Manuela Mesa y Laura Alonso, Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ)
A pesar de la diversidad y gran complejidad que los efectos de la violencia y la guerra tienen sobre las mujeres y los hombres, históricamente y aún hoy, existe un enfoque que vincula a las mujeres con el papel de víctimas en los conflictos, del mismo modo que se asocia a los hombres con individuos susceptibles de encarnar al héroe.
La sobrerrepresentación de las mujeres como víctimas alimenta la visión estereotipada y dicotómica entre mujeres y hombres, del mismo modo que refuerza un modelo de acción basado en mitigar los efectos de la violencia pero que no cuestiona ni persigue sus causas.
En los últimos años, y con el impulso de la Resolución 1325 aprobada en el año 2000 por el Consejo de Seguridad de la ONU, se han llevado a cabo múltiples iniciativas para poner en valor la construcción de la paz protagonizada por las mujeres. A pesar de que esta resolución ha superado ya ampliamente la década y de que muchas organizaciones de mujeres en todo el mundo trabajan con perseverancia para su implantación efectiva, los procesos de paz siguen dando la espalda a los aportes de las mujeres en el diálogo y en la toma de decisiones: las recientes negociaciones de paz en Siria son una decepcionante muestra de ello.
La exclusión de los aportes de la mitad de la población resulta más fácil cuando el imaginario social muestra desenfocadas o incluso ausentes a las mujeres de entre los que se identifican como actores de la paz. Desenfocadas cuando son mostradas como mujeres-pacíficas por naturaleza, sin ningún mérito más que serlo per se, sin mediar mayor capacitación o talento que el innato. Ausentes cuando son mostradas como mujeres-víctimas porque de ellas no se espera nada más que su recuperación o su olvido tras engrosar las incómodas cifras de víctimas o pérdidas humanas. Sin embargo, la realidad es obstinada y día a día la paz que construyen las mujeres transforma el mundo.
La reciente publicación “Visibles y Transgresoras. Narrativas y propuestas para la paz y la igualdad” de CEIPAZ-Fundación Cultura de Paz y WILPF España tiene entre sus objetivos poner en valor las contribuciones de las mujeres en la construcción de la paz facilitando nuevos referentes para su representación visual. Esta publicación otorga un papel clave a las imágenes como mecanismos simbólicos de representación (simplificación) de la realidad y por su importancia en la construcción de referentes y valores que son compartidos en el imaginario colectivo de una sociedad. También pretende abrir el necesario debate sobre el uso de imágenes por parte de las organizaciones sociales donde la paz que construyen las mujeres y sus valores asociados deben de ser referente para la transformación social, la promoción de la justicia y la paz.
Hacer visibles las propuestas de las mujeres y la transgresión que sus iniciativas suponen, frente a los discursos dominantes de violencia y abuso, nos ofrece un marco nutrido de valores estratégicos para la transformación social, la defensa de los derechos humanos y la paz que, tal y como está el mundo, no podemos ni debemos ignorar.
Hay 1 Comentarios
En Colombia las mujeres se han unido para crear una iniciativa ciudadana y autónoma que plantea una revolución ética para la construcción de una paz justa y sostenible.
La han llamado PACTO ÉTICO POR UN PAÍS EN PAZ.
Quiero invitarlos a unirse y enterarse de esta iniciativa en las siguientes redes sociales:
https://twitter.com/ElPactoEtico
https://www.facebook.com/PactoEticoporunPaisenPaz
Publicado por: Andrea Fonseca | 02/04/2014 21:06:47