Roma, Italia
Casi todos tenemos unos cuantos grandes conocidos desconocidos. Nuestros patrones de movimiento son demasiado predecibles. Acabamos siendo una especie de zombies consumidores-trabajadores merodeando por la ciudad. Tan pronto como caes en una rutina laboral o estudiantil empiezas a cruzarte siempre con la misma gente en el mismo lugar a la misma hora del día.
Autobuses y metros son los lugares comunes ideales para conocer perfectos conocidos desconocidos, pero también lo son el parque donde sales a correr, el gimnasio o la cafetería del primer café del día. Observas a algunas de estas personas infinitamente más y con más detalle que a tus padres o tus mejores amigos, durante semanas, meses o incluso años. Pero cuanto más grande sea la ciudad donde pase más raro se hará, que algún día, uno de los dos se atreva a preguntar quién sois y qué pasa con vuestras vidas. Así que irremediablemente la imaginación volará y todos comenzamos a escribirles un guión basándonos en esos pequeños detalles y prejucios sobre estos personajes.
En este caso, el escenario era el comedor de la Universidad de La Sapienza. Con el menú a 2,15€ y la pereza que entra al tener que cocinar en un piso compartido de seis personas, la opción mensa acabó imponiéndose en casi todos los almuerzos y cenas del erasmus romano. Lo que tiene el comedor de La Via Cesare De Lollis es que hay una fauna de lo más variada. Allí comes rodeado de estudiantes italianos, africanos, minusválidos, doctorados, erasmus, su pintoresco personal, profesores de todo tipo e incluso con gente con pinta de vivir en la calle. Dan para un libro.
Este señor solía aparecer en las cenas. Aquel día, justo antes de abrir la puerta le vi allí tal que así, leyendo el menú del día. Siempre hay pasta y pizza, la duda es si habrá o no judías verdes como "contorni". Viste elegante, tiene pelos y gafas de profesor. Pero que siempre pase sus cenas tardías en el comedor de la Universidad te hace predisponerte a que enviudó y le pilló sin haber aprendido a cocinar. Porque este hombre no tiene cara de divorciado ¿verdad?¿existe la cara de divorciado? Pues no lo sé. Pero cómo evitar hacer hipótesis sobre nuestros inocentes conocidos desconocidos. Seguro que ellos también lo hacen tanto o más con nosotros... Nos comprendemos, nos queremos y no nos conocemos.