Roma, Italia
Una de las primeras frases que memoricé en italiano cuando llegué fue: "il passato è passato e non puoi ritornare" ( el pasado es pasado y no puede volver) ayudando a practicar un guión a mi vecino actor Francesco. Por alguna razón, seguramente porque en español se dice de manera muy parecida, se me quedó grabada y me vuelve constantemente a la mente. Como los estribillos de viejas canciones del verano.
Roma parece que no va a salir nunca de la nostalgia, de vivir de sus maravillosas ruinas. Me pregunto si aquí algún día se construirán rascacielos. Me pregunto por qué se le ocurriría poner a alguien junto al cajero automático del banco una vidriera con esa escultura de torso-toga romana. Es como un señuelo visual para que la modernidad no disturbe demasiado el equilibrio de lo clásico.
Aunque a veces también te encuentras artistas romanos jóvenes que se atreven a pintar estátuas de azul, amarillo o verde. Las narices las vende a 10€.