Hace unas semanas me senté a desayunar con el doctor Robb Akridge, un hombre afable y hablador que quizá no les suene de nada. Sus inventos, sin embargo, seguramente sí. Robb forma parte de un grupo de científicos de Seattle (Estados Unidos) pionero en desarrollar la tecnología sónica para los aparatos de cuidado facial e higiene. A través de ella, lanzaron hace años el cepillo dental SoniCare (vendido posteriormente a Philips) y el cepillo de limpieza facial Clarisonic (adquirido por L'Oréal en 2011). Este último presenta sus dos primeros modelos en España (Mia, para rostro, y Plus, que incluye cabezal para el cuerpo) a través de la cadena de perfumerías Sephora.
Oprah habló de él en su programa y logró que las existencias en Estados Unidos se agotaran a las 12 horas. Muchos famosos han tomado su ejemplo: desde Peter Facinelli a Faith Hill, pasando por Sarah Jessica Parker o Gwyneth Paltrow (que mencionó el producto en su blog, Goop) se declaran adictos a este aparato de limpieza. Lo cierto es que no es el único limpiador facial eléctrico del mercado, pero el doctor Robb defiende que, casi 10 años después de su lanzamiento en Estados Unidos, sigue siendo único en su especie: