Una cosa es cierta: hasta ahora la manicura era la vaca sagrada de la crisis. La industria redescubrió y desempolvó el subsector cuando las ventas empezaron a subir como la espuma. Pero, tan solo un par de años después del gran 'boom', ya hay agoreros que quieren poner punto y final a ese balance de cuentas positivo. Molly Prior asegura en WWD que la recesión está empezando a dejar de pintarse las uñas en un mercado saturado de oferta, aunque las señales todavía son muy sutiles.
De enero a mayo de 2013 la venta de lacas de uñas (en las divisiones de lujo y gran consumo) aumentaron en un 19%. El ejercicio anterior las firmas premium habían crecido un 42%, mientras que el gran consumo lo habían hecho en un 24,8%, según datos facilitados por NPD Group a WWD.
Resulta pertinente, entonces, reflexionar sobre las razones del descenso de ventas. Tan solo en las últimas semanas Marc Jacobs ha presentado su propia línea cosmética, que incorpora hasta 24 tonos diferentes de lacas de uñas (nada mal para una primera avanzadilla que, por cierto, no estará presente en España), al igual que Michael Kors (él se limita a 6 opciones, aunque ya había hecho colecciones para Estée Lauder). Marchesa, por su parte, se ha asociado con Revlon para descubrir, este otoño, sus propuestas, mientras que las vinculaciones de firmas con famosos se mantienen ya como un tándem habitual (la última en anunciar colaboración con OPI ha sido Carrie Underwood). ¿Tenemos espacio en nuestro neceser para albergar tanta profusión de creatividad envasada en frascos? La pregunta puede resultar obvia pero, probablemente, en la respuesta esté una de las claves del descenso de ventas.
Y no será porque el subsector no trate de renovarse. En los últimos tiempos se han notado esfuerzos por hacer que una perfecta manicura roja o francesa sean cosas de principiantes. Las nuevas propuestas van desde los trocitos de caviar al efecto tiza, pasando por los tatuajes que llegan a mitad del dedo o las pegatinas para las uñas, rescatadas de los años 90. La colección de otoño de Dior, por ejemplo, incorporará una laca magnética.
Parece más fácil ganar los 100 metros lisos que seguir el frenesí de los lanzamientos e innovaciones (materiales, colores, texturas...). Hasta el público objetivo y las llamadas beauty victims se muestran exhaustos. "Soy una adicta al nail art en recuperación, y me agrada ver que el negocio se relaja un poco, pero admito que a veces aún me resulta difícil pasar de largo por uno de esos mostradores multicolor en Duane Reade sin comprar un bote. Yo no me sorprendería demasiado al ver un descenso de ventas en las próximas temporadas debido a la sobresaturación del mercado. Si les pasó a los Beanie Babies le puede pasar a las lacas de uñas", escribe en su blog la Fashionista Nora Crotty. Elizabeth Tomaras, de Beauty Editor, se resiste a abandonar la carrera de la manicura, y da pistas sobre la siguiente etapa, que tiene menos que ver con el producto y más con la forma de la uña. El tiempo dirá.
La imagen de apertura forma parte de la campaña publicitaria de Kenzo para el otoño/invierno 2013-14.
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