Hace poco he prometido que compartiría ciertas inquietudes persistentes acerca de un artículo sobre la redistribución y el crecimiento (enlace en inglés) escrito por Jonathan D. Ostry, Andrew Berg y Charalambos G. Tsangarides, investigadores del Fondo Monetario Internacional. Los autores llegan a la conclusión de que las políticas redistribucionistas no tienen ningún efecto negativo, al menos dentro del rango al que estamos habituados, y que es muy posible que la reducción de la desigualdad tenga un efecto positivo.
Creo que sería útil que, para expresar mi inquietud, emplease mi comparación preferida en estos asuntos, entre Estados Unidos y Francia.