Sobre el autor

Victoriano Izquierdo

Victoriano Izquierdo es un granaino que mezcla la computación con la fotografía. Estudia Ingeniería Informática en la Universidad Carlos III de Madrid y trabaja como fotógrafo freelance y colaborador con varias agencias nacionales y extranjeras.

Sobre el blog

Pixel Fugaz viene a ser una colección de chispazos visuales, todo tipo de instantes que pasan por delante de mis ojos y que hacen que lleve mi dedo inmediatamente al obturador de la cámara de fotos que tenga más cerca. Luego trato de comprender qué pasó. Es como un baile de emociones y reflexiones, dicho así de una manera algo pseudointelectual.

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Spotify de 'Pixel fugaz'

La música y las imágenes se llevan bien, deben compartir habitación de juego en algún lugar del cerebro. Esta es una lista de música que escucho mientras edito y proceso fotografías. ¡Escucha la lista!

Recomendamos

Pixel Fugaz

De la final de la AFL, footy australiano

Por: | 30 de septiembre de 2012

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Ayer sábado estaba en el centro de Melbourne con otros estudiantes de intercambio viendo en una pantalla gigante la final de la AFL, un evento equivalente en Australia a la final de la Superbowl en EEUU o un Madrid-Barça en la última jornada jugándose la liga. Un acontecimiento de esos que ven hasta los que ni les gusta, ni entienden el deporte. No todas los días podemos permitirnos poner un hombre en la luna, sufrir un golpe de Estado, ni celebrar el nuevo año tomando uvas al unísono. Los espectáculos que congregan y sincronizan a todo un país en torno a un televisor, son demasiado atractivos como para no formar parte de ellos. Buenos o malos, trascendentales o no, se necesita vivir esa sensación de que formas parte de algo mucho más grande que tú cada cierto tiempo. 

El caso es que allí estaba yo en Fed Square rodeado de hinchas de los Hawks - halcones - de Melbourne y los Swans - cisnes - de Sidney, siguiendo el encuentro sin mucho conocimiento, como las suecas, danesas, alemanes y mexicanos que me acompañaban. Antes de que empezara el último cuarto alguien dijo de ir hacia el estadio, que estaba relativamente cerca. Según decían, al finalizar el partido habría un concierto gratis de The Temper Trap. Sorprendentemente al llegar a una de las puertas del estadio los guardias nos dejaron acceder para presenciar los emocionante y decisivos cinco minutos finales. Acabé en una de las primeras filas, de espectador junto a un tipo de Sidney que pagó 500$ por su entrada. Suerte. 

Niños, padres, abuelos, obreros y ejecutivos me empaparon con abrazos y lágrimas de su adrenalina artificial E-103. Quedo bañado de drama y alegría social por una temporada. 

Ramillete de rascacielos

Por: | 28 de septiembre de 2012

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Melbourne, Australia

Los rascacielos son como las plantas, una vez que alguien planta uno cerca de un río, empiezan a soltar semillas y crecen inmediatamente otros similares alrededor. Después comienzan a competir por ver cuál consigue tener el pistilo más alto y puntiagudo. Florecimiento del capital, desde Hong Kong a Melbourne, pasando por Singapour, se vive en una perenne primavera desde hace ya unos cuantos años.   

La estación de Flinders

Por: | 18 de septiembre de 2012

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La estación de Flinders  hace las veces de Atocha y de Callao aquí en Melbourne. Todos los adolescentes de la ciudad quedan en esa esquinita, debajo de los relojes que indica la llegada de los trenes. Dicen algunos que el arquitecto inglés que la diseñó se hizo un lío y mandó a Australia los planos de una estación pensada para la India en aquella épocas de tanto ajetreo de colonialismo británico victoriano. Seguro que una mentira de algún guía turístico de esos, pero mola pensar que pueda ser verdad. 

Caminantes I

Por: | 17 de septiembre de 2012

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El médico - Melbourne, Australia

De la intuición

Por: | 14 de septiembre de 2012

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Si algo me enseñó la lampara bola del mundo que desde niño he tenido en la mesilla de noche, es que la intuición no sirve de mucho cuando se tienen pocas pistas, pocos conocimientos. Quiero pensar que no he sido el único niño embobado ante esa luz azulada preguntándose cómo puede ser posible que esa gente de Australia, de aquí abajo, no tengan toda la sangre en la cabeza. Se intuye que la gravedad te tira hacia abajo...  se intuía también que la Tierra debía ser como un plato llano con algún macarrón requemao haciendo de cordillera. Porque si fuera una pelota, como la Luna, estaríamos rodando todo el día de arriba abajo sobre el suelo que sostenga a la Tierra, ¿no?. Toda conjetura se fundamenta en la identificación de algún patrón que ya conocemos para dar un sentido hipotético a lo desconocido, hasta que llega la experimentación o mejor, una foto de la Tierra flotando en el "aire". O hasta que llega un griego y encuentra unos ladrillos muy sólidos con los que construir verdades apagando los sentidos

Otro de los recuerdos claros que tengo de preescolar fue nuestro ambicioso proyecto de pasarnos los recreos excarvando y excarvando para ver cómo de profundo podía ser el plato terrestre. Recuerdo incluso el miedo de que nos cayésemos a un vacío espacial y no poder volver jamás al patio del cole. Hasta que algún adulto consiguió convencerme de no se qué del núcleo terrestre y la absurdez de mi propósito. Pero no se esforzó lo más mínimo en explicarme cómo era exactamente la cosa. Yo creo que con el interés que tenía y las horas que pasaba pensando en ello, igual lo hubiera entendido bastante bien. Tampoco he olvidado el día en el que Don Juan, unos años más tardes de aquel episodio, nos explicó en su clase de inglés lo de las antípodas. Usó la metáfora del ovillo de lana y la aguja; - si a España le clavas una que pase por el núcleo terrestre, acabará saliendo por Nueva Zelanda, y allí la gente tambié habla en inglés ¿Veis qué importante es hablar inglés?

Quizá por eso una de las primeras cosas que sentí que tenía que hacer nada más llegar a Australia, era acercarme a la playa de St Kilda. Comprobar con mis propios ojos que desde aquí abajo no se ve un precipicio hacia el espacio exterior. De hecho, el horizonte marítimo es igualito al que de niño yo contemplaba desde las playas de Almuñecar. Siempre me costó a mí fiarme del todo de lo que me dicen los adultos. No es que crea que nos mienten, es que a ellos también les pueden haber engañado o les podría estar fallando su intuición. No todo el mundo tiene la suerte de ser Pedro Duque para probar ciertas cosas alejado de la gravedad.

Aterrizando en Australia

Por: | 01 de septiembre de 2012

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Una mañana de sábado de hace más o menos un año, al principio del curso académico, echando un ojo a la web de la Universidad vi que habían sacado ya la convocatoria de las becas de movilidad no europea, una especie de Erasmus, pero más lejos. Unos minutos más tarde estaba rellenando un formulario poniendo mis universidades preferidas por orden. Descartando todas las que no se hablara inglés y sacando EEUU, donde ya he vivido algún tiempo, quedaban básicamente universidades australianas. Como primera puse el RMIT de Melbourne que tenía muy buena pinta en informática, tuve suerte y me la dieron.

Los meses pasaron rápido y aterricé en Australia a principio del verano. Aquí el mundo va al revés, ya saben. Invierno, aunque no demasiado duro. Hoy acaba de entrar la primavera y los días oscilan entre los 10-20 ºC. Estoy encantado con las clases y la vida en la ciudad, otro año que dicen que tiene la mejor calidad de vida del mundo mundial.

No sólo el clima y las horas del día están invertidas en nuestras antípodas, también la economía. Aquí la burbuja va tomando forma a pasos agigantados. Enciendes la televisión y es como volver a la España de 2007. Anuncios de créditos instantáneos para ninjas a todas horas. Los precios de la casas disparados. El dinero fluye por todas partes. Mozos de supermercado que ganan 18€ la hora. Hasta que los chinos se estanquen. El 7% del PIB de Australia proviene de venderle materías primas a China y otra parte muy importante de darle estudios universitarios a los hijos de la emergente Asia capitalista. Es tremendo, en Melbourne prácticamente la mitad de la población está compuesta por asiáticos menores de 30 años.   

Y sí, hay muchos canguros y están muy ricos a la plancha. Los bosques huelen a Pictolín con todos esos eucaliptos plagados de koalas dormilones . Seguiremos informando. 

El País

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