Arriba, Charlie Le Mindu presentó su colección de invierno de 2012 homenajeando el 'Beauty School dropout' de Frenchie en Grease.
La moda siempre va tres pasos por delante de la belleza. Usted puede saber quien es Nicola Formichetti o Gareth Pugh, pero probablemente el nombre de Charlie Le Mindu le suene a chino. Los dos primeros hacen estilismos y prendas. El último cortes de pelo y pelucas. Los tres han colaborado con Lady Gaga (ella llevó, por ejemplo, su colección Burka de 2012, como un gran sombrero a juego con un vestido de pelo) o los vídeos posmodernos de Showstudio (aquí su proyecto Head Dressing) y, sin embargo, son los más cercanos a la moda los que resuenan en la memoria colectiva. Por mucho que conozcamos los continuos cambios de melena de Lady Gaga, la mayoría no sabríamos a quién atribuírselos.
Si el término Alta Costura se pudiese traducir a la peluquería o el estilismo capilar (hay quien le llama alta peluquería) no duden ni por un momento en que las extraordinarias piezas de Le Mindu encajarían en esa etiqueta. Desde el cardado de la niña ostra a los labios superiores con tres gafas. No siempre fue así. Este veinteañero francés, que lleva trabajando desde los trece, comenzó lavando cabezas septuagenarias en una peluquería de barrio en Burdeos. Su vida cambió cuando se fue a París a la escuela de peluquería. Acabó por convertirse en 'peluquero residente' en algunos clubs de Berlín (donde hacía cortes 'en directo') y luego se mudó a Londres para abrir su propio salón y trabajar en producciones de moda y belleza (es colaborador habitual de varias ediciones de Vogue y Elle). De allí al estrellato posmoderno. "No tengo moral", asegura hoy en día.
Dos escenas de su primera colección durante la semana de Alta Costura de París. Fotografía de Valério Mezzanott (www.charlielemindu.com)
Desde 2009 hace desfilar sus creaciones en Londres (alguna de ellas ya ha sido expuesta en el Victoria & Albert) y la pasada semana presentó su última colección de postizos, Stronger, durante los desfiles de Alta Costura parisiense. En una cita dedicada a hacer soñar con el lujo y las filigranas artesanales, Le Mindu se desmarca con sus melenas de colores flúor que brillan en la oscuridad e imitan medusas, replicantes del futuro o coloridos colibríes. Es, desde luego, otro tipo de onirismo, no apto para mentes tradicionales, apolilladas o encorsetadas.
Si quieren estar al tanto de lo que puede hacer con sus manos, un tinte, unos postizos y un poco de imaginación, revisen sus trabajos en la página de su agencia, Jed Root: Ha creado melenas de cómic para L'Orèal Professionnel, tocados de flores para Numèro, o locuras cromáticas para I-D. Sin embargo (es el momento de volver a poner los pies en la tierra), también sigue cortando melenas de gente como usted y como yo a precios no tan escandalosos. Eso sí, en Londres. ¿Se atreve usted con la alta peluquería?
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