Primero lo más importante: Francia tiene problemas. El paro es elevado, sobre todo entre los jóvenes; muchas pequeñas empresas se enfrentan a serias dificultades; la población está envejeciendo (aunque no tanto como en otros muchos países, Alemania incluida).
Sin embargo, en cuanto a casi cualquier parámetro que yo pueda encontrar, Francia no parece en tan mala situación al lado de lo que es normal en Europa. El Producto Interior Bruto ha recuperado más o menos los niveles anteriores a la crisis; el déficit presupuestario es aceptable y el futuro de la deuda a medio plazo no es en absoluto alarmante; gracias a una alta tasa de natalidad, la perspectiva presupuestaria a largo plazo es bastante favorable si se compara con la de sus vecinos.