Planeta Manrique

Sobre el blog

¡Tanta música, tan poco tiempo! Este blog quiere ofrecerte pistas, aclarar misterios, iluminar rincones oscuros, averiguar las claves de la pasión que nos mueve. Que es arte pero, atención, también negocio.

Sobre el autor

Diego A. Manrique

, en contra del tópico que persigue a los críticos, nunca quiso ser músico. En su salón hay un bonito piano pero está tapado por montañas de discos, libros, revistas. Sus amigos músicos se enfadan mucho.

El Amplificador

Éramos más modernos en 1982

Por: | 29 de febrero de 2012

Un traslado me permite reencontrar tesoros…particulares. Una caja con las escaletas de Aeropuerto Internacional,  espacio nocturno que yo presentaba dentro del Diario Pop. Conviene destacar que Diario Pop fue una idea de Eduardo García Matilla, aquel audaz director de Radio 3. A él cabe atribuir su heterogéneo equipo, que en 1982 incluía a José Miguel Contreras, futuro gurú de Zapatero y zar de la televisión privada. La obsesión de Contreras era que Diario Pop tuviera  estructura de informativo: noticias, entrevistas, curiosidades. Al final, entraban dos bloques especializados de media hora: Esto no es Hawai, de Jesús Ordovás, emergentes grupos españoles, y mi Aeropuerto Internacional, dedicado a, uh, modernidades del momento.

Repaso esos listados de contenidos  con cierta trepidación. Hemos interiorizado la década de los ochenta como un horror de laca, sintetizadores, producciones anémicas y diseñadores que convertían a los grupos en marionetas.  Sin embargo, lo que percibo en estos papeles es un periodo excitante, con propuestas arrolladoras. Tenía el lejano recuerdo de que en algún momento llegué a pinchar el primer disco de Kajagoogoo pero no encuentro rastros de aquel delito. Puestos a confesar, también sonó Duran Duran, por motivos inconfesables (los videos).

Más funky que punky

Antes de que la industria londinense del pop recondujera la energía desatada en 1977 (“como si el punk no hubiera ocurrido”), la oferta resultaba embriagadora. En Aeropuerto Internacional irrumpía Pigbag, el equivalente a una manada de elefantes berreando en noche de luna llena. Por el lado funk, encajaba mágicamente con el Chant no. 1 (I don’t need this pressure on). Es cierto, hubo una época en que Spandau Ballet todavía no equivalía a baladas moñas. Aquello sugería la sofisticada escena de bandas con metales y percusiones, que incluía a hipsters como Blue Rondo A La Turk o experimentadores tipo Rip Rig & Panic, con Neneh Cherry.

Creo que entonces no juzgábamos a los grupos por su contrato: daba lo mismo que grabaran para indie o multi. Nos parecían atractivos proyectos pop como Funboy Three, Haircut 100, Higsons, Orange Juice o incluso  Thompson Twins. Y nos tragábamos el elemental anzuelo de Malcolm McLaren, que vendía la carne joven de Bow Wow Wow con la coartada cultural del cuadro de Manet, Le déjeuner sur l'herbe.

Bowwow-seejun

Pelo de cuervo

Comulgábamos con ese pop reluciente pero hacíamos hueco para el rock salvaje. Ya residía el Birthday Party en Inglaterra, y sabíamos el nombre de aquel espantapájaros que parecía destinado a quemarse rápido: Nick Cave. También llamaba la atención el frontman de Theatre of Hate, un tal Kirk Brandon, que luego se metería en un berenjenal legal al demandar a Boy George. A Carlos Berlanga le encantaba y tuve que grabarle en casete su elepé, He who dares, wins.

Nos reíamos de algunos británicos patosos: durante su primera visita a España, los citados Spandau Ballet espolvorearon con pimienta la paella con mariscos. Pero otros guiris resultaron muy  cosmopolitas, especialmente en lo musical. Reconozco mi enamoramiento con Sheila Chandra, la aromática voz de Monsoon en Ever so lonely. Hasta Marc Almond compatilizaba Soft Cell con Marc and the Mambas, donde recurría sin complejos al typical spanish.

Usa underground

Así que hubo otros años ochenta, más presentables que los que hoy nos venden, un revoltijo de  techno pop y estrellas de Smash Hits. Sabíamos en 1982 de rebeldes grupos estadounidenses como Romeo Void, REM, los Plimsouls, Waitresses, Jason & the Nashville Scorchers, los Fleshtones, Ministry, The Bongos. Pasaron por Aeropuerto Internacional, a veces antes de que sacaran el primer elepé.

Klaus_nomi

Funcionaba a tope el detector de basura. Localizo entre las escaletas una biografía de Klaus Nomi (sí, la criatura que nos mira desde arriba), que acababa de editar la RCA española.  Lleva una nota manuscrita: “algún día habrá que juzgar a David Bowie por los horrores de sus discípulos”. Aún sin imaginar el final trágico de Nomi, sospecho que también éramos demasiado crueles. Va con la edad.

La verdadera música de la 'nueva ola'

Por: | 27 de febrero de 2012

NouvelleVague

Es uno de esos productos exquisitos que reconcilian a cualquier melómano con la denostada industria discográfica. Nouvelle Vague: Chansons et musiques de films (Universal) contiene tres CD y un librito. Un trabajo old school, hecho con mimo y medios: en su elaboración colaboraron nueve personas, sin contar a los compositores –Michel Legrand, Martial Solal, Pierre Jansen, Antoine Duhamel, Paul Misraki- que aportan recuerdos sobre su relación creativa con aquellos cineastas.

Muchos somos parciales a la nouvelle vague por motivos gremiales: fueron antiguos críticos los que pusieron en práctica sus teorías, primero en cortos y luego con largometrajes. Daban caña en Cahiers du Cinéma: arremetían contra el cine francés de qualité, localizaban rastros de autoría entre los mercenarios de Hollywood. Eran impertinentes y se llamaban Éric Rohmer, Jean-Luc Godard, François Truffaut, Claude Chabrol o Jacques Rivette.

CINÉFILOS EN COMBATE

¡Maravillosa audacia la de aquellos mequetrefes! No hay casos equivalentes en el pop, me temo, aparte de Lenny Kaye, que fijó el canon del garage rock con el doble elepé Nuggets y que luego saltó a los escenarios detrás de otra visionaria, Patti Smith.

La nouvelle vague aportó un aliento revolucionario al arte del cine, que terminó incidiendo incluso sobre el nuevo Hollywood de finales de los sesenta. Traía una heterodoxia al rodaje, al montaje, a la narrativa. Con su iluminación natural, sus improvisaciones, sus cortes bruscos, esas películas reflejaban el espíritu iconoclasta de la década. La cámara salía a la calle, en plan guerrillero, aunque fuera de noche. Todavía nos noquea el comienzo de El desprecio: Godard muestra un rodaje al aire libre mientras la voz en off recita los créditos; salta a una escena de cama, donde la desnuda Bardot ofrece sus encantos a la evaluación de Michael Piccoli, con cambios de iluminación. Imagino el impacto en 1963: algo está pasando aquí y usted no sabe lo que es, monsieur Dupont.

Se suele olvidar la música que utilizaban y de ahí el valor de Nouvelle Vague. No existía una panorámica similar: fragmentos de unas cincuenta películas, inteligentemente escogidos, con sonido espléndido. Semejante selección no es apta para inmersiones ligeras: hay que aislar las piezas y paladearlas poco a poco.

CartelMEJORdeAlphaville

DINAMITEROS E INTEGRADOS

Las alianzas de cineastas y músicos tenían mucho de aventura generacional. Formarían parejas sólidas, a pesar de diversas infidelidades: entre veinte y treinta años duró la entente entre Jansen y Chabrol, o la de Georges Delerue con Truffaut. Aparte de Paul Misraki, la mayoría de los compositores eran tan novatos como los directores. Y experimentaban. Incluso el mayor de todos, Misraki, se quedaba pasmado al comprobar como Godard, en Alphaville, tapaba el diálogo con su score: “¿qué más da? La gente va a ver Rigoletto a la Ópera. Está cantado en italiano, no entienden una palabra y les parece bien.”

Godard es aplaudido por todos los compositores entrevistados, por el margen que concedía. Antoine Duhamel le compara con Truffaut, al que retrata anclado a “un prudente clasicismo”. Anna Karina menciona que Jean-Luc era omnívoro: “compraba montones de discos, de música clásica pero también de cantantes ye-yés. No puedes oponer a la nouvelle vague, como movimiento elitista, con el ye-yé, para masas populares. En realidad, eran dos expresiones simultáneas de la juventud.”

Las musas como Anna Karina tenían licencia para cantar: ya lo dice el subtítulo de la caja (Canciones y músicas de películas). No ocurría igual con los galanes, aunque interpretaran a un pianista, caso de Charles Aznavour. Aquí podemos escuchar a la propia Anna más Jeanne Moreau, Corinne Marchand o Brigitte Bardot, que no podía imaginar que su tierno Sidonie serviría para bautizar a una banda psicodélica barcelonesa.

CONTRAPUNTO EN JAZZ

Advierto que aquí no hay rock, ni siquiera ye-yé. Pero sí mucho jazz: más allá del espontáneo acompañamiento de Miles Davis en Ascensor para el cadalso, palpitan espléndidas obras jazzeras de Michel Legrand, Michel Magne, Sacha Distel y Martial Solal, que lamenta que dejaran de llamarle en 1965, cuando el jazz volvió al underground. Recuperando lo que hizo para A bout de souffle entendemos la profundidad de la pérdida. El campo quedaba libre para camaleones como Serge Gainsbourg (también presente en la antología).

Además, los rebeldes de la nouvelle vague habían triunfado y se podían permitir contratar al histórico Bernard Herrmann (mano derecha de Hitchcock), que fue cómplice de François Truffaut en Fahrenheit 451 y La novia vestía de negro. Para entonces, el grupo de conspiradores estaba desintegrándose: en su ansia por ser lo más gauche del hexágono, Jean-Luc ofendería a casi todos sus amigos, comenzando por el sensible Truffaut.

Emmanuel Laurent tiene un espléndido documental sobre la ruptura, Two in the wave, que Canal + Xtra pasó bajo el título de Truffaut y Godard. Pero lo aparcaremos para otra ocasión menos jubilosa: fue una separación más agria que la de Lennon y McCartney.

La peor actuación de Bob Dylan

Por: | 22 de febrero de 2012

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Ron Woods, Bob Dylan y Keith Richards, en el Live Aid de 1985. / Bob Green

Quizás eso sea una exageración. Pero si se podemos afirmar que la aparición de Bob Dylan en Live Aid  fue catastrófica, un desastre amplificado por la dimensión universal del público que el 13 de julio de 1985 seguía aquella transmisión. Unas cintas pirateadas revelan que Bob efectivamente ensayó con sus acompañantes, Keith Richards y Ron Wood, pero que quizás iban demasiado seguros de sus poderes.

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Los internautas preguntan a Diego A. Manrique

Por: | 22 de febrero de 2012

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La primera formación de Nirvana

Buenos días señor Manrique, que opinión le mercen las críticas por el artículo de Spinetta, gracias un saludo

Lo dije todo en mi puntualización. Intenté hacer malabarismos con tres registros -el Político-Social, el Profesional, el Personal- y la tercera bola me cayó en el ojo. Por lo demás, una buena experiencia. Entraron a matar los trolls españoles y ahora ya son identificable. Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas. 

Hola Diego . He leído varias veces que este es el ultimo año del CD como soporte . Sin embargo hay ahora optimas ofertas de discos clásicos a precios muy asequibles(hasta 5 y 6 euros).Hace años había que gastarse 20 y 25 euros por cd . Lo podían haber hecho antes para haber creado una cultura en la gente de ir a la calidad del original y hacer así de la piratería algo marginal ¿o no? Lo de las discográficas ahora ¿es pura mercadotecnia o liquidación por derribo?

Ambas cosas, me temo. Me pasé años discutiendo con disqueros por el precio de los CD y ellos insistían en que no podían ser más bajos de 15-20 euros. Ahora vemos que los venden por la tercera o la cuarta parte del "mínimo indispensable"...que descaro. El capitalismo es así: vende un producto por el máximo precio que pueda cobrarse, nada que ver con los costes. 

Una recomendación, Manrique. Estoy buscando para regalar un buen disco de pop actual. Pure Pop For Now People ¿te acuerdas?

Podría ser "Celestial electric", de AM y Shawn Lee. Una pareja rara: un cantautor californiano y un productor rarito inglés. Pero les ha salido "pure pop". Es una recomendación de mi hijo que comparto gustosamente con todos.

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Primero conquistaremos Praga...

Por: | 20 de febrero de 2012

MartakubisovaConSoldados


Tiene Leonard Cohen cierto aire de profeta. Y ejerce de ello. En 1988, publicó First we take Manhattan, que se abre así: “Me condenaron a veinte años de aburrimiento/ por intentar cambiar el sistema desde adentro.” Sin saberlo, Leonard estaba sintetizando el destino de una gran figura del pop checoslovaco, Marta Kubisova, estrella en solitario y como parte de un grupo, victima del ostracismo por su respaldo a la Primavera de Praga. Lo cuenta el periodista polaco Mariusz Szczygiel, en su mordicante Gottland  (Acantilado).

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Ilegal, inmoral y luego te mueres

Por: | 16 de febrero de 2012

TownesVanZandt

Lo más hermoso que he visto en lo que llevamos de año es una cola de gente. Ya habían cerrado la FNAC de Callao pero, en el Forum, aguantaba una fila de melómanos con un libro bajo el brazo. Era Acordes rotos, el tomo que se acababa de presentar en aquel recinto, y querían que lo firmase el autor, Fernando Navarro; algunos hasta llevaban ¡dos copias!. Para alguien que tiene serias dudas sobre el oficio de periodista musical, aquello fue tonificante. El mejor remedio para los momentos en que te sientes derrotado o cínico.

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Una disculpa, una explicación, un propósito

Por: | 13 de febrero de 2012

(La publicación de un post en este blog titulado Mi noche con la ex de Spinetta causó un gran revuelo y un aluvión de comentarios indignados contra el autor. Lo que sigue es una puntualización a la polémica)

Spinetta

La publicación de mi texto sobre Spinetta ha desencadenado un aluvión de comentarios feroces. Muchos se quedan en la vulgaridad del insulto y la vomitona de la amenaza. Afortunadamente, otros se toman el trabajo de argumentar antes de condenarme. Para ellos va esta réplica. Resulta obvio que mi nota resultó, por decirlo suavemente, inoportuna pero quisiera explicar mis circunstancias antes de que me den "boleta", como llega a proponer alguno.

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Dos de estas personas se odian

Por: | 10 de febrero de 2012

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Sonríen a la cámara pero dos de los personajes aquí fotografiados se detestan. La noche anterior han protagonizado una discusión a gritos. Para más inri, la bronca tuvo como espectadores a Bob Dylan y Bette Middler. Luego han acudido a la entrega de los premios Grammy en el Uris Theatre de Nueva York. Estamos el 1 de marzo de 1975. Hacen el paripé pero podrían tirarse al cuello si estuvieran solos.

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The Clash: No es plagio, es historia

Por: | 08 de febrero de 2012

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Con Floren Cuadrado, alias DJ Floro, suelo jugar a Atrapa el plagio. El asunto consiste en descubrir “parecidos sospechosos”: alguien señala una canción millonaria que tiene evidentes antecedentes musicales; el otro investiga, con el resultado de que generalmente se amplia la gama de similitudes. DJ Floro desarrolla ese juego en la primera hora de Sonideros, el megaprograma de los domingos en Radio 3 que conduce Marta Echeverría. De vez en cuando, apetece hacerlo por escrito, ya que se aprende sobre la evolución de la música pop. Y también sobre el concepto de originalidad en, por ejemplo, los Clash.

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Los internautas preguntan a Diego A. Manrique

Por: | 08 de febrero de 2012

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Los Led Zeppelin originales

Buenas tardes, Diego. Te sigo desde el mítico Vibraciones y siempre que pude, a través de R3. Tengo 52 tacos y me encanta el buen rock duro de los 70 y 80, esto es, UFO, Tony Lommi, Uriah Heep, Led Zeppelin y pocos más. Me siguen encantando los viejos discos pero cada vez más todo lo nuevo que surge me parece insustancial y sin alma, excepto los Porcupine Tree. ¿ Crees que los géneros musicales se agotan tras su época de oro o crees que en un tema estrictamente generacional?

Lamento decirte que es un problema personal. Has vivido una edad dorada y lo que viene ahora te puede parecer banal. Pero el chaval que llega al rock lo descubre con oídos frescos y se queda maravillado. Oye, tampoco ocurre nada si te quedas con tus Grandes Favoritos. Pero igual se te pasan grupos que te podían maravillar.

¿Cuáles son tus fuentes de información? ¿O a qué fuente recurres más? Como periodista en una línea parecida a la tuya me interesa saber. Es que las interioridades de un artista (vicios, manías, gustos) casi no se publican, y en eso veo que nos llevas mucha ventaja a algunos. Felicitaciones por tu trabajo y seguimos apuntando de tus experiencias. Desde Guatemala.

Esencialmente, debes profundizar en el artista o en el género que te interesa. Los libros son esenciales y, felizmente, la bibliografía del rock resulta imparable. También recurro a la Red pero no siempre es fiable. Y siempre tener una libreta a mano, para apuntar cualquier información que se te cruza. Estoy ahora mismo investigando en el rock que se hacía en la Checoslovaquia comunista a partir de dos libros esencialmente políticos, donde se mencionaba a Marta Kubisova.

Hola maestro. Mi cuestión es sobre las remasterizaciones de discos legendarios en sistema 5.1.(SACD o DSD). Compre carísimo hace mucho la remezcla del Dark side of the moon en este formato y fue una decepción... No volví a recaer pero hace dos semanas veo la discografía clasica de los Rolling Stones de los 60 rebajada a 6 euros la pieza en unos grandes almacenes en este formato y ¡SORPRESA!... El sonido es espectacular

Tú lo has dicho: sorpresa. Algunas valen la pena y otras son peligrosas. En alguna ocasión, me he encontrado con que algunos discos SACD no sonaban en los reproductores de la discoteca en la que estaba pinchando. Más grave fue estar en Radio 1, a punto de comenzar La Madriguera, y descubrir que el disco de los Who en que se basaba el programa no funcionaba en las máquinas del estudio. Los técnicos hicieron maravillas, lo grabaron en otro estudio, y el programa salió adelante con el corazón en la boca.

Buenas, me gustaría conocer su opinión sobre Black Keys. Un saludo. Gracias

Espléndidos. Tiene gracia que se hable de ellos en términos de rock-blues o de soul---pero en algunos temas parecen puro glam. Hay una conexión funk-glam que habría que explorar, a partir de las sesiones de Marc Bolan en el estudio de Ike Turner en Los Ángeles. Hey, ¡una idea para un podcast!

Desde que Sabina dejo las sustancias, no ha vuelto a componer un 19 días y 500 noches. Igual con Calamaro, o con Lichis: ¿crees que las drogas son malas para la salud física, pero en ciertos casos buenas para la salud artística?

¡Tú lo has dicho! El dilema es que no puedes exigir a alguien que muera por su arte. Resulta obvio -él mismo lo dice- que Sabina anda cojo sin farlopa, sin excesos, sin locura. Es imposible cambiar a la "dama blanca" por Benjamin Prado (¡lo siento, Benja!).

Ha empezado a gustarme Neil Young pero no se por qué disco empezar. ¿Quizás alguno de la epoca de Crazy Horse? Un saludo

¡Bienvenido a un pozo sin fondo! Básicamente, puedes optar por el Creador de Canciones o por el Señor del Sonido. Si ves un disco que tiene muchos cortes, ese seguramente es una colección de canciones bonitas: Harvest supuso su punto álgido de popularidad. Luego están los discos de temas largos, con Crazy Horse, puro rock cazurro. Lo que no quiere decir que los discos de raka raka no tengan canciones sublimes: piensen en Powderfinger, la historia amarga de un chaval asesinado por unos bandidos... Así de cruel puede ser el mundo.

¿Le gusta Black Sabbath? ¿Qué le parece su inminente gira? Gracias

Yo no era muy de Black Sabbath pero, a la larga, no puedo dejar de reconocer que han tenido más impacto que las bandas de guitarras, tipo Quicksilver, que tanto nos gustaban. Cuando escucho ahora Stoner rock, la sombra de BS es total. Sin olvidar el grunge, claro. Pero no me altero por los regresos. Ni de Black Sabbath ni de ningún otro: imposible recrear la emoción de una época. Me alegro por ellos, que quizás pillen la pasta que no consiguieron la primera vez, pero no tiro cohetes.

¿Qué te parece la música francesa? ¿Qué cantantes franceses son tus favoritos?

Es una de mis máximas debilidades. La tienda de discos más bonita del mundo (he dicho "bonita", no "mejor") era la Virgin de Campos Elíseos, donde me dejaba el dinero en la zona de música francesa. Discos de Brel, Ferré, Polnareff, Lavilliers, Juliette Greco, Hughes Aufray, Françoise Hardy, Manu Solo, Noir Desir, Gainsbourg...¡que alguien me pare!

Hola, buenas tardes. Primero agradecerte tantos años de Ambigú, en los que tanto aprendí de música. Soy muy fan de Bruce Springsteen, si bien en los últimos discos tienen canciones que me gustan, y mucho, echo de menos la intensidad y quizá el nivel de autoexigencia de sus discos de los 70's y 80's. Después de todo, ¿cuál es el sonido de Springsteen? ¿El de Nebraska, el de Born to run, el de Ghost of Tom Joad, etc...? ¿Qué piensas? Un saludo y gracias.

Resulta impopular pero sospecho que Bruce lleva décadas de bajada. A veces tiene hallazgos, sobre todo literarios, pero lo más frecuente es que suene hinchado. Mejor no sigo: Springsteen es Big Business y en cualquier momento me pueden visitar un par de Torres de Músculos empeñados en enseñarme una lección.

Hola Maestro, ¿a qué cree que se debe la proliferación del vinilo? ¿Moda o nostalgia del LP? ¡Un saludo! 

Todo junto: moda, amor por lo retro, signo de distinción, presencia física más imponente. Hay gente que va más allá: colecciona placas de 78 rpm, casetes, cartuchos de 8 pistas... Yo, sin embargo, no soy fetichista de los soportes: tengo la espalda machacada por cargar con bolsas de LPs. Aprecio infinitamente la facilidad para trabajar con el CD. Me basta con que sea un soporte físico, que lo pueda tocar, que haya una relación visual con lo que suena.

Soy gran fan de la Historia del Rock que editaste por fascículos para El País Semanal allá por los ochenta. Me parece una obra de referencia inigualable y acudo a ella continuamente. Lo malo es que, claro, va desde los orígenes hasta 1987. ¿Hay alguna posibilidad, por pequeña que sea, de que se publique una segunda parte, desde 1987 a nuestros días?

Solo recordar las condiciones en que se hizo aquello...¡brrrrr! Andrés Fernández Rubio me traía las pruebas, yo corregía por la noche y él volvía por la mañana para llevarlo al periódico. Y la pelea para conseguir fotos, hasta que llegamos a un acuerdo con el Archivo de Michael Ochs (sí, el hermano de Phil). Ahora sería infinitamente más fácil, en lo técnico. E infinitamente complicado, por la fragmentación de estilos, subgénero, tendencias. Mis condolencias al valiente que se atreva a poner orden en ese magma de los últimos 25 años.

¡Qué alegría volver a escucharte, OLE TÚ! El otro dia leí que contabas noseque anecdota con Camaron en un hotel de Nueva York... ¿Nos la explicas?

Ah, el pobre José. Estaba en el piso 40 o así de un hotel de esos donde el ascensor acristalado baja y sube al patio interior. Lo pasaba mal cada vez que se movía. Mi habitación estaba más abajo. Cuando subía a entrevistarle, me miré y vi que llevaba una camiseta amarilla comprada en México, con esqueletos bailando, un dibujo de Posada. Volví a cambiarme y creo que hice bien. Camarón tenía una relación extraña con la muerte. En aquel momento, detestaba a Pata Negra por hablar en "Camarón" de su difunto padre. Pero fue emocionante tratarle, aunque su "enfermero" me miraba con sospecha.

Sigo tus artículos desde los 70 (Disco Exprés, Triunfo) y siempre me han sorprendido los panegíricos dedicados a grupos como los Rolling Stones, alabando su "intensidad". ¿Realmente crees que la tienen cuando hacían versiones de Chuck Berry, Muddy Waters, Howling Wolf o Elmo James? Leí en algún sitio que el propio Jagger se sorprendía de que tuvieran más éxito que los originales.

Mi teoría viene a ser que hay mucha diferencia entre las versiones originales y las de los grupos blancos. Se pierde autenticidad, matices, sentido....se gana en velocidad, volumen y, sí, intensidad. Debo reconocer que Jagger se burló de esa teoría cuando intenté explicarsela. Para él, los originales barren a los Stones cualquier día.

¿Qué tiene el crítico musical que no tienen ni un aficionado ni un experto con una pluma?

¡Hmmmmm! El crítico tiene un oido educado, un sentido de la historia, mayor tiempo para dedicarle a la música. Lo que no implica que su opinión sea necesariamente más acertada que la del público de calle. Un servidor aprende constantemente de las formas en que la gente común consume música, sin prejuicios, sin obsesionarse, sin complejos. Los RAROS somos NOSOTROS.

¿No se les puede tocar, ni siquiera con el pétalo de una rosa a Sabina y a Serrat?

Son santos cívicos y el pueblo está enamorado de ellos. Nada de lo que digan los especialistas importa. Tengo curiosidad por escuchar lo que han hecho con Limón. El disco anterior, aquel directo, era de lo más penoso que hayan hecho nunca artistas importantes. Un horror, una payasada y un insulto a sus repertorios.

Me ocurre una cosa muy curiosa, Dr. Manrique: nunca me canso de ver las pelis que descubrí fascinado en mi infancia y juventud (Chaplin, Keaton, Ford, Hitchcock), las pinturas que me asombraron (Goya, Velázquez, Rembrandt), en fin, los cómics y novelas que me arrebataron. Pero con la música pop todo lo contrario: me cansa (incluso aborrezco) las canciones de Beatles, Rolling, Dylan que un día me dejaron maravillado. ¿Qué me pasa, doctor? (hay obviamente excepciones: Hendrix, Zappa, blues)

Generalmente, abusamos más de la música. Una película favorita, un libro importante...lo puedes experimentar dos o tres veces en tu vida. Un disco clásico lo oyes 300 o 400 veces. Aparte, te suena en la radio, en la tele, en el cine, en el bar. Resumiento: el potencial de desgaste es infinitamente mayor. Hay que RACIONARLO, someterlo a cuarentena, reescucharlo con cascos y sin prisas.

¿Considera los festivales de música como el nuevo producto de consumo de masas? Un placer compartir estos ratos con usted. ¡Abrazos!

Claro, claro. Solo que lo de "nuevo"...son la versión moderna de las romerías, de las fiestas patronales. Lo más extraordinario es que, puedo asegurartelo, hay una pequeña minoria de público que va POR LA MÚSICA. Algunos ¡hasta te pueden dar reseña de lo que escucharon!

Señor Manrique, buenas tardes. La pregunta puede parecer muy genérica, pero no le parece que los programas de música en la radio no atraviesan su mejor momento? Cuando hay alguno bueno como ha sido su caso lo retiran argumentando no sé muy bien qué razones. ¿Por qué ocurre esto? Saludos y felicidades

Malos tiempos para los programas de música hechos por especialistas, efectivamente. Están desapareciendo y supongo que los naúfragos nos encontraremos en el oceano digital. La verdad, yo estaba ya dispuesto a olvidarlo. Pero tengo unos oyentes espléndidos -radiotres.org- y ellos son los que me convencen de que debo volver a intentarlo.

En aquel mítico Popgrama de los libérrimos 70 componías un binomio molón con Carlos Tena, que parece ser acabó abducido por la revolución castrista. ¿Sigues en contacto con él? ¿Nos puedes contar algo jugoso de aquel singular y cachondo colega?

"Abducido" es la palabra. Su redescubrimiento del castrismo le debería haber provocado felicidad pero le cambió el carácter. Se volvió agresivo, hiriente, venenoso...hizo daño a muchos amigos. Presumía de ser un periodista libre -¡disertaba constantemente sobre eso mismo!- pero ejercía de funcionario del PCC, con carnet y casa. No sé si volverá a ser la persona de antes. Al de antes, yo le echo de menos. Mucho.

El País

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