Periodismo con futuro

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Con todas las incógnitas del momento, el título de este blog es una afirmación en la que creemos sin dudar. El cómo, quién, dónde y cuándo ya no están tan claros. Queremos abrir un debate sobre el presente y futuro del periodismo y su industria. Sobre nuevas tendencias, contenidos, tecnología, soportes y modelos de negocio. Con información y análisis. Y vivir en primera línea un nuevo ecosistema informativo tan apasionante como incierto.

Periodismo visual: formas y funciones

Por: | 29 de julio de 2011

JosephPriestley Pocos genios encarnaron mejor el espíritu intelectual del convulso siglo XVIII que el reverendo Joseph Priestley (1733-1804). Apodado "inventor del aire" —por ser uno de los descubridores del oxígeno— en una excelente biografía, Priestley fue un alma polifacética que despertó la admiración de librepensadores como Benjamin Franklin y el tercer presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, con quienes mantuvo una sólida amistad. También se atrajo la ira de los oscurantistas de la época: alarmados por su heterodoxa interpretación del cristianismo, lo obligaron a refugiarse en EEUU desde 1794 hasta su muerte.

Mucho antes de la fama y el exilio, entre 1755 y 1770, Priestley había sido profesor en varias instituciones de provincias. El anonimato del que disfrutaba gracias a tal condición fue pasajero: la preocupación por la eficacia de los materiales que usaba en sus clases lo condujo a escribir una serie de conferencias, las Lectures on History and General Policy (publicadas mucho más tarde, en 1788); como complemento, creó dos prodigiosas visualizaciones: A Chart of Biography (1765) y A New Chart of History (1769), que cosecharon gran éxito.

Estudie ambas cronologías con atención. Como es costumbre en esta serie de artículos sobre periodismo infográfico, extraeremos de estos ejemplos históricos lecciones para el futuro.

Priestley1
 A Chart of Biography (1765): Library Company of Philadelphia

Priestley2
A New Chart of History (1769): Library Company of Philadelphia


La geometrización del tiempo

La lectura de las tablas temporales de Priestley es simple. La Chart of Biography representa, por medio de líneas de longitud variable, las vidas de más de dos mil personajes famosos, agrupadas en categorías: historiadores, matemáticos, políticos, etc. La escala temporal horizontal parte del año 1.100 a.C. y se extiende hasta la fecha de creación del gráfico. La New Chart of History tiene exactamente el mismo tamaño, 90x60 centímetros, y comienza y termina en idénticas fechas; su eje vertical corresponde a la extensión geográfica de los imperios retratados (el New —"nueva"— del título, por cierto, se debe a que Priestley se inspiró en una obra anterior, del famoso cartógrafo Thomas Jefferys).

Cartographies-of-time

No es una casualidad que el mejor libro sobre visualización publicado en los últimos cinco años se titule Cartographies of Time. Los gráficos de Priestley, que ocupan un lugar destacado en esta historia de las cronologías, son exactamente eso: elegantes metáforas en las que una dimensión imprecisa y abstracta (el tiempo) es traducida a otra concreta (el espacio) por un autor que comprendía intuitivamente que el razonamiento espacial absorbe gran parte de nuestros recursos cognitivos: cuando pensamos sobre el tiempo, aumenta la actividad en varias regiones cerebrales dedicadas a interpretar movimientos y relaciones entre objetos del entorno. Muchas metáforas verbales confirman esta hipótesis, como explican George Lakoff y James Geary: algo que pertenece a nuestro pasado es algo que hemos dejado atrás, mientras que algo que todavía va a suceder está frente a nosotros.

El trabajo de Priestley no está libre de errores. El más grave, en la Chart of History: su eurocentrismo. En la escala vertical (geográfica), los países europeos ocupan más espacio que China, India y África, lo que provoca numerosas ilusiones engañosas, como que el Imperio Romano parezca mucho mayor que el de Alejandro Magno, el Persa y el Mongol de los siglos XIII y XIV. A pesar de ello, ambas Charts están cuidadosamente construidas; Priestley eligió la forma de codificar los datos en función de las tareas que deseaba que los gráficos ayudasen a desempeñar: visualizar y memorizar la sincronía de vidas e imperios.


Un arte funcional

Las dos pequeñas obras maestras anteriores ilustran una noción que cobra más importancia cada día: la mejor forma de crear un gráfico informativo es plantearlo como si fuese una herramienta que una audiencia usará para responder a ciertas preguntas. La infografía es, ante todo, un arte funcional. Su ejercicio no consiste en encontrar estructuras, estilos, tipografías y colores que sean agradables a los ojos, sino en usar todos esos recursos para mejorar la comprensión y el análisis.

Edward T. Tufte, que prefiere hablar de diseño analítico, y no de infografía o visualización, lo explicó hace siete años en una entrevista sobre su cuarto libro, Beautiful Evidence, para la revista Technical Communication Quaterly:

The purpose of analytical displays of evidence is to assist thinking. Consequently, in constructing displays of evidence, the first question is, “What are the thinking tasks that these displays are supposed to serve?”  The central claim of the book is that effective analytic designs entail turning thinking principles into seeing principles. So, if the thinking task is to understand causality, the task calls for a design principle: “Show causality.” If a thinking task is to answer a question and compare it with alternatives, the design principle is: “Show comparisons.” The point is that analytical designs are not to be decided on their convenience to the user or necessarily their readability or what psychologists or decorators think about them; rather, design architectures should be decided on how the architecture assists analytical thinking about evidence.

En otras palabras: uno de los primeros pasos en cualquier proyecto debe ser plantearse qué es lo que uno prevé que los lectores intentarán hacer con el gráfico. ¿Queremos que comparen números? Entonces, tal vez la mejor opción sea una serie de barras. ¿Deseamos que vean la variación temporal de una magnitud? Gráfico de línea. ¿Es necesario que perciban la correlación entre dos variables? Gráfico de dispersión. La elección de la forma visual no siempre es tan simple como estos tres ejemplos sugieren, pero tener una idea de las funciones que un gráfico debe facilitar es una defensa contra errores.

Recordar esta regla básica del diseño y de la ergonomía cognitiva es hoy más pertinente que nunca. La popularidad creciente de los gráficos en Internet, la democratización del software —muchos programas son gratuitos y de buena calidad— y la hegemonía de diseñadores gráficos con escasa formación técnica y científica en los departamentos "de arte" de medios de comunicación y agencias explican las trivialidades que pueden encontrarse todos los días en sitios como The Infographics Showcase y Daily Infographic: presentaciones de tamaño gigantesco con una densidad informativa mínima; de razonable atractivo visual, pero de escasa utilidad.


Los gráficos como herramientas

El siguiente gráfico de la revista Good sobre la ayuda al desarrollo ilustra muchos errores comunes. Los cuadrados de color oscuro representan a los principales países donantes; los de color claro, a las regiones que reciben recursos.

Transparency
 
Partiendo del gráfico, identifique:

1. El país que más dinero donó en 2008.

2. De los nueve países donantes representados, el que menos ayuda concedió en 2009.

3. Cuántos de esos países aumentaron las donaciones entre 2008 y 2009, cuántos la redujeron y en cuál la caída fue mayor, en porcentaje.

4. Qué región recibió más dinero del IBRD (Banco para la Reconstrucción y el Desarrollo); qué región recibió menos.

El principal problema del gráfico de Good es que un mapa no es la forma más adecuada de plasmar estos datos. Si quiero resolver las dudas anteriores (y otras muchas que sería posible plantearse), me veo forzado a buscar las cifras relevantes, memorizarlas una a una y luego compararlas mentalmente. Esa operación supone un esfuerzo injustificable, sobre todo teniendo en cuenta que un artista consciente de lo que significa diseño centrado en el usuario podría facilitarme la vida simplemente relegando el mapa a un segundo plano y aprovechando el espacio resultante para incluir clasificaciones y gráficos de comparación. 

En algunas infografías, presentar los mismos datos de maneras diferentes no es una redundancia, sino una estrategia razonable. Nunca será posible crear una herramienta visual que ayude a responder a todas las preguntas posibles pero, por lo menos, el infografista debe anticiparse a una buena parte de ellas. Le recomiendo el siguiente mapa interactivo, publicado por The New York Times tras las elecciones de 2010 en EEUU: compruebe que los datos están organizados en capas de profundidad cada vez mayor y representados de formas variadas (mapas, gráficos, tablas numéricas).

Nytimes_elections_2010

Fíjese también un proyecto reciente de la revista brasileña Época, sobre la evolución de la población mundial entre 1950 y 2100, basado en proyecciones de la ONU. Es un gráfico sin demasiadas pretensiones, pero relacionado con el tema central de este artículo.

Vaya a la segunda escena (países). Se trata de un mapa de burbujas que puede controlarse por medio de un triángulo que se desliza sobre una barra horizontal. Por sí solo, el mapa no tiene demasiado valor informativo: se limita a mostrar el patrón general de cambio; es posible ver, por ejemplo, que los países africanos son los que más van a crecer en el presente siglo.

Poblacion1
Por ello, se proporcionan varios recursos que hacen posible a) la visualización de los datos en configuraciones diferentes, b) su filtrado y c) cierta profundización. Seleccione ranking. En esa pantalla, los países están organizados de mayor a menor población; la barra deslizante se mantiene, de manera que es posible, al contrario de lo que ocurre con el mapa, ver cómo la clasificación varía a lo largo del tiempo:

Poblacion2
 
En cuanto al filtrado, en el mapa existen dos herramientas que ayudan a localizar países. Primero, un zoom; segundo, un pequeño buscador, en la esquina inferior izquierda. En la clasificación, dos menús desplegables ayudan a filtrar por continente y tamaño: menos de 10 millones de habitantes, entre 10 y 50, etc.

Por último, el interactivo ofrece algunas posibilidades de profundización: el mapa permite pulsar en las burbujas para obtener la curva de evolución de cada país. Dentro de la ventana flotante que la contiene se puede comparar el país elegido con otros (use el pequeño menú de la derecha). Además, si uno pasa el cursor por los puntos de la curva, obtendrá los valores específicos de cada año. Todos estos recursos de navegación, filtrado y profundización se mantienen en la sección dedicada a mostrar el crecimiento de las mayores ciudades del mundo.


Belleza y funcionalidad

Existen diseñadores que tienen como prioridad la estética; como consecuencia, manipulan sus datos (a veces sin respetar su integridad) para que se adapten a formas elegidas de antemano. Es una filosofía de trabajo legítima, siempre que uno sea un artista, no un informador. Un periodista visual debe tomar el camino opuesto: primero, siguiendo a Joseph Priestley, estructurar la información para que resulte legible y analizable; después, escoger los artificios visuales mejor adaptados a las tareas en las que el gráfico debe auxiliar; por último —y solo por último— embellecer la presentación, pero no en el sentido de añadir adornos gratuitos. Como dice Stephen Few sobre una curiosa visualización de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), lo funcional no está reñido con lo bello, siempre que lo segundo sea un recurso para reforzar lo primero.

Alberto Cairo (Twitter: @albertocairo) es director de infografía y multimedia de la revista Época (Editora Globo, Brasil)

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Sobre los autores

Especialistas de todo el mundo y periodistas de EL PAÍS reflexionan sin prejuicios sobre lo que ocurre, incluso sin esperar a que ocurra. Desde profesionales que viven en las redacciones hasta quienes dedican su tiempo al análisis en las universidades tendrán un hueco aquí y en el canal de Eskup.

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