demente y fratricida.
Según el grado de sometimiento a la dictadura, en sus diferentes grados, opresiva al principio, o decadente y laxa al final, los autores escribirán de una u otra forma.

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