De Rwanda a RCA: 20 años de paz liberal en África

Por: | 23 de mayo de 2014

Montse Santolino, periodista especializada en Comunicación para la Paz y el Cambio Social

 

Cumbre UE-África - aniversario del genocidio en Rwanda – vía libre a la misión de paz en República Centroafricana. Todo en apenas semana y media. No puede ser casualidad.

Escuece pensar que después de 50 misiones internacionales en 18 países africanos, desde el 2000, los titulares tipo “África se desangra en otra guerra tribal” no se acaban nunca, y las razones urgentes para “pacificar” el continente, tampoco. ¿Cómo es que aparece siempre el dinero para “operaciones militares de paz” y para formar policías y fuerzas de seguridad, y se estanca la Ayuda Oficial al Desarrollo? ¿Por qué al mismo sistema que tiene por bandera debilitar Estados, le molesta tanto que los débiles Estados africanos lo sean?

Una puede llevar años creyendo que la imagen simplista y estereotipada sobre el continente es una de las maneras más efectivas de mantener el poder sobre él. Una puede estar prácticamente segura de que los países occidentales son responsables de casi todos los conflictos africanos y que, dejándolos pudrirse, acaban por parecer imprescindibles para solucionarlos (siempre y cuando haya recursos estratégicos que proteger) pero… ¿cómo negarse a aceptar cualquier tipo de intervención con el recuerdo aún vivo de lo que pudo haberse hecho y no se hizo en Rwanda, y con la ONU haciendo llamamientos dramáticos sobre decapitaciones de niños y canibalismo en RCA?

En estos casos, libros como El sueño liberal en África Subsahariana, del Grupo de Estudios Africanos-GEA de la UAM, pueden sacarte del atolladero ético o, como mínimo, ayudarte a entenderlo. Deconstruyendo los discursos que hay detrás de muchos de los procesos de paz africanos, la gente GEA desafía los lugares comunes  y demuestra que, efectivamente, el facilismo argumental e ideológico dirige una agenda internacional de paz diseñada en los primeros 90, y actualizada con motivo del 11-S, que, básicamente, tiene como objetivo aplicar un programa estándar de paz liberal: de la mano de la “estabilización” militar llegan una batería de reformas orientadas a la liberalización política y económica. Como impusimos unas fronteras, imponemos ahora modelos de vida y de futuro a través de una agenda de paz que, según Duffield, uno de los autores más citados, es un “mecanismo de gobernanza global del Norte global, para controlar y estabilizar el Sur Global”, una puesta al día del proyecto colonial, al servicio de las élites extractivas globales.

Rwanda como enmienda a la totalidad
El consenso respecto a la paz liberal es tal, África tan grande y diversa, y el periodismo internacional tan difícil, que leer “el sistema” no es sencillo. Oscar Mateos explica bien como la paz liberal, como “metadiscurso pragmático y elástico”, incluye diferentes corrientes y estrategias, se adapta y metamorfosea, pero siempre acaba devolviendo una África-peligro, una África-amenaza, una África incorregible a la que hay que corregir.

Dentro de ese metadiscurso, Rwanda ocupa con honores un lugar propio como icono del terror, del odio incentivado, y de la inacción de Naciones Unidas, pero perpetuar esa imagen en el imaginario occidental puede ser un arma de doble filo. Estos días se agitaba el fantasma del genocidio para mover a la intervención en RCA, al tiempo que los titulares sobre Rwanda dibujaban una paz fea y ficticia:  “paz en Gran Hermano”, “reconciliación vigilada”, “reconciliación obligada”. Mientras Le Monde insiste en que las acusaciones que pesan sobre Francia son “aberrantes” y la ONU sigue disculpándose, Rwanda es sobretodo resultado y ejemplo de lo que da de sí la paz liberal. “Los medios no son del todo libres, las asociaciones de derechos humanos no son del todo independientes”. En el documental de Contrast-Fora de Quadre (arriba) conmueve tanta contención. Se palpa el miedo de los ruandeses a hablar sobre su paz. Los teóricos llaman a esa falsa paz de la ley y el orden, paz negativa, y los corresponsales advierten que esa paz del vencedor no garantiza que lo que ocurrió, no vuelva a repetirse. “Es una constante en los conflictos modernos: nadie es capaz de modificar las causas del odio, construir la verdadera paz”.

La paz liberal, versión española
De la cumbre UE-Àfrica lo único que supimos por aquí es que Rajoy no cenó con Obiang, pero el presiplasma publicó un artículo donde explicaba los objetivos de dicha cumbre: la UE, “primer socio de África en todos los órdenes”, pretendía “actualizar” su relación con el continente para adaptarla a los nuevos “desafíos y oportunidades”. Y enumeraba: primero los desafíos a la paz y la seguridad africanas, después el avance de la democracia y los derechos humanos y, al final, “una asociación económica entre África y Europa que ponga todos los mecanismos de que disponemos, desde la cooperación al desarrollo hasta el comercio o las inversiones, al servicio de la creciente prosperidad de los africanos”.

Paz, seguridad, democracia, derechos humanos, cooperación, comercio e inversiones. La retahíla, torpe e insensible al extremo si se tiene en cuenta que se publicó mientras en Melilla chavales africanos se colgaban de farolas con los pies ensangrentados, responde perfectamente, sin embargo, a la retórica marrullera de la paz liberal: imponer la paz en África para garantizar la paz, seguridad y bienestar occidentales. A principios de febrero, en otro artículo, Josep M.Lloveras, exembajador de la UE en RCA, venía a decir lo mismo pero aún más claro: RCA era un país-riesgo geoestratégico y la UE debía “estabilizarlo” como “una suerte de neocolonialismo virtuoso con el propósito de liberar al país de sus demonios”. Con todas las letras, y en los periódicos serios. Neocolonialismo virtuoso contra los demonios africanos. No debieron ser muy distintos los argumentos que  manejaron Leopoldo de Bélgica o De Brazza a finales del siglo XIX.

Otra agenda de paz es el camino
La buena noticia es que existe una escuela (super) crítica de construcción de paz con abanderados como la gente GEA que desnudan hasta los bonitos discursos autolegitimadores de las “soluciones africanas a problemas africanos”. Los peacemakers alternativos se dividen en dos grandes grupos: los que defienden un enfoque de paz social o emancipador de carácter global, y los que abogan por una paz multicultural. De un lado los que creen que puesto que los conflictos africanos ni son monocausales ni endógenos, las soluciones y las políticas no pueden serlo, y le apuestan a la paz positiva, en clave de justicia social global. No muy lejos, los que enfrentan el etnocentrismo bienintencionado, y abogan por reconocer otras ontologías de paz, y asumir que la legitimidad y la viabilidad de los procesos de paz solo es posible si responden a las cosmovisiones e intereses locales. En cualquier caso, propuestas que abordan la complejidad y la necesidad de escuchar y poner en el centro de las decisiones a los propios africanos. Este blog quiere ser (también) una ventana abierta a esas otras agendas, y a todos los dilemas que plantean.

 

 

Hay 4 Comentarios

Gracias!! Montse, por la invitación a la reflexión que supone tu artículo y comparten los libros y trabajos del GEA-UAM mencionados.
África en muchos aspectos podría suponer un paradigma a considerar a la hora de buscar soluciones para los conflictos en todo el mundo .... en Europa también.
En el aniversario del genocidio de Rwanda, se deberían activar las alarmas para que los centros de poder, los organismo e instituciones internacionales recapacitaran sobre los efectos que tiene el reducir, o en el peor de los casos limitar, la respuesta a la toma de medidas de seguridad, sin afrontar ni plantear propuestas para buscar soluciones a las causas que han originado los conflictos, ni permitir que las poblaciones afectadas sean las protagonistas y participes en la búsqueda de las soluciones.

Otra agenda de paz es el camino
La buena noticia es que existe una escuela (super) crítica de construcción de paz con abanderados como la gente GEA que desnudan hasta los bonitos discursos autolegitimadores de las “soluciones africanas a problemas africanos”. Los peacemakers alternativos se dividen en dos grandes grupos: los que defienden un enfoque de paz social o emancipador de carácter global, y los que abogan por una paz multicultural. De un lado los que creen que puesto que los conflictos africanos ni son monocausales ni endógenos, las soluciones y las políticas no pueden serlo, y le apuestan a la paz positiva, en clave de justicia social global. No muy lejos, los que enfrentan el etnocentrismo bienintencionado, y abogan por reconocer otras ontologías de paz, y asumir que la legitimidad y la viabilidad de los procesos de paz solo es posible si responden a las cosmovisiones e intereses locales. En cualquier caso, propuestas que abordan la complejidad y la necesidad de escuchar y poner en el centro de las decisiones a los propios africanos. Este blog quiere ser (también) una ventana abierta a esas otras agendas, y a todos los dilemas que plantean.

No interesa tampoco que sepamos diferenciar las realidades africanas. Para el capital, ese continente debe parecernos algo peligroso, violento, lejano, para que ni nos planteemos pisarlo, mientras el expolio puede continuar y la intolerancia continuar siendo azuzada por estas tierras.

http://casaquerida.com/2014/05/22/una-pista-de-hielo-armado/

No interesa tampoco que sepamos diferenciar las realidades africanas. Para el capital, ese continente debe parecernos algo peligroso, violento, lejano, para que ni nos planteemos pisarlo, mientras el expolio puede continuar y la intolerancia continuar siendo azuzada por estas tierras.

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Paz, en construcción

Sobre el blog

Un espacio de reflexión y debate sobre la necesidad de generar condiciones de paz en un mundo azotado por la violencia y la injusticia. El blog será coral, nutrido por colaboraciones de varias personas vinculadas a los centros de investigación, ONG y movimientos sociales por la paz de todo el Estado. También contará con alguna colaboración puntual de voces internacionales.

Sobre los autores

Jordi Armadans Jordi Armadans Politólogo, periodista y analista en temas de seguridad, conflictos, militarismo, desarme y cultura de paz. Director FundiPau (Fundació per la Pau), miembro de la Campaña Armas Bajo Control y miembro de la Junta Directiva de AIPAZ.

Jordi CalvoJordi Calvo Economista, analista e investigador sobre economía de defensa, militarismo, paz y desarme. Investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz (Justícia i Pau) y miembro de la Junta Directiva de la Federació Catalana d’ONG y del International Peace Bureau (IPB).

Josep Maria RoyoJosep Maria Royo Politólogo, analista e investigador sobre conflictos y construcción de paz de la Escola de Cultura de Pau de la UAB. Miembro de la Junta Directiva de la Federació Catalana d’ONG.

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