Trichet, en un acto reciente en Bruselas. / REUTERS
Uno de los argumentos clave que utilizan los defensores de la austeridad fiscal, incluso en una economía profundamente deprimida, consiste en una especie de versión macroeconómica de la apuesta de Pascal. Sí, admiten los de mentalidad más abierta, los costes del crédito son muy bajos en Estados Unidos y Reino Unido. Sí, la aritmética da a entender que recortar el gasto ahora sirve de muy poco si lo que queremos es mejorar las perspectivas fiscales a largo plazo. Pero nunca se sabe; puede que el último billón de dólares de gasto sea el que provoque una repentina pérdida de confianza del mercado y nos convierta en Greeeeeeecia (se oyen ruidos aterradores).
Concretamente, si permitir que una economía siga persistentemente deprimida reduce las perspectivas de crecimiento a largo plazo —y hay bastantes pruebas a ese efecto—, entonces la austeridad en una economía deprimida tiene unos costes enormes e incluso puede conducir a un círculo vicioso de reducción de las posibilidades que lleve a una austeridad todavía mayor y así sucesivamente. De hecho, puede que al Gobierno del primer ministro David Cameron le esté pasando eso ahora mismo.
Así que, ¿reconocerán los adalides de la austeridad que podrían estar cometiendo un error terrible? ¿Que, lejos de defender el futuro, puede que estén destruyéndolo?
‘Chutzpah’ macroeconómico
El chutzpah, según la definición antigua, consiste en asesinar a los padres y luego pedir clemencia porque uno es huérfano. Me encontré pensando en esa definición cuando leía la crónica que hizo Justin Fox de unos comentarios recientes de Jean-Claude Trichet.
“Jean-Claude Trichet, que se ha jubilado hace unos meses, no se arrepiente de nada en relación con sus ocho años de mandato como presidente del Banco Central Europeo”, escribía Fox, el director editorial de Harvard Business Review Group, en un artículo para HBR.org. “Al menos, eso es lo que dijo en la Escuela Kennedy de Harvard una tarde cuando un alumno se lo preguntó sin rodeos. ‘No me arrepiento de nada’, fue la respuesta. Pero escuchando la charla completa... estaba claro que Trichet sí se arrepiente de algo de los últimos años. Se arrepiente de que los economistas no le aconsejasen mejor”.
Trichet lamenta lo que dice que fue el fracaso de la macroeconomía a la hora de proporcionar una orientación útil durante la crisis. En general, comprendo esa opinión. Gran parte de la macroeconomía moderna resultó ser no solo inútil sino realmente dañina, porque socavó el consenso macroeconómico viable que antes teníamos; un consenso que podría y debería haber proporcionado una respuesta más adecuada.
¿Pero que lo diga Trichet? Después de todo, su sello distintivo durante la crisis fue una disposición, incluso compulsiva, a arrojar por la ventana las cosas que realmente sabemos. Tiró todo lo que sabemos sobre la demanda agregada para sustituirlo por la doctrina esencialmente inverosímil (y ahora fallida) de la austeridad expansiva.
Y ahora, tras haber rechazado e ignorado deliberadamente lo que la macroeconomía tenía que decir, se queja de que la macroeconomía no ofrezca una orientación política útil. Alucinante.
© 2012 New York Times
Traducción de News Clips.
Hay 5 Comentarios
Tenemos la urgente necesidad de un cambio en las políticas económicas que nos permitan salir del agujero en el que estamos.
Publicado por: Raquel | 15/09/2013 12:05:37
Es un juego ajuste presupuesatrio lo hace cualquier economia humanitaria ,no del todo cierto que nos cortemos el cabello ,con estar al tanto de pagos en tiempo y obtener margen a sido la principal diferencia ,el ingreso quien epnsaria que crecer y aumentar deuda,nadie se preocupa ,pero la crisis..nos adormece en usa tod se hace reapido cuando Samuelson citaba un nuevo analisis o modelo habia reducido a dos en uno antes de viajar a europa y es asi la dinamica existe pero limitada creo que no hemos mirado un cuadro mas veces que en los últimos cuatro o cinco años.La demanda usa arrastra los últimos beneficios que parece se dirigiran a America o bric pero antes tendra que despegar la politica esta si que esta fanatizando la eco.
Publicado por: Pedro cm-193 | 24/04/2012 14:26:30
bugie dei ladri!!!
Publicado por: dimenticando | 20/04/2012 0:53:44
Lamentable traducción, como es habitual, para el mejor y más transparente de los analistas de economía política actuales. Una voz necesaria para desmontar el mito desesperante que la recesión trae crecimiento, una idea estúpida que sigue hundiendo al sur de europa en el desastre. ¿merkel os paga para que Krugman no se entienda en castellano?
Publicado por: frydman | 19/04/2012 17:41:18
Yo no tengo nada en contra de la edad. Hay personas que con la edad crecen, como los grandes árboles. Pero hay otras personas que se aniñan, perjudicando al resto. La vieja receta de la austeridad sirve cuando no queda otro remedio. Y es la que los niños aceptan porque solamente pueden ver lo que se les enseña. Este señor veía y sabía, pero se hizo el niño. ¿Tontorrón?
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 19/04/2012 16:31:18