Por: Victoriano Izquierdo
Se acabaron los días españoles en Polonia. Hice un poco de todo por allí. Para empezar, me llevaron de visita a un instituto público de Bialystok y me presentaron al grupo bilingüe de español - que con sólo 6 meses estudiando la lengua, me entendían sin problema -. Acabamos la clase cantando por San Fermín . Conocí a sus profesores y hasta leí sus exámenes de selectividad español.
A la tarde, los chicos deleitaron al personal con una representación teatral de amoríos y matrimonios de conveniencia andaluces del siglo pasado. En más de una hora de actuación hablando sin parar, de estas chicas de 17 años no recuerdo fallos gramaticales notables.
Pude ver mi foto del picador por toda la ciudad y hasta en pintura , como en los cines de antes. Se inauguró la exposición de fotografía el viernes noche. Vino mucha gente y parece que gustaron en general las 50 imágenes de la fiesta pamplonica que colgaban del Kino Forum.
Llovió, nevó y salió el sol. El sábado, almorzamos jamón extremeño, todo tipo de quesos ibéricos, aceitunas, melón y tomates cherries almerienses que importan desde España para toda Polonia la gente de corrida.pl.
Conocí a unos cuantos erasmus españoles que me contaron que con el dinero de la beca les da bien para vivir en este país, viajar e incluso invitar a polacas de ojos azules, dulce sonrisa y dorados cabellos a copas o lo que haga falta para conquistarlas.
En las dos entrevistas que me hicieron para televisión me preguntaron por los parecidos entre polacos y españoles. No sé si serán raíces católicas culturales, pero en estos días me pareció que hay cosas del caracter europeo que no se terminan en Alemania y que por lo menos se extienden hasta la frontera de Polonia con Bielorrusia.
Quedo muy agradecido a Gran Vía , Grezgorg, señora, familia (foto 2) y amigos por llevarme hasta allí, acogerme y responder a las miles de preguntas que suelo hacer yo.
Por: Victoriano Izquierdo
Por: Victoriano Izquierdo
Como cada 17 de marzo, llega el día de San Patricio . Y con él parece esfumarse el duro frío invernal de NY. Todos a la calle a ver el parade, 2 millones de almas a lo largo de la quinta avenida hasta Central Park. Todos con algo verde. Todos irlandeses
Por: Victoriano Izquierdo
Esta es la primera imagen que he tomado en Granada usando la técnica del guiri despistado simpaticón con cámara de fotos.
Con los años he observado que la gente suele desconfiar más de sus paisanos a la hora de ser fotografiados que de un extranjero con el que no pueden siquiera comunicarse. El otro día por primera vez me atreví a hacer el experimento en la ciudad donde nací.
La idea es simple, con toda la poca vergüenza del mundo te plantas con tu cámara delante de la escena callejera a fotografiar. Al poco te espetarán algo del estilo - A mí no me hagas fotos que se rompe la cámara. La cara de los sujetes empecerá a tomar tintes de enfado hasta que tú rápidamente les replicas en una lengua no vernácula con toda la naturalidad del mundo.
Si no tienes soltura con ningún otro idioma no hace falta que digas algo con sentido. Siempre puedes escuchar una y otra vez una canción en inglés hasta memorizarla y luego se la sueltas en tono llano. Si incluye palabras como beautiful, interesting, fantastic, danke o mademoiselle, mejor que mejor.
Al momento los enfados y reproches se tornarán en amables sonrisas. Has pasado de ser una mosca cojonera a un exótico fotógrafo capaz de apreciar el trabajo, particularidades y virtudes de la población local.
Despedirte con un "muchas grasias" con acento británico será el broche final.
Por: Victoriano Izquierdo
Comunicados V - San Francisco, EEUU.
Por: Victoriano Izquierdo
Conectados IV - San Francisco, EEUU.
Montado en el Bart de Berkeley a San Francisco. Como dos niños con sus maquinitas, jugando para ejercitar neuronas. Están tan concentrados que ni se dan cuenta que me llevo la cámara a los ojos para hacerles una foto. La de ella rosa, la de él roja. Sonidos de acierto desde el cacharro acompañados de pícaras sonrisas con amor propio.
Me encanta imaginarme al niño encarcelado que lleva cada adulto y tratar de averiguar cuánto le queda para que le den la condicional.
Por: Victoriano Izquierdo
Es un señor que se deja ver por la zona de la catedral de Notre Dame de París. Se suele rodear de montones de palomas a las que alimenta mientras nos da a entender a todos que son su única y suficiente compañía en esta vida. No parece pedir limosna. Un nuevo Quasimodo que a mí me recuerda más a un Einstein, quizá por sus aires de pelos, bigotes, jerseys y pantalones de genio locura.