Saben el anuncio ese de Coca Cola dedicado a los bares: "Benditos Bares". Se me ocurre, que podrían rendirle también un homenaje a otro lugar antagónico en las ciudades, pero tan necesario para llevar una vida equilibrada, las bibliotecas. Porque tan importante es sociabilizar en el ruido, como es interiorizar en el silencio. Tan importante es alimentar el buche, como es nutrir el espíritu.
En realidad a todos nos gustan las bibliotecas. Hasta a los que no leen libros. Relajan. Si hay algo de lo que me he concienciado profundamente en los últimos años, es de la importancia del ambiente. El lugar físico en el que estamos, influye dramáticamente en qué nos apetece pensar. Cada mañana, el váter me convierte automáticamente en un pensador de Rodin. Eso es así. Como lo es que las buenas ideas salen de la alcachofa de la ducha o que los trenes invitan siempre a reflexionar sobre qué estás haciendo con tu vida.
Pues bien, a nadie se le escapa que el mero hecho de entrar en una biblioteca, te hace mejor persona, al menos por un rato. Más humano, más sensible y más racional al mismo tiempo. La gente en silencio, los pasillos de estantes de libros concentrando todo ese conocimiento. Estas fotos las tomé en la State Public Library of Victoria en Melbourne. Estaba al lado de la Universidad y era fantástica. Además creo que han sabido entender muy bien ese rol que las bibliotecas deberían jugar hoy día. Valen más por la atmósfera que crean que por el hecho de poder prestar libros. Así que tienen muy cuidada la zona clásica de la cúpula central. Pero además cuentan con otras salas amplias con ordenadores, e incluso zonas especiales para echarse la siesta, jugar a la ajedrez o la PlayStation.
Benditas bibliotecas, necesitamos más espacios como este en las ciudades.