Salvar el planeta no hundirá la economía

Por: | 18 de junio de 2014

Nate Silver se metió en un lío cuando, entre todas las opciones posibles, eligió a Roger Pielke para que escribiese sobre el medio ambiente en su nuevo sitio web, FiveThirtyEight. Los climatólogos consideran a Pielke, catedrático de la Universidad de Colorado, un trol de las pegas (alguien que finge tener una mentalidad abierta pero que en realidad está empeñado en dificultar por todos los medios que se defiendan los límites a las emisiones).

Emisiones

¿Pero es esto justo?
Bueno, me complace decir que Pielke escribió hace poco una carta al director de Financial Times a propósito de las repercusiones económicas de la limitación de emisiones – algo de lo que sé un poco — que confirma sin lugar a dudas su mala reputación. Y lo que es mejor aún, la carta nos ofrecía un episodio instructivo, una oportunidad de explicar por qué la afirmación de que no podemos limitar las emisiones sin hundir el crecimiento económico es una tontería.

Según Pielke: “Las emisiones de carbono son un producto del crecimiento del PIB y de las técnicas de consumo y producción de energía. Más concretamente, esta relación se denomina Identidad Kaya (por Yoichi Kaya, el científico japonés que la propuso por primera vez en la década de 1980). Así, por definición, un “tope de carbono” significa necesariamente que un Gobierno se compromete a detener el crecimiento económico o a fomentar sistemáticamente la innovación tecnológica de los sistemas energéticos según un programa predecible, de modo que el crecimiento económico no se vea frenado. Como detener el crecimiento económico no es una opción, ni en China ni en ningún otro sitio, y como la innovación tecnológica no ocurre por decreto, en la práctica no puede haber un tope de carbono”.

Podría decirse, de hecho, que esto es maravilloso, pero de un modo inconcebible. Pielke no afirma que, en la práctica, sea difícil limitar las emisiones sin detener el crecimiento económico; sostiene que es lógicamente imposible. Así que hablemos de por qué eso es una estupidez.

Sí, las emisiones son un reflejo del tamaño de la economía y de las tecnologías existentes. Pero también reflejan decisiones; decisiones sobre qué consumir y cómo producirlo; decisiones sobre qué tecnologías energéticas escoger, entre las muchas que hay. Estas decisiones se ven, a su vez, muy influidas por los incentivos: cambien los incentivos y podrán cambiar en gran medida la cantidad de emisiones vinculadas a un aumento determinado del PIB real.

Fijémonos en un ejemplo que todos conocemos, las emisiones de los coches. En una economía rica, la gente quiere viajar. Pero algunos podrían usar el transporte público si el precio y la calidad fuesen adecuados; la gente podría conducir coches que consuman poco en vez de todoterrenos; podemos usar gasóleo o conducir vehículos híbridos. Todas estas decisiones impondrían algunos costes y reducirían los ingresos reales en cierta medida; pero el efecto no sería, ni de lejos, una reducción del PIB proporcional a la de las emisiones.

Y por cierto, se da la casualidad de que el endurecimiento de las normas sobre consumo de combustible aplicado por el Gobierno de Obama es, en algunos aspectos, una medida tan importante como su reciente regulación de las centrales eléctricas. Aun así, la política sobre las centrales eléctricas es lo que sale en las noticias y lo que motiva la carta de Pielke. ¿Dónde están aquí las opciones?

La respuesta es que en todas partes. El consumo de electricidad no está directamente relacionado con el PIB: hay muchas decisiones que tomar en cosas como el aislamiento y el diseño de los edificios. Y, lo que es aún más importante, hay muchas formas de generar electricidad: del carbón, del gas, nuclear, hidroeléctrica, eólica, solar; y las alternativas al carbón son más competitivas que nunca. Eso no significa que reducir las emisiones no tenga ningún coste pero, repito, la idea de que, por ejemplo, una reducción de las emisiones del 30% se traduzca en una bajada del PIB del 30% es ridícula.

Permítanme añadir, por cierto, que la falacia de Pielke –la idea de que hay una relación invariable entre el crecimiento y la contaminación- también se la creen algunas gentes de izquierdas que piensan que salvar el planeta significa acabar con el crecimiento económico. Lo que de verdad necesitamos es un cambio en la forma de crecer; y eso es precisamente lo que se les da bien a los mercados, si se acierta con los precios.

No obstante, supongo que debería agradecerle a Pielke su intervención, que ha contribuido a dejar claro el modo en que debemos pensar en los problemas energéticos y en él.

Traducción de News Clips.

© 2014 The New York Times

Hay 11 Comentarios

Tal como yo interpreto el artículo de K, aunque dice que es un escenario hipotético dice que se puede tender a él : " Clearly, such a technology would remove all limits on per capita GDP, as long as you don’t count robots among the capitas. All you need to do is keep raising the ratio of robots to humans, and you get whatever GDP you want." Está afirmación asume por definición la sustituibildad entre capital natural y capital hecho por el hombre y en último término la leyes de la termodinámica por las consecuencias que ello implica. Creo que la crítica de Nicholas Georgescu-Roegen no puede ser más aplicable en este caso. Además no se trata de la existencia o no de materiales sino de los límites que impone la Ley del mínimo de Liebig, en nuestro caso de un sistema cerrado, la energía neta (exergía) capaz de generar la potencia necesaria para realizar trabajo útil dentro de los limites termodinámicos (me remito a los post de Murphy que me parecen que son ejemplificativos).
Efectivamente K cree que la actual teoría económica es una teoría efectiva, lo que realmente piense sobre los límites no tiene relevancia en cuanto a sus recomendaciones porque al considerarla teoría efectiva adopta la visión preanalítica dominante dónde la economía es el todo relevante y la biosfera es un subsistema de donde se obtienen recursos (baja entropía) y se desechan residuos (alta entropía).
El problema actual, debido a la ley del mínimo de Liebig es que basta un factor para que el límite opere, y no se pueden seguir políticas que ignoren ese hecho. En cuanto al PIB y la enorme confusión que provoca la cuenta única sin costes donde todo suma, incluidos los anti-males que como mucho anulan un coste no recogido me remito a está entrada http://autonomiaybienvivir.blogspot.com.es/2014/06/el-coste-interior-bruto-versus-el.html añadiendo que la adopción de la renta de Hicks sostenible por definición, permite tener en cuenta los flujos y fondos necesarios para mantener un nivel de consumo acorde con los límites físicos.
En cuanto a la Economía Ecológica o su postulado más concreto del EEE, tiene un desarrollo teórico notable mucho más de lo que piensas, el problema es sus defensores han sido sistemáticamente marginados del debate, el ejemplo de la critica de Georgescu-Roegen es palamaría (merece la pena leerse atetamente las respuestas de Solow al cuestionario de Daly porque me parecen muy reveladoras). Además de Georgescu-Roegen, y de Herman Daly hay muchos grande y reconocidos economistas que se adhieren al paradigma de la economía ecológica. Sin embargo, creo que como precursor de la misma y como una de las figuras más señeras de la economía de todos los tiempos hay que mencionar a Frederick Soddy, cuyas ideas se avanzaron tanto a su tiempo, donde fue despreciado por los economistas ya que el era de formación químico (no de los buenos, sino de los extraordinarios, fue Premio Nobel de Química en 1921) pero que los superaba ampliamente y al que los juegos matemáticos que practicaban en sus modelos con sus hipótesis impresionaban más bien poco a alguien de la formación de Soddy.
En cuanto a la viabilidad política de la EEE estoy totalmente de acuerdo con tu punto de vista. El problema es que los límites termodinámicos no necesitan que los reconozcas o estés de acuerdo con ellos, actúan sin más. La tragedia es que lo hacen de forma no-lineal, algo que la economía dominante es incapaz de asumir, toda su construcción se basa en relaciones lineales.
Pero el problema esencial del sistema político, que utiliza la economía como un escudo para acabar con cualquier tipo de discusiones ya que tus ideas pueden ser magníficas, pero...no las podemos pagar, no nos lo podemos permitir, etc (there is no alternative Margaret Thatcher dixit) que es la visión del mundo donde la economía es el todo relevante. No es más que una mera pantalla una distracción sobre lo que realmente es relevante, el poder y quien manda sobre quien. Al final, la globalización ha sido un triunfo absoluto del capital sobre cualquier gobierno democrático, los mercados mandan y los gobiernos los obedecen y no a sus electores. La distopía de una gobierno global, convierte a la globalización en la última frontera que ha permitido crecer por poco tiempo a la producción medida en términos de PIB (todo suma y nada resta) a costa de los bienes comunes sin ningún control, cuando eso se agote, se está agotando, ya no queda nada.

En el artículo que me señalas, Krugman (en adelante, K.), solo habla de que los efectos más importantes de la actual revolución tecnológica, en su opinión, están por llegar. Y que una eventual robotización inteligente y generalizada de la producción de bienes y servicios podría aumentar el PIB y, también, podría provocar una concentración aún mayor que la actual en la propiedad de los bienes de producción y de la renta.
Lamentablemente, solo endulza esta terrible profecía para los desposeídos, con la presunción de que la inteligencia artificial está aún lejos de sustituir a los humanos en tareas creativas, de control y supervisión.
Sin embargo, no veo una negación explícita de los límites físicos de los stocks totales de materias primas (ya extraídas + extraíbles), sino que aún podemos considerar que K. cree que los stocks totales, reales y finitos, permitirían tal robotización. Una conjetura intuitiva. Quizá, imagina K., que en un futuro hipotético podríamos aborrecer los turismos privados e ir más en bicicleta, quedando aquellos, en su mayoría, reciclados y convertidos en robots.
O, por supuesto, también parece admitir K., que podemos seguir creciendo convencionalmente, sin una acelerada revolución de robots inteligentes… así, emergería antes el poder del Big Data con su capacidad de dar soporte a diversos servicios para la Sociedad de la Información.
Sería conveniente, pues (para dilucidar nuestras respectivas sospechas), que K. se expresara sobre este asunto de forma explícita e inequívoca y dijera si su expectativa es de 40, 80, 100, 1.000 o más años para un crecimiento medio mundial de un 2% anual, por ejemplo. Espero que K. se entere de esta discusión y que intervenga en cualquier momento.
Está claro, que, de momento, no le preocupa o no ve practicable en la disciplina económica actual, metodológicamente hablando (como ya indiqué), la incorporación de los límites termodinámicos y geofísicos. Pero no porque alguien no considere viable actualmente una transición hacia una EEE, ha de ser etiquetado entonces, necesariamente, como un creyente en la idea de que los recursos naturales son infinitos. Ni tampoco podemos considerar a K., como negacionistas de la contaminación o del cambio climático. En realidad creo que es partidario de invertir y gastar contra ambos fenómenos, aunque no sé si le parece bien, o no, que tales dispendios en producción de bienes y servicios contra dichos males, deban formar parte o no del PIB. Pero pienso que los economistas no podrán hacerlo hasta que abran cuentas nacionales al capital natural nacional y se establezcan las directivas sobre sus normas de valoración.
He leído los textos que has propuesto, y me han parecido muy interesantes. Y estoy fundamentalmente de acuerdo con el análisis de las falacias integradas en el cuerpo doctrinal del paradigma actual. Pero veo que la disciplina de la E.E.E. es todavía muy incipiente desde la perspectiva teórica y aún más de cara a sus posibilidades de aplicación práctica. En mi intervención anterior me hacía preguntas para ver cómo podrían ser respondidas por una teoría de EEE.
En resumidas cuentas, en mi opinión, no se dan todavía las condiciones objetivas sociopolíticas y culturales para una transición serena y pacífica hacia una economía sostenible a largo plazo de las economías más desarrolladas. Tampoco colaborarían las que están en desarrollo, ni ayudarían a las que lo intentaran. Conjeturo que ni siquiera una revolución ecológica en unos pocos países, podría en unos años instaurar un modelo de EEE duradero. Sería como nadar contracorriente en un río, mientras desde ambas orillas te apedrean.
Estamos atrapados. Pero errar durante mucho tiempo, a pesar de medios y conocimientos, es una insolencia que la Realidad suele hacer pagar muy caro cuando la demora en respuesta es excesiva.
Para evitar que cuando intentemos escapar ya sea demasiado tarde, vayamos haciendo camino. Sería conveniente crear un cuerpo teórico contundente con visos de aplicabilidad real y encender una vela a San Murphy.
Además, no habría que perder la esperanza y confiar en que, las bicicletas, al final, no sean solo para el verano.

Gemues desde el punto de vista de la economía cuando uno acepta la función de producción sin recursos naturales y sin residuos acepta que el capital hecho por el hombre puede sustituir al capital natural y permite el crecimiento indefinido. Por ejemplo: http://krugman.blogs.nytimes.com/2012/12/26/is-growth-over/
Te invito a que te leas este documento de Daly que me parece esclarecedor http://math.unife.it/lm.ecologia/Insegnamenti/management-degli-ecosistemi/materiale-didattico/Daly%20H.%20Steady%20State%20Economics%201991.pdf , personalmente he hecho una traducción por si es más cómodo leerlo en castellano https://www.dropbox.com/s/s3rzqs9bxb6ex9r/Economia%20de%20estado%20estacionario_Herman%20Daly.pdf . En este documento se cita al premio de banco de Suecia en economía en memoria de Alfred Nobel Robert Solow que afirmó: “El mundo
puede, en efecto, continuar sin recursos naturales”, lo que es un reflejo perfecto del paradigma neoclásico
Un problema básico que siempre señalo es el de la teoría efectiva, una teoría puede servir por ejemplo donde los límites están lejanos y temer en cuenta el impacto de recursos abundantes o residuos no tiene gran relevancia para los resultados, lo que llamaríamos "mundo vacío", sin embargo, a medida que nos acercamos a esos límites (mundo lleno), la teoría deja de ser efectiva. El problema es saber cuando debemos dejarlo correr. Es como alguien que quiere aplicar a la geometría euclidiana a la topografia, en pequeñas distancias el mundo puede parecer plano y los triangulos sumar 180º, pero sólo es un buena aproximación en distancias pequeñas, considerar el mundo plano puede funcionar pero a un nivel determinado. Es como si para el GPS utilizáramos la mecánica Newtoniana y la geometría euclidiana, los errores serían enormes, es útil para construir un puente, un edificio, pero para un sistema de posicionamiento ha dejado de ser efectiva. El paradigma neoclásico puede afrontar escaseces relativas y locales, pero no cree en la existencia de límites, en realidad sus equilibrios son atemporales. Eso hace que la asignación de recursos nunca pueda tener en cuenta a las generaciones futuras que no pueden ser tenidas en cuenta por el mercado, suponiendo que este sea en competencia perfecta (cosa que tampoco es posible).
En realidad la economía neoclásica es la economía del jardín de Edén, como bien afirmaba y demostraba el gran economista Nicholas Georgescu-Roegen en este documento que he traducido: https://www.dropbox.com/s/lmf3ihscqnn6arr/Georgescu-Roegen.pdf
Tu perplejidad no es extraña, parece inasumible que continuemos manteniendo unos supuestos totalmente irreales. Hay que tener muy presente que el paradigma neoclásico tiene como último fundamente la hipótesis de ergodicidad, algo así como negar la incertidumbre o que el futuro se parece al pasado. Eso hace que sea tan difícil el soltar lastre de una paradigma totalmente agotado. Además, en último término la separación entre política y economía, como una ciencia dura alejada de la arena política que ofrece soluciones incontrovertibles como la física, es un engaño para bobos. La economía neoclásica es un soporte y justificación de un sistema de poder llamado capital, que no es nunca capital físico, sino que es siempre capital financiero o capital a secas, pero eso es harina de otro costal (http://bnarchives.yorku.ca/259/02/20090522_nb_casp_full_indexed.pdf ). Por ultimo, para entender como piensan en realidad la mayoría de economistas, estás entradas de Tom Murphy traducidas en the oil crash no tiene precio http://crashoil.blogspot.com.es/2012/05/encuentro-del-economista-exponencial.html
http://crashoil.blogspot.com.es/2012/05/energia-escala-galactica.html

Me sigue pareciendo inverosímil, tal como indicas, que los más reconocidos economistas modernos de carácter "progresista" consideren que es posible el crecimiento indefinido de la economía nacional o mundial. Que ignoren los evidentes recursos limitados del planeta, siendo que su propia disciplina, la Economía, tiene por definición comúnmente aceptada, el siguiente tenor: "Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos" . Y que defiendan que es posible revertir cualquier desastre ecológico o natural que provoquemos. Y que crean que sustituiremos cualquier necesidad de Capital Natural por capital producido (como el Universo, ¿produciremos espacio-tiempo?). Y que tecnologías futuras, necesariamente, sabrán resolver cualquier problema derivado del crecimiento continuo y de las malas soluciones tecnológicas (¿residuos nucleares, por ejemplo?).
Es más, tales ingenuas, hipócritas, egoístas o estúpidas ideas (si se sostienen todas simultáneamente), solo me parecerían posibles en personas mal informadas, con gran sesgo ideológico en términos de alta religiosidad, espíritu poco crítico y escéptico y algún que otro más (y presunto) "hándicap" cognitivo.
Como no soy economista y tampoco he leído muchos ensayos (solo artículos de prensa) modernos sobre estas cuestiones, te rogaría que me indicases alguno (o varios) en el que Krugman se manifieste en tal inimaginable (para mí) sentido.
No es que dude de lo que dices que dice Krugman, sino que dudo que se le esté interpretando, adecuada o correctamente, cuando se interpreta de sus escritos que la Tierra se parece más a un plato que a una esfera. Pues tenemos tantas o más pruebas y evidencias de la limitación de los recursos de la Tierra, que de la mejor adecuación del modelo esférico que el plano en cuanto a la forma a gran escala de nuestro planeta.
¿No será que Krugman piensa que no conocemos la topología de la esfera y que solo es práctico seguir con la topología conocida y aplicable del plato llano, pero haciendo las correcciones que política y democráticamente proceda?. Es una posición opinable, pero no es asimilable a la de un completo ignorante incapaz de ser sensible a los más evidentes gritos y estridencias de la Realidad. Incluso sin ver Barrio Sésamo, es posible llegar al concepto de poco y mucho, a su relativización y al uso responsable de la idea de infinito.
Es una conjetura razonable, dado que supongo que Krugman es inteligente (al menos, al leerle se expresa como si la fuera) y no puede creer, sin más, en la gallina de los huevos de oro, en un paraíso indestructible con infinitos recursos. Algo así no lo creen ni los más crédulos creyentes en un Dios bondadoso, que sin duda nos habría regalado un Mundo, como Dios manda. A lo grande. No una chapuza. Por eso, los creyentes sin más, por la fe, por la ciencia infusa, en vez de creer en la Tierra para siempre, creen en el Cielo. Sí; tan evidentes resultan las limitaciones de la Tierra, una mota de polvo, que flota perdida en el amanecer cósmico de nuestra galaxia. Incluso un mero punto azul pálido, perdido en la inmensa oscuridad, para nuestras propias sondas espaciales.
Ahora bien, desde una perspectiva ética o moral, yo sería más proclive a considerar que creen (o quieren creer) que no hemos llegado todavía a poner el Capital Natural en situación de incapacidad, inoperatividad o irreversible camino hacia el deterioro total (inutilidad final como soporte de vida adecuada para la Humanidad) y que los ajustes hacia una economía sostenible a muy largo plazo (incluida una Economía de Estado Estacionario) no son políticamente viables todavía. Quizá crean que, en un futuro indeterminado, podría llegar el momento de aplicar una EEE (no sé si existe en el Mundo, algún partido ecologista con representación parlamentaria, que en su programa figure la preparación o tránsito socio-cultural hacia una propuesta concreta de EEE).
Por otra parte, en principio, como son sensibles a los problemas ambientales a corto y largo plazo, consideran que el Capital Natural debe ser tenido en cuenta corrigiendo las desviaciones de unos objetivos que, al parecer, serían para ellos políticos y no económicos, al considerar que no conocemos, no sabemos lo suficiente para introducir los niveles superiores en los parcos y minimalistas (necesariamente) modelos económicos. Supongo que incluyen en esa casuística a la Economía de Estado Estacionario. Y espero y supongo también que no argumentarán en contra de ésta, razones Cosmológicas (el Universo no ha dejado de crecer -expandirse- un solo instante).
Si las cosas (en el contexto del debate teórico) fueran exactamente como indicas y no tuvieran otras explicaciones cercanas o similares a las ya apuntadas por mí en los párrafos anteriores, yo debería estar aún más alarmado de lo que estoy. Y realmente me disgustaría conmigo mismo al no haber detectado tanta ostentación de negligente persistencia en la tesis del crecimiento ilimitado.
Como ha debido quedar claro en mis dos comentarios anteriores (y por si acaso no ha sido así, insisto) sí que estoy alarmado por la desconsideración general (o por la forma en que se mira hacia otra parte), sobre los problemas ambientales tan evidentes (son hechos incontrovertibles), graves y fundamentales como la contaminación (cambios cuantitativos y cualitativos en la composición o distribución del aire, de las aguas, de la vegetación, de la fauna y de los territorios y su orografía) y el aumento repentino y veloz de la temperatura media de la Biosfera durante los últimos 50 años. Estos dos hechos sí que son dos verdaderas razones para poner en marcha cualquier capacidad de reducción drástica y sistemática de la contaminación.
Finalmente, sabía que no eras de los que propondrías una drástica vuelta a la recolección sostenible de los frutos de la Naturaleza, por eso, en el punto y seguido inmediato, decía "…O quizás exista una verdadera Teoría Económica…".
Por poner un par de entre un millón de ejemplos ilustrativos de la problemática: ¿Cómo se valora y calcula la producción de cualquier cosa teniendo en cuenta la restitución del Capital Natural?. ¿Sería "Económica" una central hidroeléctrica con la tecnología actual? ¿A qué plazo podríamos hacer cálculos?. ¿Es razonable el impacto de un embalse? ¿Tendría carácter temporal y calcularíamos la restauración de los valles? ¿Cómo pasaríamos a no disponer de la energía nuclear? ¿Cómo gestionaríamos el colapso de las industrias no "Económicas" actuales, que son mayoría? ¿Cómo se puede hacer una transición a una economía estacionaria y sostenible? ¿Sabemos calcular el coste de la transición en términos de sangre, sudor y lágrimas? ¿Tiene algo que decir la población, o sería como ir contra las matemáticas? ¿Hay una formulación matemática de una Teoría Económica del Estado Estacionario y una consecuente Política Económica?
Tales preguntas y elucubraciones está muy bien que sean pensadas, planteadas, debatidas, investigadas, contrastadas, etc. Y no me parece bien, según nos indicas, que los economistas clásicos no consideren debatir vuestras ideas formalmente, con argumentos. Aunque supongo que, al menos, os dirán que vuestro planteamiento es utópico e inalcanzable a efectos prácticos. Se conforman con los estudios de impacto ambiental, con los tratados internacionales sobre residuos y vertidos, con las políticas de reciclaje, etc.
Ahora bien, tu y yo sabemos que eso no es suficiente ni para retrasar significativamente el colapso (desequilibrio con impacto en todas las formas de vida) general a largo plazo (40-80 años) en grandes ecosistemas, como selvas tropicales, cultivos, aguas potables, ciudades y, en general, la Atmósfera, los océanos y mares.
Y ahora sí; ante esta situación, una vez admitida, solo hay dos clases de personas según el partido que toman. Tú y yo estamos en el mismo bando ideológico. Quizá diferiríamos en cuándo, cómo y en cuanto tiempo se debería alcanzar un estado estacionario en equilibrio ecológico desde la perspectiva política. Lo digo porque quizá haya varias vías y alternativas.
¡Solo que me gustaría saber con el menor grado de incertidumbre posible, si, realmente, Krugman, cree que la economía mundial y la población podrán seguir creciendo a un ritmo similar al actual durante los próximos mil años, por ejemplo¡ ¿Si?. ¿Cómo es posible?.

Krugman es un economista que acepta plenamente el paradigma neoclásico y la función de producción con dos factores, capital y trabajo (Solow), o con recursos pero introducidos de forma falaz (me remito a la entrada en el blog de mi primera intervención). Eso significa que acepta la sustituibilidad entre capital natural y capital hecho por el hombre y no su complementariedad lo que es completamente trasdendente para considerar si es posible o no el crecimiento de flujo de producción de forma indefinida. El modelo, que como cualquier modelo es siempre una simplificación que debe encontrar su justificación cuando se contrasta con la realidad, de Georgescu-Roegen es con diferencia mucho más completo, entendiendo que debe existir un equilibiro entre flujos (producción) que es lo único que existe para el paradigma neoclásico (krugman incluido) y los fondos o stocks de capital que requiere el reconocimiento de un escala óptima a nivel agregado que Krugman jamás aceptará pues postula la posibilidad de crecer en tener más cosas, productos o servicios, sin que ello este limitado por los recursos. Si reconoces que la economía no es más que un subsistema ecológico se sigue la existencia de una escala óptima, los sistemas crecen pero luego maduran, no crecen para siempre. Como la biosefera es un sistema cerrado (que no asilado) con una capacidad de carga determinada el subsistema económico no puede ser mayor que el ecológico y su capacidad de carga. En realidad debe ser mucho menor si no quiere consumir el capital natural, que no puede ser sustituido por mucho capital humano que hagas. Por otra parte, como desconocemos las complejidades de las esferas superiores en que se integra la economía, la social y la ecológica debemos ser extremadamente prudentes. A medida que asciendes las complejidades (distinguir entre algo complejo con numerosas interacciones con algo complicado como un ordenador) los costes ocultos de su alteración son no lineales, obtienes limitados beneficios visibles, para el riesgo al que te expones. Lo bueno es que no necesitas conocer los riegos (incertidumbre) sabes que fragilizar el sistema te llevará al desastre. La gran moderación había acabado con los ciclos económicos, lo que pasaba es que había hecho el sistema financiero mucho más frágil, lo contrario de lo que se afirmaba que la expuesto a un cisne negro, no era importante el cuando, sólo que se produciría su hundimiento. Con el tema de los limites de crecimiento, tanto en el lado de los recursos de baja entropía, como en los residuos de alta entropía, la intervención naive que defiende Krugman es que somos capaces de manejarlo, de "internalizarlo" y de continuar crecimiendo. Eso es totalmente falso, y contrario a las leyes de la física, por lo que sólo hay que esperar a que se produzcan los acontecimientos no lineales negativos que se desencadenan pensando que podemos gestionar aquello que esencialmente desconocemos.

Una de las argumentaciones típicas en estas discusiones la has plasmado perfectamente: "A no ser, claro está, que lo que realmente piensa Jordi es que debemos volver rápidamente a una población mundial de cien millones que viva de la recolección prudente y sostenible de los frutos espontáneos de los ecosistemas" Nada de lo que expresado permite tal conclusión. Es cierto que se debe minimizar el flujo por el mantenimiento de stock, pero eso es lo que hace cualquier sistema ecológico en equilibrio. Cual es la capacidad de carga de la tierra dependerá de diversos factores, aunque los limites físicos son ineludibles, en contra de la visión basada en el tecno-optimismo, pero es evidente que debemos iniciar en términos generales una adecuación a esos límites, decrecimiento en las economías que utilizan intensamente los recursos (aunque los hayan "externalizado" por la globalización a otros países) y crecimiento de las economía más pobres, para los cuales tener más está todavía claramente correlacionado en bienestar. En las economías desarrolladas se trata una mera cuestión de posicionamiento, si todo el mundo aumenta el total de cosas que tiene, nadie aumenta su bienestar pues se ha convertido en un mero posicionamiento respecto al vecino. La economía ecológica es un paradigma completamente diferente de ver el mundo como se intenta explicar en la siguiente entrada de mi blog siguiendo a Herman Daly. http://economiapangloss.blogspot.com.es/2014/03/las-falacias-del-crecimiento.html

Del mismo modo que no veía el exabrupto de Krugman, tampoco veo la contraargumentación de Jordi a los argumentos de fondo que yo exponía en mi intervención anterior.
Como creo que Krugman, Jordi y yo mismo, estamos de acuerdo en que hay que tener en cuenta el capital natural y la sostenibilidad del sistema económico, quiero entender que la discusión debe ir en el ámbito del cómo tener en cuenta y consideración el medio ambiente, su equilibrio y su cualidad.
La función de producción, cualquier función de producción, es una simplificación infantil. Estúpida, si consideramos que son adultos del sigo XXI los que podrían jugar con ellas y creer de forma fetichista que porque hacen matemáticas, porque practican una liturgia matemática, tiene visos de realidad su modelo. Todos sabemos, en el fondo, que las teorías actuales, todas, son teorías de la "Deseconomía", a largo plazo. Así que eso de la función de producción no es un argumento para mí de que un economista sea o no sea considerado de forma conveniente con los recursos naturales por haber leído o estudiado un modelo simplificado.
Entendería algo más de la crítica de Jordi, si Krugman fuera un negacionista de la contaminación y degradación actuales, del cambio climático, de la evolución biológica o de la termodinámica. O un fetichista de los modelos matemáticos.
Por ello, invito a Jordi a que contextualice el artículo que debatimos y nos explique cuáles son las diferencias que él considera que existen con su consideración del medio natural en la actividad económica de producción y distribución de bienes y servicios. Es decir, en qué consiste esa nueva y presunta teoría económica capaz de reconducir racionalmente la locura actual hacia un nuevo paradigma de economía integral sostenible y satisfactoria a largo plazo. Y sobre todo, claro, cuál sería la Política Económica correspondiente y el plan de actuación.
A no ser, claro está, que lo que realmente piensa Jordi es que debemos volver rápidamente a una población mundial de cien millones que viva de la recolección prudente y sostenible de los frutos espontáneos de los ecosistemas. O quizás exista una verdadera Teoría Económica, y que propone Jordi, que es capaz de establecer en función de la tecnología y recursos realmente renovables, en cada momento y de forma sostenible, cómo ha de producirse, dónde y quiénes han de realizarlo, en función de unas necesidades o demandas de producción que, a su vez, dicha Teoría es capaz de mostrar como mera opciones de autoprescripción.

Dice Gemues: "La Tierra NO es un Sistema AISLADO" ciertamente no lo es pero es un sistema cerrado o cuasi cerrado sin intercambio de materia apreciable a escala de tiempo humana (afortunadamente) y con una aportación de energía constante y difusa por parte del sol. Lo de difusa es algo que parece olvidarse, porque el obtener energía cuesta energía y lo importante es el saldo neto. Los combustibles fósiles, especialmente el crudo, tiene unas propiedades inigualables en concentración que hace que sus retornos energéticos muy buenos, lo que importa y no un total abstracto de radiación solar cuyo coste de recogida es inmenso para un saldo reducido de energía neta (recordemos que prácticamente la totalidad de la energía recibida del sol en forma de alta entropía se devuelve al espacio, de lo contrario nos calentaríamos como un horno, nada que ver con el calentamiento global). Además los materiales que sirven para producir los sistemas de captación de fuentes renovables son también finitos y en algunos casos escasisimos (tierras raras) que además necesitan mucha energía para su obtención y transformación porque están en concentraciones minúsculas. En cuando a la dualidad fondo flujo de los sistemas ecológicos y su falta de aprehensión por el mercado es el principal problema. Los sistemas ecológicos son fuente de recursos (flujos) pero también de servicios (fondos). Por razones de no rivalidad o no exclusión gran parte de los servicios que proporciona la naturaleza son "gratis" y por lo tanto se sobreexplotan. Lo que se hace es comerse el capital natural que no es sustituible por el hecho por el hombre tal como sostiene de forma falaz la función de producción neoclásica. Las consecuencias son nefastas y además imposibles de remediar, porque desde un punto de vista racional, lo que está en abierta contradicción con un sistema de mercado, debería existir un planificador omnisciente con el conocimiento completo de cuales son esos servicios y sus relaciones complejas, algo que está muy lejos de nuestras capacidades científicas actuales, para generar un sistema de derechos de propiedad y de precios adecuado para su conservación. La economía es una subesfera de la esfera ecológica que se encuentra casi en estado estacionario, aportación constante de energía y inapreciable de materia, y como ocurre con todos los sistemas abiertos que son capaces de generar negetropia que viven en un sistema cerrado (que no aislado) tienen una escala óptima, un criterio de cuando para de crecer, lo que en el paradigma económico actual que defiende Krugman es imposible.

La tesis de Krugman es la que da título al artículo, no lo perdamos de vista. Argumentar contra lo que no se ha dicho suele ser síntoma de precipitación, poca serenidad y juicio atascado.
Lo que dice cierto paradigma actual acerca del medio ambiente, precisamente, es que es un bien limitado en cantidad, en calidad y en capacidad de reciclaje. Y también, que es un bien “dañado”, posiblemente enfermo, y cuya cura a largo plazo plantea grandes incertidumbres.
Por otra parte, Krugman, no se ha declarado defensor del consumismo a ultranza o de que no podamos o debamos bajar el PIB si fuera necesario o conveniente para apoyar una mejor expectativa supervivencia a largo plazo.
La Tierra NO es un Sistema AISLADO en el que el primer principio de la termodinámica conducirá ineludiblemente al caos. Si mejoramos nuestra inteligencia, y con la ayuda de la energía EXTERNA del Sol, podríamos construir un Jardín planetario. Parece que algunos no consideran que la inteligencia y la energía (externa) son los activos básicos para conquistar el futuro.
De momento, en este artículo, Krugman está indicando simplemente que es posible contaminar menos sin reducir en la misma proporción el PIB. Lo cual es una idea bastante razonable y lo logro ver dónde se esconde el exabrupto.
Krugman, y cierto paradigma actual, no consideran que el asunto de la salud de nuestra Biosfera (más exactamente, nuestra supervivencia a largo plazo como Humanidad) deba ser tratado, por poner un ejemplo, como lo podría abordar un enfermo terminal. Es decir que la discusión sea entre la estrategia de vivir a tope lo que nos queda, aún a costa de reducir el tiempo de vida, y la de alargar la agonía del modo menos dolorosamente posible.
No. La propuesta inteligente es la de asegurar, en la medida de lo posible, la salud a largo plazo de nuestra Biosfera y la calidad de vida de todas las especies que de forma interdependiente conviven en ella.

Cuando cualquiera ataca la creencia, absurda por otra parte del crecimiento infinito, los economistas de mainstream saltan con exabruptos. Esta no es la primera ni la última vez que se sientan atacados en lo más básico de su religión. No se trata de ninguna ciencia, sino un puro acto de fe totalmente alejado de nuestros conocimientos científicos. Los datos son tozudos el consumo de energía y materias está directamente relacionado con el PIB mundial, es posible que en determinadas economías por la globalización se hayan externalizado determinados procesos industriales y también el consumo de energía que después se importa en los productos. Es por eso que la fuente de energía que más ha crecido en el siglo XXI ha sido el carbón, todo un signo de los tiempos. Pero el problema esencial es que Krugman como antes otros confunden nuestro planeta con el Jardín del Eden como ya les señalo el gran economista estadounidense de origen rumano Nicholas Georgescu-Roegen. La función de producción neoclásica, la base de todo, desprecia los recursos con base en la sustituibilidad casi perfecta entre capital hecho por el hombre y el capital natural, sin embargo, esa asunción si que es una falacia, haya que no sólo los flujos sino los servicios que permiten mantener la vida son complementarios. La crítica de Georgescu-Roegen nunca ha sido contestada, porque no tiene respuesta por parte de una pseudo-ciencia que no tiene en cuenta los principios de la termodinámica ni las irreversibilidades que representa. Krugman debería se cuidadoso con sus palabras pues se las tendrá que comer una a una en un futuro que ya no es nada lejano. Para quien este interesado en la crítica de Georgescu-Roegen en el siguiente enlace dónde se explica porque la función de producción neoclásica es una absoluta falacia que viola los principios de la termodinámica. http://economiapangloss.blogspot.com.es/2014/05/la-economia-del-jardin-del-eden.html

Todo movimiento tiene un carácter cíclico... siempre se oscila entre la plenitud y la vaciedad... entre el Uno y el Cero. La economía, como todo sistema de vida, tiene siempre un siguiente... gracias al animal de carga (caballos, mulos, y burros) y al invento de la rueda, fueron posibles los avances de la economía social. Mas tarde vino el motor que dio lugar a trenes, autos, etc., y después
los aviones, los misiles, etc. Y ahora, en el presente, el ser humano mira al cosmos como solución para continuar su vida en otros planetas. Mientras exista la mente todo es posible en cuestiones tecnológicas para otros tipos de crecimientos económicos y sociales.

Sin duda una de las revoluciones pendientes es la que llamariamos revolución verde, por desgracia esta está parada por los grandes poderes económicos que están estrujando la teta que tienen asegurada y mientras se están preparando para seguir dominando en la siguiente

Saludos cordiales
http://trabajoserio.ws/vamos-entender-forex-de-una-manera-sencilla-y-facil/

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Paul Krugman

Sobre el blog

La solución a la crisis económica pasa por la política. Paul Krugman, probablemente el economista más conocido del mundo, lo tiene claro. Desde su posición progresista –liberal, en Estados Unidos; de izquierdas, en Europa- prescribe su receta.

Sobre el autor

Paul Krugman

Cuando recibió el premio Nobel en 2008, Paul Krugman (Albany, Estados Unidos, 1957) ya llevaba casi una década escribiendo columnas en el New York Times. Da clases de Economía y Política Internacional en la Universidad de Princeton, antes lo ha hecho en la de Yale, donde se graduó, en la de Stanford y en el MIT.

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