Paul Krugman

Sobre el blog

La solución a la crisis económica pasa por la política. Paul Krugman, probablemente el economista más conocido del mundo, lo tiene claro. Desde su posición progresista –liberal, en Estados Unidos; de izquierdas, en Europa- prescribe su receta.

Sobre el autor

Paul Krugman

Cuando recibió el premio Nobel en 2008, Paul Krugman (Albany, Estados Unidos, 1957) ya llevaba casi una década escribiendo columnas en el New York Times. Da clases de Economía y Política Internacional en la Universidad de Princeton, antes lo ha hecho en la de Yale, donde se graduó, en la de Stanford y en el MIT.

Los datos refutan la teoría estructural en EE UU

Por: | 31 de mayo de 2012

Wall street
Agentes de Bolsa en Wall Street. / AP

¿Cómo podemos evaluar las noticias sobre lo que está pasando en la economía? Uno puede, cómo no, quedarse con sus prejuicios. O puede recurrir a las pruebas econométricas detalladas, aunque, según mi experiencia, estas cosas no convencen básicamente a nadie, ni siquiera a los econometristas. Pero la forma en que yo suelo tratar de hacerlo es preguntar si los datos disponibles encajan con el signo que la noticia parece implicar, es decir, si vemos el patrón general que el razonamiento da a entender que vemos.

Ahora analicemos el razonamiento de que nuestros problemas son principalmente estructurales. La forma en que se suele contar esta noticia es que en Estados Unidos había demasiados trabajadores en los sectores equivocados, y que debemos esperar una tasa de empleo total baja a medida que sacamos a los trabajadores de esos sectores "hinchados".

Muy bien, entonces, ¿cuál debería ser el signo de esa noticia? Sin duda es que la pérdida de empleo debería concentrarse en los sectores sobrevalorados, que, en todo caso, el empleo debería estar creciendo en todos los demás, y que los salarios deberían estar aumentando en los sectores no sobrevalorados más rápidamente que en los sobrevalorados.

Por tanto, echemos un rápido vistazo a los datos que nos llegan de la Oficina de Estadísticas Laborales sobre el empleo y los salarios. Da la impresión de que se está perdiendo empleo en todas partes, ¿no es así? Y en cuanto a los salarios, ¿quién está compitiendo por los trabajadores?

Podemos intentar perfeccionar estas cosas desagregando, pero en la primera pasada sencillamente no vemos el signo de un problema estructural. (Y créanme, no es mucho mejor si hacemos un análisis más detallado).

O a lo mejor la gente tiene otra historia estructural en mente, pero esa es la que les gusta contar en los artículos populares.

Entonces, ¿por qué está esta gente tan segura de que es estructural? Sé que suena sabio y serio decir que lo es, pero está el asunto de las pruebas reales; esas pruebas contradicen rotundamente la historia estructural, pero concuerdan bastante bien con la historia de la demanda. Eso no resuelve el caso del todo, pero en un mundo mejor contribuiríaen gran medida a resolver el argumento.

Una pena que no vivamos en ese mundo mejor.

Retrospectivas estructurales

Unos cuantos apuntes en relación con el renovado esfuerzo por parte de los conservadores de declarar que nuestros problemas son estructurales o que no se pueden resolver sencillamente aumentando la demanda.

  1. Eso es lo que la Gente Muy Seria decía también en la década de 1930. Luego la proximidad de la guerra por fin proporcionó el estímulo que necesitábamos, y todos esos problemas estructurales resultaron ser imaginarios.
  2. Irlanda era alabada por su maravillosa flexibilidad; era un perfecto ejemplo del arte de lo posible, declaraba George Osborne, el entonces ministro de Hacienda británico en la sombra. Después, cuando las cosas fueron mal, a Irlanda se le dijo que tenía que arreglar sus profundas rigideces estructurales.
  3. Al que diga algo como que "si el gasto deficitario fuese el camino hacia la prosperidad, Grecia estaría en plena forma", se le puede excluir inmediatamente porque no vale la pena escucharle. La gente de mi bando ha repetido hasta la saciedad que la defensa de la expansión fiscal es muy específica en cada caso; es deseable cuando uno se encuentra en una trampa de liquidez, y solo cuando uno se encuentra en una trampa de liquidez. Sé que a algunos les gustaría proyectar su vulgaridad en los demás, pero lo que están demostrando en realidad es su ignorancia.
  4. Todo lo que siga la tónica de que "necesitamos soluciones a largo plazo, no remedios a corto plazo" puede parecer sofisticado, pero es justo lo contrario. Retíralo, Johan Maynard Keynes: "Pero este largo plazo es una guía engañosa para los temas de actualidad. A largo plazo todos estaremos muertos", escribía en 1923. "Los economistas se asignan una labor demasiado fácil y demasiado inútil si en tiempos de tempestad lo único que pueden decirnos es que cuando pase la tormenta el océano volverá a estar en calma".

A veces la evidencia no es evidente

Por: | 28 de mayo de 2012

Krugamn

Obama llega a un acto sobre empleo y economía en Detroit, en abril. / REUTERS

Este parece ser un periodo con reacciones a lo que piensa la gente –o, demasiado a menudo, lo que no piensa- respecto a que la economía asuma un papel protagonista.

Justin Fox, director editorial del grupo Harvard Businees Review, publicó recientemente un interesante artículo en HBR.com en el que documentaba algo que yo más o menos sabía, pero que me alegra ver confirmado: la gente no es muy receptiva a la evidencia si esta no procede de un miembro de su comunidad cultural.

Esto saltaba a la vista en los últimos años.

En el artículo 'Don’t Like the Message? Maybe It’s the Messenger' [¿No les gusta el mensaje? A lo mejor es el mensajero"], Fox escribe: "Piénsenlo la próxima vez que oigan un argumento que a ustedes les parezca lo más estúpido que han oído nunca. ¿Es el argumento lo que les molesta, o el grupo al que creen que pertenece el que lo expone?

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¿Qué han hecho los ricos por ustedes?

Por: | 18 de mayo de 2012

Romney
Romney, durante un acto de campaña en diciembre. / AP

Resulta que un exsocio de Mitt Romney en Bain Capital dice, en un nuevo libro, lo que seguramente cree Romney: que realmente deberíamos estarles agradecidos a los ricos por todas las cosas generosas que hacen.

Y es que, verán, no se gastan toda su riqueza en caserones del tamaño del Taj Mahal; parte de ella la invierten en innovación. "La mayoría de los ciudadanos son consumidores, no inversores", decía Edward Conard, autor de un libro de próxima aparición titulado Unintended Consequences: Why Everything You’ve Been Told About the Economy is Wrong  [Consecuencias imprevistas: por qué todo lo que se les ha dicho sobre la economía es erróneo], al columnista Adam Davidson para un artículo publicado recientemente en The New York Times Magazine. "No reconocen las ventajas para los consumidores que se derivan de la inversión".

En realidad, esto representa una ruptura con la anterior defensa de los ricos. Hasta ahora, la línea oficial ha sido que lo que necesitan son incentivos, que los creadores de empleo no harán su trabajo a menos que agitemos delante de sus narices la zanahoria de una inmensa riqueza.

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Lecciones argentinas para Europa

Por: | 16 de mayo de 2012

Corralita
Protesta por el 'corralito', en Buenos Aires en enero de 2002. / AP

El columnista Matt Yglesias, quien acaba de estar en Argentina, escribía no hace mucho en Slate sobre lo que nos enseña la recuperación de ese país después de abandonar la ley de convertibilidad que establecía la paridad entre el peso y el dólar. Como dice Yglesias, es una historia de éxito extraordinario que supuestamente contiene algunas lecciones para la eurozona.

"La suspensión de pagos y la devaluación no fueron ni mucho menos una fiesta. Destruyeron el sistema bancario del país y acabaron con los ahorros de muchos argentinos", escribía Yglesias el 1 de mayo. "Pero funcionó. Argentina ha crecido rápidamente en los años posteriores y su tasa de desempleo se ha ido reduciendo progresivamente hasta el 6,7%, una tasa que envidiamos en Estados Unidos".

Solo añadiría otra cosa: la información en la prensa argentina es otro de esos ejemplos sobre cómo la lógica popular puede por lo visto hacer que resulte imposible entender correctamente algunos hechos básicos. Siguen contándonos historias sobre la recuperación de Irlanda cuando, de hecho, no hay recuperación, pero, maldita sea, debería haberla, porque han hecho "lo que tenían que hacer", así que eso es lo que decimos.

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La campaña de Obama carece de foco

Por: | 10 de mayo de 2012

Obama
Obama, durante un acto público reciente en Iowa (EE UU). / AP

Howard Luce dice lo que muchos de nosotros hemos estado pensando: que hay una peligrosa falta de foco en la campaña de Obama, lo cual guarda demasiada semejanza con episodios anteriores.

Luce, columnista de Financial Times, escribía el 22 de abril: “Si no arranca, Obama será vulnerable a la pregunta que Reagan planteó al electorado en 1980 cuando convirtió a Jimmy Carter en un presidente de una sola legislatura: ‘¿Estáis mejor que estabais hace cuatro años?’. Carter no tenía una verdadera réplica. Obama sigue tratando de encontrar la suya".

Por encima de todo, el presidente Obama no está siendo claro en lo que respecta a la economía.

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El mal camino de los líderes británicos

Por: | 07 de mayo de 2012

Cameron
Cameron, en un acto celebrado en Londres, en marzo pasado. / REUTERS

Cuando David Cameron se convirtió en primer ministro del Reino Unido y anunció sus planes de austeridad, creyendo a pies juntillas en el hada de la confianza y en los vigilantes invisibles de los bonos, se oyeron muchas alabanzas procedentes de ambos lados del Atlántico.

Los expertos en Estados Unidos apremiaban al presidente Obama a que “hiciera como Cameron”;  la Gente Muy Seria en todas partes brindaba por Cameron y George Osborne, el ministro de Hacienda.

Ahora, Reino Unido está oficialmente en una recesión doble, y ha logrado la extraordinaria hazaña de que en esta ocasión le vaya peor que en la década de 1930.

Reino Unido también es la única que ha optado libremente por la Gran Equivocación, puesto que no afrontaba ni la presión de los mercados de bonos ni las condiciones impuestas por Berlín y Fráncfort.

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