Paul Krugman

Sobre el blog

La solución a la crisis económica pasa por la política. Paul Krugman, probablemente el economista más conocido del mundo, lo tiene claro. Desde su posición progresista –liberal, en Estados Unidos; de izquierdas, en Europa- prescribe su receta.

Sobre el autor

Paul Krugman

Cuando recibió el premio Nobel en 2008, Paul Krugman (Albany, Estados Unidos, 1957) ya llevaba casi una década escribiendo columnas en el New York Times. Da clases de Economía y Política Internacional en la Universidad de Princeton, antes lo ha hecho en la de Yale, donde se graduó, en la de Stanford y en el MIT.

Señales gratificantes de desesperación

Por: | 27 de febrero de 2013

En ambos lados del Atlántico, los partidarios de la austeridad parecen estar perdiendo los papeles. Y eso tiene que ser una buena noticia, una señal de que, hasta cierto punto, están cayendo en la cuenta de que están perdiendo el debate.
Lo primero de todo, la triste historia del presentador de televisión Joe Scarborough, cuya respuesta a mi aparición en su programa, cuando me mostré contrario a la austeridad, ha sido una extraña campaña para convencer al mundo de que no hay nadie importante que comparta mis puntos de vista.
¿Por qué es esto extraño? Porque aunque podría estar equivocado respecto a los aspectos macroeconómicos (que no lo estoy), sencillamente no es cierto, probablemente no sea cierto, que soy el único que dice que el déficit en la actualidad y en el futuro inmediato no es un problema.

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Las guerras de divisas se interpretan mal

Por: | 26 de febrero de 2013

La gente ha estado preguntándome cuál es mi postura respecto al tema de la guerra de divisas. Mi respuesta es que es un concepto erróneo, y sería una mala cosa  que los legisladores se lo tomaran en serio.

Broker de IG

En primer lugar, lo que la gente cree que sabe sobre otras guerras de divisas anteriores no es de hecho verdad. Todo el mundo utiliza alguna combinación de términos como "proteccionismo y devaluación competitiva" para describir el supuesto círculo vicioso de la década de 1930, pero como ha señalado muchas veces el economista Barry Eichengreen, son términos que no combinan bien. Si el país A y el país B se enzarzan en un tira y afloja de aranceles, el resultado final es un comercio restringido; si cada uno de ellos intenta devaluar su moneda, el resultado final es, en el peor de los casos, que todo el mundo vuelve a estar en el mismo sitio en que empezó.

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Los peligros de la acumulación de efectivo

Por: | 24 de febrero de 2013

El logotipo de Apple visto desde el interior de la sede de la compañía en San Francisco.
Ahora se habla mucho ahora de las reservas de efectivo de Apple, lo que en realidad resulta un tanto sorprendente: se supone que es nuestra empresa tecnológica puntera y, por lo visto, no puede encontrar cosas en las que quiera invertir. O más exactamente, dados sus increíbles beneficios, no puede encontrar suficientes cosas que hacer con todo el dinero que gana.

Por eso he tenido una cordial discusión con el economista Joe Stiglitz sobre si la desigualdad de las rentas personales está retrasando la recuperación en estos momentos: permítanme decir, no obstante, que creo que existen muy buenas razones para afirmar que la redistribución de la renta de la mano de obra a los beneficios de las empresas es muy posiblemente un factor importante. Observen el gráfico de los beneficios de las empresas como proporción del producto interior bruto.

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Una lección de historia para los alarmistas

Por: | 21 de febrero de 2013

El restaurante Chez Josephine de París, famoso en el París de los años 20.
Ah, París en los años veinte. Era la época de Ernest Hemingway y F. Scott Fitzgerald, Gertrude Stein y Alice B. Toklas, la deuda soberana y la estabilización. Un momento, ¿el qué?

Vale, ya he escrito antes sobre la idea de que Francia en la década de 1920 nos ofrece el ejemplo más cercano que he podido encontrar en los registros históricos de una crisis como esa sobre la que los intolerantes del déficit en Estados Unidos no paran de advertirnos. No somos en absoluto como Grecia; tenemos nuestra propia divisa, y nuestras deudas están en esa divisa. Así que no podemos quedarnos sin efectivo, incluso si resulta que los vigilantes de los bonos realmente existen y pierden fe en Estados Unidos. En el peor de los casos, nos parecemos algo a Francia en la década de 1920, con su tipo de cambio flotante y la gran deuda acumulada en tiempos de guerra, excepto que nuestra deuda no es ni mucho menos tan mala como porcentaje del PIB, y no tenemos la persistente mentalidad del patrón oro que prevalecía en todo el mundo occidental por aquel entonces.

Entonces, ¿qué le sucedió realmente a la Francia de los años veinte?

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Economía de modernos: el temor al déficit está en boga

Por: | 18 de febrero de 2013

Soldados del Ejército de  Estados Unidos, en Bagdad.
Allá por los comienzos del desastre de Irak, me enteré de que el Ejército tiene una expresión para la manera en que algunas ideas extremadamente dudosas no solo llegan a aceptarse, sino que se consideran certezas.

"La amplificación incestuosa" se da cuando un grupo cerrado de personas se repiten lo mismo unos a otros, y cuando aceptar las ideas preconcebidas del grupo se convierte en la entrada necesaria para ser parte del grupo de modernos. Un concepto básicamente erróneo -por ejemplo, que es imposible que los alemanes ataquen a través de las Árdenas- se convierte en parte de lo que todo el mundo sabe, en donde "todo el mundo" significa por definición solo la gente que acepta el concepto erróneo.

Pudimos observarlo en los prolegómenos de la guerra de Irak, cuando propuestas perfectamente claras –las razones para invadir Irak eran muy débiles, la ocupación tenía todas las de convertirse en una pesadilla- no solo se rechazaban sino que se suprimían totalmente de la conversación; si uno se planteaba siquiera esas posibilidades, no era una persona seria, independientemente de cuáles fueran sus credenciales.

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Despreciable de mí

Por: | 15 de febrero de 2013

Tiene gracia: Angry Bear (angrybearblog.com) recientemente encontró a alguno de los sospechosos habituales explicando la manera de debatir con Paul Krugman y la respuesta parece ser esta: inventarse un hombre de paja que no se parezca lo más mínimo al economista/columnista del mismo nombre, y ridiculizar a esa persona imaginaria.

Tengo que decir que, ni en mis sueños más descabellados, me imaginaba yo que podría desempeñar el papel del mayor monstruo de la historia para tanta gente. Gracias por el honor.

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La austeridad puede ser un desastre

Por: | 12 de febrero de 2013

La mayoría de los analistas, con razón, están restando importancia al dato inesperado de la caída de facto que ha experimentado el producto interior bruto estadounidense en el cuarto trimestre. Probablemente se revisará, y en cualquier caso, es el resultado de factores excepcionales: una reducción de las existencias y un fuerte descenso, nada habitual, en el gasto de defensa.

Aún así, el informe pone de relieve la manera en que la reducción de las compras de bienes y servicios por parte del Gobierno está lastrando la economía. Y sí, quiero decir reducción, no solo que esté creciendo más lentamente de lo que gustaría. Las pagos de transferencia como Medicare y la seguridad social están aumentando (aunque las prestaciones por desempleo estén disminuyendo), pero el gasto público de cosas –sobre todo a escala estatal y local, donde los productos en cuestión incluyen la contratación de maestros- han experimentado un descenso bastante rápido.

Obama visita una escuela.

En esta página tienen una comparación, empleando estadísticas de la Oficina de Análisis Económicos, de las cifras relevantes en el actual ciclo de negocios y durante la recesión en la era de Bush y sus secuelas. Según este indicador, la época desde que empezó la Gran Recesión ha estado caracterizada por una austeridad fiscal sin precedentes.

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Coches sin conductores

Por: | 07 de febrero de 2013

Coche sin conductor (Claudio Álvarez).
Felix Salmon se ha convertido al culto del coche que se conduce solo. “Aunque en general he sido partidario de casi cualquier alternativa al automóvil, ahora no estoy tan seguro de ello”, escribe Salmon, redactor de economía de Reuters, en un blog publicado el 24 de enero. “Creo que la tecnología de los coches inteligentes está mejorando de una forma impresionante, hasta el punto de que podría ser la solución más prometedora, especialmente en partes desarrolladas del mundo como California”. Y en efecto, esto empieza a parecer algo real. Y estoy impresionado.

En líneas generales, estoy en el bando de los desilusionados con la tecnología, principalmente, creo, porque el futuro no es lo que solía ser. Un buen ejemplo es el libro El año 2000 de Herman Kahn, un ejercicio de predicción de 1967 que ofrecía una lista útil de los desarrollos tecnológicos “muy probables”. Cuando de verdad llegó el año 2000, lo curioso fue lo desmedidamente optimista que era la lista: Kahn previó la mayoría de las cosas que sucedieron en realidad, pero también muchas cosas que no lo hicieron (y que todavía no lo han hecho). Y el crecimiento económico estuvo muy por debajo de sus expectativas.

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Crear una crisis para explotarla

Por: | 04 de febrero de 2013

Obama junto a Geithner.
Tim Geithner está equivocado. Pero también tiene razón. The New Republic publicaba recientemente una entrevista muy interesante de Liaquat Ahamed. Me sorprendió el hecho de que el secretario del Tesoro saliente afirmase sobre las perspectivas fiscales: “Hay algo extraño en el debate actual. La magnitud de la reducción adicional del déficit –aumentos de ingresos o recortes del gasto– que tenemos que establecer para lograr la sostenibilidad fiscal es bastante pequeña. Guiándonos por la mayoría de los métodos de contabilidad, debido a lo que ya hemos hecho en materia fiscal y de gasto, tenemos que encontrar otro 0,75% de PIB con medidas políticas. Y si hacemos eso, conseguiríamos superar la prueba de sostenibilidad de los economistas, lo que significaría reducir el déficit hasta un pequeño superávit primario, y así la deuda empezaría a disminuir como porcentaje del PIB”.

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