Cuando en agosto de 2008 Malena Pichot, entonces una estudiante de Literatura y correctora de una editorial en Buenos Aires (Argentina), aceptó su mal de amores, mezcló humor y exhibicionismo para hallar la curación. En el territorio impune de su habitación grabó un vídeo contando (y dramatizando y parodiando) su despecho y lo colgó en YouTube con un título que recogía el insulto que su novio (ya ex) le escupió varias veces: “¡loca de mierda!” Malena pensó que, al verlo, sus amigas dejarían de preocuparse por ella y se divertirían con ella. Así ocurrió. Pero no contaba con que miles de personas más también la acompañarían.
Ante el éxito viral, la televisión y la radio y los teatros no tardaron en llamarla para entretener a sus audiencias. Malena les puso a todos una condición: respetar su libertad de creatividad. Los “adultecentes” o la “generación Peter Pan” siguió dándole su apoyo y ahora esta treintañera es una guionista, humorista y actriz famosa en buena parte de Sudamérica.
En estos tiempos… ¿sin humor no hay feminismo?
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