Es fácil sentir ira pero también consternación al contemplar semejante caída de dos listos de la Internacional Progresista y Solidaria.
El caso Carlos Mulas-Irene Zoe Alameda nos ha traído un tsunami de información, aunque lamento que escasee la referente a su vertiente musical: la Fundación Ideas pagó -al menos- la estancia de varias personas en habitaciones de lujo de Nueva York, donde se desplazaron para rodar tres clips del grupo Reber. Unos videos protagonizados por la "androide Galatha", encarnación musical de Zoe Alameda, la pareja del director de la citada Fundación.
Me intriga particularmente ya que esas facturas dinamitan un interesado mito del negocio musical. Hasta la pasada semana, el pop y el rock españoles gustaban de exhibir una cierta superioridad moral sobre la música clásica y la ópera, eternamente amarradas a las ubres de las instituciones. Por el contrario, parecía que el pop y el rock podían salir a la calle con la cabeza alta: no estaban pringados, desconocían las subvenciones, vivían de su propio esfuerzo.
En realidad, ya sabíamos de contaminaciones y de negocios bastardos. Pero rara vez salían a la superficie: una excepción fue la extraordinaria generosidad del Gobierno Vasco -700.000 euros- para con Kepa Junkera, que levantó la indignación de sus colegas norteños (al resto, les debió parecer normal tanto poderío).
No se discutía la música de Kepa, sí el hecho de que su proyecto se comiera todo el presupuesto de ayuda a artistas vascos.
Lo habitual eran los rumores vaporosos. Por ejemplo, sobre las cuentas de algunas discográficas que editaban material de rock catalá. También se susurraba sobre el patrocinio del Gobierno de Castilla y León a un grupo que comenzó cantando boleros, un amor tan total que incluía forzar a ayuntamientos del PP -el de mi pueblo, mismamente- a contratar al trío.
La
cola que deja el affaire Amy Martin nos obliga a repensar tan
ingenua caracterización como "músicas pobres pero honradas".
Menospreciábamos el sigilo con que la casta política maneja sus
prerrogativas y reparte su maná. Y su pasmoso descaro: cuesta, cuesta mucho justificar que un think
tank socialdemócrata invierta en videos para un grupo tecno. Supone rizar el rizo en una historía ya de por si alucinante.
Los
videos, por lo que he podido revisar, son entrenimientos de ful modernilla, como diría Kike Turmix: disfraces alquilados, supuestos morbos, realización torpe. Todo lo más, sugieren materia de
estudio para el eterno Quiero Y No Puedo del pop español. Pero no
tanto como para que hayan sido retirados de la Red, como si hubiera
algo vergonzoso en su misma existencia. ¿O tal vez sí lo hay, aparte de los pecados estéticos?
No se rían: con otras pìntas y las habilidades de una multi, Reber podría haber tenido un éxito con su Julia. Si no hubieran ido de sobrados...
Puede que los protagonistas se sientan victimas de un linchamiento mediático: lo son. Pero no les ayuda optar por ese súbito blackout, ni tampoco el silencio culpable de sus antiguos valedores. Rastreando, localizas una entrevista con Irene/Galatha en un espacio nocturno de Radio-3-es-más-Radio-3. Todo es un poco disparatado: se presenta a Reber como una propuesta “psicodélica”. La cantante se identifica con el compromiso solidario, reivindica la protesta colectiva, suelta pistas de una fascinante existencia cosmopolita (“Suecia...Alemania...Estados Unidos”), aunque nunca menciona ni al Instituto Cervantes ni a la benemérita Fundación socialista.
Así que hasta una principiante en el negocio musical sabe que no conviene alardear de contactos con el mundo oficial. Aunque la praxis es muy diferente. A la primera oportunidad, los músicos entraran al juego en los términos planteados por los políticos. La hipocresía es monumental: recuerden aquel multitudinario Música para Vivir 89, festival organizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), que juntó en Barcelona a la plana mayor del pop español; se hizo un consumo ostentoso de substancias en bastantes camerinos, en un pueril gesto de cinismo.
Por principio, los músicos harían bien en evitar los abrazos del Poder. Igualmente, los políticos deberían resistir la tentación de la photo opportunity. Sé que son consejos inútiles: la erótica de la fama resulta demasiado fuerte; se manifiesta en esa atracción magnética que les hace abrazarse, aunque no se conozcan, gracias a esa complicidad implícita entre los triunfadores.
Ambas partes tendrán ocasión de arrepentirse. En Si la vida te pisa, desenvaina la sonrisa (Quarentena Ediciones), reciente
autobiografía de Txus di Felatio, el cabecilla de Mägo de Oz, reitera una anécdota de aquel sonrojante viaje de los
artistas a La Moncloa, en 2004, ya narrado magistralmente por Dead Capo en RDL.
Al reconocer a Txus, entonces fiel al look de pirata, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero asegura que sus hijas son fanáticas del Mägo y quieren fotos. Se presentan las criaturas y Txus, nervioso y campechano, sienta a una de ellas sobre sus rodillas. Pregunta por su canción favorita, imaginando que dirá “La costa del silencio” o “Fiesta pagana”. Copio lo que ocurre:
“Y salta la niña: “no, no...la que más me gusta es 'Polla dura no cree en Dios'”.
“Claro, dice entonces el padre: “¿Perdón?”. Y ahí Alejandro Sanz se metió en medio y me echó un capote: “nada, nada, cosas de niños”. Y yo rojo, maldiciendo para mis adentros”.
Una
oportunidad perdida. Bambi se pudo enterar de lo que realmente escuchaban sus
hijas. Y Txus, que es tan sensato como pichabrava, debió aprovechar para
explicarle que su oficio de iconoclasta implica verbalizar la alienación de sus seguidores. En ambos casos, el truco consistía en vender humo, pose, actitud.
En la Moncloa el hit era este boogie, atípico en el repertorio de los Mägos
Hay 1 Comentarios
Un fantasma recorre el PSOE http://histericapeninsula.blogspot.com.es/2013/01/un-fantasma-recorre-el-psoe.html
Publicado por: ManuelTirado | 29/01/2013 11:17:29