Atención a la técnica psicológica del repartidor que aparca todos los días debajo de casa. Te deja el télefono por si no puedes pasar con el coche al salir del garaje, pero es que además, hace la jugada maestra de colocar al lado del papelito, un Maneki-neko japonés. Cómo le vas a gritar a este señor por teléfono mientras ese gatito tan zen te mira y mueve la patita. Qué crack. Me ha recordado un montón a algunas de las cosas que se cuentan en "Think Fast, Thinks Slow" del economista Daniel Kahneman. Antonio Ortíz escribió hace tiempo una buena reseña del libro.
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Personalmente me emociona mas que el telefono no sea un 902.
Publicado por: Carlos | 05/11/2013 9:47:01