Permítanme exponer de nuevo y quizá aclarar algunas cuestiones de una reciente columna de The New York Times sobre el referéndum del 18 de septiembre en Escocia para decidir si se separa de Reino Unido.
Declarar Escocia independiente supondría una importante alteración de los acuerdos económicos y financieros. Como dice el economista Simon Wren-Lewis, la opinión preponderante entre los profesionales de la economía es que esta alteración empeoraría la situación de Escocia; pero eso es algo que podemos discutir. No obstante, ese no es el argumento que el movimiento independentista sostiene.