Periscopio Chilango

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Blog coral elaborado por la redacción de EL PAíS en México y coordinado por el corresponsal Luis Prados y Salvador Camarena.

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Un gato quiere ser alcalde de una ciudad mexicana

Por: | 12 de junio de 2013

Morris
Ante la cantidad de ratas que acechan estos puestos, solo un gato podrá imponer el orden”. Bajo este lema, el gato Morris presenta su candidatura por la alcaldía de Xalapa (la capital del Estado de Veracruz, al este de México) y se ha convertido en un insólito protagonista de las elecciones locales mexicanas que se celebrarán en 13 estados el próximo 7 de julio.

La candidatura del felino, impulsada a través de redes sociales (suma más de 100.000 seguidores en Facebook, más que todos sus contendientes juntos), ha levantado críticas entre los funcionarios mexicanos, que interpretan su movimiento como un acto de “campaña negra” en contra de los partidos políticos tradicionales. La diputada local del PRI (Partido Revolucionario Institucional), Mariana Munguía, calificó la campaña del gato como “una falta de respeto a las instituciones y las elecciones”. El aspirante priista a la alcaldía (que actualmente ocupa el mismo partido), Américo Zúñiga, reconoció que se trata de un acto de “desconfianza” hacia los políticos aunque subrayó que sigue “con atención” el fenómeno pues se trata de una “expresión ciudadana”.

 

Por otra parte, los organizadores de la campaña, impulsada por dos jóvenes veracruzanos –Daniel Cruz y Sergio Chamorro–, rechazan que se trate de una estrategia para desviar la atención de las elecciones. “Nada más falso, al contrario, queremos que la gente vaya a votar”, dijeron en un texto colgado en su página de Facebook.

Veracruz es uno de los 10 estados (de 32) del país en los que el PRI nunca ha perdido la gubernatura. Es también el sitio donde, a propósito de las próximas elecciones locales, se desató el escándalo que puso contra las cuerdas el Pacto por México en abril pasado: el Partido Acción Nacional (PAN, conservador) acusó al PRI de utilizar fondos federales para ganar votos.

La campaña del gato ha inspirado la candidatura de más animales a puestos públicos en México. Titán, un perro San Bernardo, aspira a la alcaldía de Oaxaca. Y en Ciudad Juárez (Chihuahua, norte del país), el fenómeno Morris ha traído de vuelta a un veterano en la política animal mexicana: el burro Chon.

El burro Chon ya había competido en los años setenta y ochenta tanto en las elecciones presidenciales (contra Luis Echeverría en 1976 y Miguel de la Madrid en 1982), como en las locales (donde contendió por la alcaldía contra Francisco Barrio, que más tarde se convertiría en gobernador de Chihuahua).

 

Según cuentan en Ciudad Juárez –a estas alturas no es muy fácil distinguir entre la historia y el realismo mágico– el burro fue “detenido” entonces por las autoridades debido a su popularidad. Así al menos lo cuenta la revista Proceso. Dijeron que había una epidemia equina y podría contagiar a otros animales. La indignación social hizo al burro más famoso que nunca y sus mitines, afirma Proceso, reunían “más gente que otros candidatos”. Treinta años después y a propósito del éxito de Morris, Chon se presenta este año a la alcaldía de la ciudad fronteriza.

¿Qué pasa con los votos otorgados a animales? La ley mexicana permite escribir el nombre de un candidato no registrado en las boletas electorales, pero si el aspirante es un animal el voto es anulado. La encargada del organismo electoral de Veracruz, Arcelia Guerrero, ha pedido a la población que no voten por Morris y ha recordado que los votos a favor del gato serán “inválidos”. Si el 25% de los votos contados en los comicios por la alcaldía de Xalapa son nulos, la legislación local establece que las elecciones deben declararse inválidas. 

Las mediáticas esposas de Peña Nieto y Xi Jinping

Por: | 06 de junio de 2013

La imagen, distribuida por Televisa, muestra una cara inusual de las relaciones entre México y China. En ella, al centro, están las esposas de los presidentes Enrique Peña Nieto y Xi Jinping: la cantante Peng Liyuan, de traje sastre negro, y la actriz Angélica Rivera, con un vestido azul. La primera dama del país más poblado del mundo visitó este miércoles los estudios donde se graban las telenovelas de las que se ha declarado “amante” durante la visita oficial de su marido a México.

China
Peng no está sola en su afición. Los culebrones mexicanos han desembarcado en China. Desde 2007, Televisa, el mayor productor de televisión en español del mundo, produce melodramas con actores chinos, entre ellos una versión en mandarín de Betty la Fea.

Televisa firmó en 2010 un acuerdo con China International Television Corporation (CITVC), la cadena estatal del país asiático, que cubre el 95% del territorio chino, un mercado publicitario 12 veces más grande que el mexicano.

 

Y para su visita a los foros de Televisa, Peng no habría podido conseguir mejor anfitriona: Angélica Rivera, la esposa del presidente mexicano y exactriz de telenovelas. En México, a Rivera se le conoce por La Gaviota, el mote del personaje que interpretó en Destilando amor, la última telenovela que protagonizó y que se transmitió con éxito en China en 2010.

 

La esposa de Xi Jinping no es menos famosa. Ha protagonizado la gala de Año Nuevo durante más de dos décadas en las que interpreta canciones patrióticas como Gente de nuestro pueblo, Soldado y madre o Elogio de la bandera. La canción de la Lavandería es un himno cuya letra describe a los tibetanos en gratitud con el Ejército chino. “Es una soldado de las artes”, la define la página de la agencia estatal Xinhua.

 

Las dos mujeres son las segundas esposas de sus respectivos maridos. Peña Nieto enviudó en 2007 tras la repentina muerte de Mónica Pretelini, la madre de tres de sus hijos y Xi se divorció de Ke Lingling, la hija de un diplomático, en los años ochenta.  

Después de que sus respectivos maridos asumieran el poder, Peña Nieto en diciembre de 2012 y Xi en marzo de este año, las dos han asumido papeles similares. Peng ha mantenido un perfil bajo para no robar focos a su marido —evitó acompañarle en el viaje anterior de Xi a EE UU, en febrero pasado—. Su fama, que le ha ganado el apodo de “La Carla Bruni china” la distingue de sus discretas predecesoras.

Rivera, por su parte, se dedica a su puesto como Presidenta del Consejo Ciudadano del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF, la dependencia que tradicionalmente han encabezado las esposas de los mandatarios mexicanos). La página web de la presidencia mexicana define que “servir a México apoyando el trabajo del hombre que más admira” representa “el más grande honor”. 

El País

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